La distribuci¨®n del trabajo
Ahora que est¨¢ de moda disertar sobre los males econ¨®micos y sociales que aquejan a este pa¨ªs; de las muchas f¨®rmulas posibles para que los empresarios y el capital, depresivos y desperanzados ante la falta de motivaciones y horizontes para invertir y generar riqueza (su riqueza), empleo (poco y controlado, que produce m¨¢s y adormece mejor a la masa) y avance tecnol¨®gico e industrial (menos hombres y m¨¢s m¨¢quinas al servicio de otras m¨¢quinas). Quisiera hablar de algo concreto, de cada d¨ªa, de la calle, sentido y vivido muchas veces por nosotros: los j¨®venes condenados de esta generaci¨®n a mendigar un puesto en la sociedad productiva de este pa¨ªs y no otro.La distribuci¨®n del poco trabajo que, al parecer, existe en nuestra comunidad.
No hablemos de revisar el bienestar social de la poblaci¨®n, ni de redistribuir la riqueza de la que disponemos (tan ut¨®pico como fantasioso), lleguemos al centro desde donde se reparte esa riqueza; la familia. Y veamos la desigualdad tan manifiesta entre los grupos familiares a la hora de su mar miembros en activo. Que pregunten a los j¨®venes parados. Cu¨¢ntas veces a punto de conseguir un puesto de trabajo, incluso superando pruebas y m¨¢s pruebas, te echan fuera con la excusa de que hab¨ªa un hijo, un sobrino, un conocido de alguien que trabaja en esa empresa que aspira y consigue el puesto.
Las familias, ante la escasez de trabajo, se han hecho m¨¢s corporativistas que los mismos cuerpos a que pertenecen los miembros de la familia que colocan. Todo disculpado.
Pero lo que indigna de verdad es la pol¨ªtica de empleo que siguen la gran mayor¨ªa de las empresas privadas y p¨²blicas (m¨¢s indignante si cabe), que incluso en sus convenios, estatutos de personal, etc¨¦tera, disponen cl¨¢usulas que especifican que "en caso de empate" o por simple preferencia tendr¨¢ derecho al puesto el hijo del cuerpo.
Todo esto conlleva que algunas familias tengan varios miembros trabajando, con el consiguiente desahogo econ¨®mico, y otras est¨¦n en el umbral de la pobreza porque no trabaje ninguno de sus miembros o simplemente la persona ¨²nica que lo haga no disponga de la influencia necesaria para perpetuarse en la prosperidad familiar.
Y los agentes sociales por excelencia, los sindicatos, pregonando la igualdad ante el acceso al puesto de trabajo, cuando en sus convenios defienden esta pol¨ªtica de perpetuaci¨®n. Y no hablemos de la funci¨®n p¨²blica.
Tengamos un poco de conciencia social, distribuyamos el trabajo.-
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