La uni¨®n europea
Esta expresi¨®n aparece en la reuni¨®n de ministros de Asuntos Exteriores en Luxemburgo para la primera sesi¨®n de su conferencia intergubernamental sobre el futuro de Europa. ?sta es una conferencia que fue decidida con la oposici¨®n del Reino Unido en aquella miserable reuni¨®n de Mil¨¢n que cre¨® mucho ruido y pocos resultados, como una fiesta italiana. ?Ser¨¢ diferente esta vez? ( ... ) Hay un consenso general de que Europa necesita hacer algo si quiere realizar su completo potencial econ¨®mico. Despu¨¦s del acuerdo de Fontainebleau, que fij¨® la vejatoria cuesti¨®n de la contribuci¨®n brit¨¢nica y la remoci¨®n de los ¨²ltimos obst¨¢culos al ingreso de Espa?a y Portugal, ha llegado el momento de que Europa mire por s¨ª misma el futuro y se una. ( ... )
Pero la comunidad raras veces hace hoy lo que se plantea para un ma?ana. Por otra parte, los seis Estados miembros que se hallan en dificultades, debido al veto de Alemania Occidental sobre los precios agrarios, encontraron razones para aplazar el proceso en Mil¨¢n. El Reino Unido estaba a la espera de que sus propias y relativamente modestas propuestas para la reforma del Mercado Com¨²n ser¨ªan aceptadas, debido a la ausencia de otras m¨¢s importantes. ( ... ) Oficialmente, la conferencia intergubernamental intenta avanzar en la causa de la uni¨®n de Europa mediante enmiendas al Tratado de Roma. Desde el punto de vista brit¨¢nico, todo ello constituye un proceso innecesario, que impide la marcha de la reforma con proyectos lentos y enturbia las soluciones con una ret¨®rica europe¨ªsta. Todo lo que Europa necesita hacer -Whitehall insiste- es introducir una serie de medidas pr¨¢cticas para que funcione realmente el Mercado Com¨²n.
Por otro lado, el Gobierno se considera a s¨ª mismo agn¨®stico, m¨¢s bien ateo, sobre el asunto de las enmiendas al tratado. Cree que sus propuestas sobre el mercado interno y el voto de la mayor¨ªa no han. de ser desplazadas por otras proposiciones que puedan tener en proyecto otros miembros.
, 9 de septiembre
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