Reagan descarta cualquier negociaci¨®n con Mosc¨² que limite la defensa espacial

Ronald Reagan ha descartado cualquier trato con Mosc¨² para limitar el pol¨¦mico sistema de defensa espacial con lo que ha provocado ser¨ªas dudas sobre las posibilidades de un acuerdo sobre control de armamentos en la entrevista que celebrar¨¢ con Mijail Gorbachov, en noviembre, en Ginebra. El presidente norteamericano, en su primera conferencia de prensa desde que fue operado de c¨¢ncer en julio, celebrada en la madrugada del mi¨¦rcoles (hora peninsular), rechaz¨®, por primera vez p¨²blicamente, la utilizaci¨®n de la Iniciativa de Defensa Estrat¨¦gica (SDI) como moneda de cambio para obtener reducciones en el arsenal de misiles nucleares estrat¨¦gicos de la URSS.

Reagan asegur¨® que las pruebas, e incluso el despliegue de los componentes de la SDI, conocida popularmente como guerra de las galaxias, son "una parte leg¨ªtima de la investigaci¨®n". "Esto es demasiado importante para el mundo", dijo el presidente, "para negociarlo por un n¨²mero diferente de misiles nucleares cuando ya hay m¨¢s que suficientes para borrar a los dos pa¨ªses del globo". Hasta ahora Reagan hab¨ªa reiterado que la actual fase de investigaci¨®n, por no ser verificable, no ser¨ªa negociada, pero nunca hab¨ªa ido tan lejos como ayer negando cualquier restricci¨®n en las fases posteriores del controvertido programa.El presidente dijo, sin embargo, que ofrecer¨¢ a los sovi¨¦ticos "un gran espacio de negociaci¨®n", una vez que el sistema est¨¦ listo para ser desplegado, pero advirti¨® que la flexibilidad ser¨¢ para compartir el proyecto, no para reducirlo. Algunos sectores de la Administraci¨®n, sobre todo en el Departamento de Estado, que dirige George Shultz, sugirieron, en los ¨²ltimos d¨ªas, utilizar la SDI como baza de negociaci¨®n con los sovi¨¦ticos. El jefe del Pent¨¢gono, Caspar Weinberger, aunque ha matizado sus posiciones ¨²ltimamente, a¨²n se muestra contrario a negociar l¨ªmites de la SDI para reducir los misiles intercontinentales de la URSS basados en tierra, que son una amenaza de primer ataque contra los silos norteamericanos, seg¨²n el Pent¨¢gono.

Reagan responde as¨ª a la ofensiva de propaganda lanzada por Gorbachov, que sugiri¨® a un grupo de senadores norteamericanos que Mosc¨² estar¨ªa interesado en un trato sobre la SDI. De esta campa?a, que ha sorprendido a Washington, y en la que, por primera vez, EE UU parece quedarse atr¨¢s, dijo: "Est¨¢ dirigida a nuestros aliados, en un esfuerzo de hacernos aparecer como los malos de la pel¨ªcula, y a ellos, como los buenos".