Ghaled Jaber Ibrahim
Palestino millonario y socialista ut¨®pico, ha hecho de Santiago de Compostela su 'meca' particular
Ghaled Jaber, o V¨ªctor Javier en nuestra lengua, viv¨ªa labrando la tierra en CisJordania, cerca de Nablus, cuando la guerra de los Seis D¨ªas le arranc¨® de su aldea. "Mi padre se hab¨ªa hecho militar del Ej¨¦rcito jordano", dice. "Estaba claro que no pod¨ªamos quedarnos all¨ª". As¨ª que con 14 a?os asume la responsabilidad de sacar ilegalmente a su numerosa familia de los territorios ocupados. Para ello tuvo que cruzar seis veces el r¨ªo Jord¨¢n entre minas y fusiles jud¨ªos. La s¨²bita p¨¦rdida del terru?o patrio le destap¨® los instintos guerreros. "Volv¨ª luego para liberar las tierras paternas y luchar contra el sionismo, pero pronto me di cuenta de que nada se pod¨ªa hacer. La situaci¨®n era desesperante".Tres a?os m¨¢s tarde estaba en Santiago estudiando Medicina. "Mi proyecto era ser m¨¦dico y volver a la lucha con el bistur¨ª", dice. En seis a?os acab¨® la carrera, aprendi¨® castellano y gallego, y conspir¨® con medio centenar de compatriotas para liberar a su pa¨ªs. Pero su coraz¨®n de guerrillero qued¨® cautivado por la joven estudiante Virginia, hija de un rico emigrante gallego, que hoy es su mujer.
Sin embargo, pronto el joven Ghaleb tuvo ocasi¨®n de poner a prueba su esp¨ªritu de combatiente. Muertos sus suegros, la fortuna no pas¨® a manos de su c¨®nyuge, sino que, mediante argucias, se la quedaron unos apoderados. No tard¨® en recuperarla en Venezuela, con la ayuda de la ley y, tal vez, con la solidaridad de la numerosa colonia palestina. "Es un proceso muy largo de contar", dice.
Vuelto a Santiago no ces¨® de llevar a cabo proyectos empresariales en la capital gallega. "Este cambio", afirma, "no hizo sino transformar mi modo de lucha para construir la naci¨®n palestina. Ahora es m¨¢s realista y radical. Quiero demostrar que un palestino es algo m¨¢s que un hombre que se pasa la vida disparando tiros: es un ser normal que s¨®lo pide justicia y respeto".
Quiz¨¢ por eso Ghaleb Jaber desprecia y condena a la jet-society ¨¢rabe, que exhibe alegre sus petrod¨®lares en, el sur de Espa?a. "Yo nunca ir¨¦ a Marbella ni a los clubes de golf mientras a Palestina no se le haga justicia. Me parece un insulto y una provocaci¨®n derrochar tanto dinero cuando hay ¨¢rabes que pasan necesidades".
En Galicia se encuentra hoy plenamente integrado. Incluso habla gallego con soltura. "Aqu¨ª soy bien visto por todos menos por los partidarios del caciquismo y de que esta tierra no cambie", aclara Ghaleb con tono radical. "Me considero un nacionalista gallego m¨¢s". No es de extra?ar, pues, que una sociedad conservadora, cat¨®lica y tradicionalista como la compostelana le vea con cierto recelo y admiraci¨®n a la vez. Con todo, ¨¦l piensa consolidar en Galicia el hotel de lujo, la productora de v¨ªdeo, la granja, varias tiendas y algunas canteras. Y tambi¨¦n la fundaci¨®n Araguaney, que proyect¨® para financiar trabajos sobre la emigraci¨®n y fomentar las relaciones hispano-¨¢rabes.
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