El mito de Don Juan, analizado cr¨ªticamente en las jornadas de teatro cl¨¢sico de Almagro
Expertos y estudiosos se han reunido durante cuatro d¨ªas, y casi se podr¨ªa decir que cuatro noches, con motivo de las VIII Jornadas de Almagro, desarrolladas en el marco del VIII Festival Internacional de Teatro Cl¨¢sico, en las que se ha debatido en torno a la estructura teatral de un mito: el de Don Juan. Espect¨¢culos basados en dicho personaje han servido tambi¨¦n para el an¨¢lisis de este mito renacentista, cuyos or¨ªgenes tambi¨¦n se hallan en la mitolog¨ªa griega, que desde su nacimiento en El burlador de Sevilla y convidado de piedra se ha tratado de desmitificar por cientos de autores que han versionado la obra de Tirso de Molina, dejando unos tres mil donjuanes escritos por los cinco continentes.
La actualidad que puede tener el reunirse un centenar de especialistas de diferentes pa¨ªses para analizar el personaje de Don Juan desde diferentes aspectos, como puede ser el teatral, mit¨®logico, literario, cosmog¨®nico, estructural, religioso o psicoanal¨ªtico, radica en que la donjuan¨ªa, al darle la categor¨ªa de mito, es, como tal, inherente al pensamiento y la condici¨®n humanas y, por tanto, Don Juan es capaz de hablar en lenguajes, ¨¦pocas y lugares diferentes con signos totalmente nuevos.Desde que fray Gabriel T¨¦llez, con el seud¨®nimo de Tirso de Molina, escribiera en la primera mitad del siglo XVII sobre este transgresor de normas y leyes, no s¨®lo muchos autores, entre los que cabe destacar a Zorrilla, Zamora, Moli¨¨re, lord Byron, Alejandro Dumas, Max Frisch, Mozart y Da Ponte, Torrente Ballester, Pushkin, Madariaga, entre casi tres mil vol¨²menes, han dedicado su atenci¨®n al personaje de Don Juan, sino que numerosos estudios que defienden distintas teor¨ªas acerca de su personalidad surgen de forma continua, fundamentalmente en nuestro siglo.
M¨¢ra?¨®n apuntaba hacia una falta de virilidad, teor¨ªa contestada por el neuropsiquiatra Lafora en un estudio cl¨ªnico de gran precisi¨®n en el que hablaba de una psicopatolog¨ªa enferma. Don Juan es un narcisista incapacitado para amar y, en cualquier caso, siempre un transgresor, en el sentido gen¨¦rico de la ruptura del orden.
En los debates y ponencias, coordinados por los escritores Domingo Miras y Ricard Salvat, en los que han participado, entre otros expertos, Alfredo Hermenegildo (universidad de Montreal), Mar¨ªa Teresa Cattaneo (universidad de Mil¨¢n), Aurora Egido (universidad de Zaragoza), Francisco Ruiz Ram¨®n (universidad de Chicago), Mauricio Molho (universidad de la Sorbona), Ursula Aszyk (universidad de Varsovia), Luciano Garc¨ªa Lorenzo, del CSIC; los directores ?ngel Facio, Guillermo Heras, Manuel Canseco, Jos¨¦ Sanchis Sinisterra, Jesusa Rodr¨ªguez (M¨¦xico), Angello Savelli (Italia), ?lvaro Custodio, Juan Antonio Hormig¨®n, Adolfo Marsillach; los escritores Jos¨¦ Ricardo Morales, Fernando D¨ªaz Plaja, Jos¨¦ Mar¨ªa D¨ªaz Borque y el psicoanalista Carlos Padr¨®n, se ha visto c¨®mo Don Juan es la escenificaci¨®n de un comportamiento y hay quien considera que lo m¨¢s esencial en ¨¦l no es su vertiente de conquistador de mujeres, aunque ¨¦sta sea la m¨¢s llamativa.
Don Juan, en el fondo, es un personaje solitario; transgresor de la moral cristiana; exhibicionista, sarc¨¢stico, con signos demoniacos; burlador que enamora no por sus virtudes, sino por sus falsas promesas; cuestionador de una religi¨®n afianzada en la Edad Media, desafiante ante el destino, arquetipo de Cal¨ªgula en el sentido de antagonista perfecto; de malo a ultranza, que, si llega a la vejez -como algunos autores le permiten-, se convierte en un rememorador del pasado.
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