Vida cotidiana en el cosmos
Ducharse, secarse, cepillarse los dientes y otras actividades que en la Tierra se llevan a cabo de forma mec¨¢nica y sencilla, en la ingravidez de la nave espacial representan un dif¨ªcil problema, que se ha ido solucionando a base de imaginaci¨®n, t¨¦cnica y, sobre todo, experiencia. Aunque todav¨ªa persiste cierto grado de dificultad, se ha logrado avanzar en este aspecto, y entre las posibilidades de aseo y confort que ofrec¨ªan los primeros vuelos tripulados y las que ofrecen los actuales media un abismo.Ahora, cualquier cosmonauta puede dormir en pijama y cubierto de s¨¢banas, con la ¨²nica precauci¨®n de ponerse unas zapatillas de piel fina para evitar un enfriamiento excesivo, debido a que la ingravidez impide que la sangre afluya con normalidad a las extremidades. De todas formas, es imprescindible atarse convenientemente.
Despu¨¦s de un sue?o reparador, los cosmonautas pueden afeitarse sin problemas con una maquinilla similar a las utilizadas en la Tierra, a la que se acopla una boquilla que se encarga de aspirar los pelos cortados, para que no queden flotando en el espacio.
El cepillado de dientes deben realizarlo de una forma menos convencional, utilizando una goma de mascar especial. Para el aseo del cuerpo utilizan una servilleta higi¨¦nica empapada en loci¨®n, y para la limpieza del pelo s¨®lo se requiere otra loci¨®n similar colocada sobre un cepillo de masaje con el que deben peinarse.
Una vez a la semana pueden realizar un aseo m¨¢s a fondo con una confortable ducha. Previamente deben calentar el agua, situada en un recipiente con capacidad para unos cinco litros, y acoplarlo a un cilindro de polietileno. Cuando el agua est¨¢ caliente, los cosmonautas se introducen en el cilindro y lo cierran herm¨¦ticamente por medio de una cremallera. El peque?o inconveniente que representa tener que ponerse unas pinzas en la nariz para que el agua, que fluye en todas direcciones, no se introduzca en ella, y un tubo en la boca para poder respirar, complican un poco la operaci¨®n de ducharse, tan sencilla en la Tierra.
Y eso no es todo, porque secar el cuerpo y el propio cilindro requiere tambi¨¦n un gran cuidado. Una vez finalizada la ducha, una bomba de vac¨ªo se encarga de extraer el agua hasta el contenedor de desechos.
El retrete es muy parecido a los que utilizamos en la Tierra, con la particularidad de que cada vez que se utiliza debe colocarse una bolsa de pl¨¢stico con cierre autom¨¢tico por medio de una v¨¢lvula, que luego es arrojada al espacio exterior, donde se desintegra sin dejar rastro.
Comida espacial a la carta
Para ahorrar agua durante la permanencia en el espacio se utilizan sistemas de regeneraci¨®n. Concretamente el sistema que garantiza la humedad ambiental se ha logrado regenerar ¨ªntegramente.
La alimentaci¨®n, en los vuelos prolongados, se distingue poco de la terrestre, aunque sea poco exquisita. Los cosmonautas tienen un extenso y variado men¨² de primeros y segundos platos a su disposici¨®n. Los tripulantes de expediciones prolongadas, como los que permanecen en la estaci¨®n orbital sovi¨¦tica, reciben de vez en cuando la visita de naves de transporte con v¨ªveres a su gusto, incluyendo verduras y frutas frescas.
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