El 'Tagomago' no repeli¨® la agresi¨®n por falta de medios
La patrullera de la Armada espa?ola Tagomago (PVz22), con base en Canarias, no repeli¨® el ataque con fuego real de que fue v¨ªctima el pasado s¨¢bado a 0,8 millas (1,5 kil¨®metros) de la costa saharaui en su extremo sur porque la munici¨®n empleada por los agresores era superior a la que posee el buque de guerra espa?ol, reconoci¨® ayer en Las Palmas el comandante de dicho barco, teniente de nav¨ªo Francisco Olmos Vargas. El Tagomago s¨®lo dispone en su cubierta de un ca?¨®n de tres pulgadas y de una ametralladora de 20 mil¨ªmetros, en la proa y en la popa, respectivamente.Dicha patrullera arrib¨® ayer a las diez de la ma?ana, hora peninsular, al muelle norte del arsenal de la base naval de Las Palmas (Canarias). Inmediatamente despu¨¦s, Olmos Vargas se entrevist¨® con el jefe de la Zona Mar¨ªtima de Canarias, vicealmirante S¨¢nchez Oca?a y Erice. La tripulaci¨®n recibi¨® ¨®rdenes de no dialogar con los medios de comunicaci¨®n.
El incidente sufrido por el pesquero artesanal canario El junquito, que se encuentra en la actualidad completamente hundido, seg¨²n aseguraron ayer fuentes militares, ha puesto de nuevo sobre el tapete la reiterada petici¨®n de los pescadores canarios para que se refuerce la vigilancia y protecci¨®n militar espa?ola en un caladero en el que faenan algo m¨¢s de 1.000 embarcaciones a lo largo de 500 millas de costa (unos 1.000 kil¨®metros por carretera) entre cabo Juby, al norte, y cabo Blanco, al sur.
El Tagomago recibi¨® cuatro impactos de 20 cent¨ªmetros de di¨¢metro algo m¨¢s arriba de la l¨ªnea de flotaci¨®n, as¨ª como uno m¨¢s en la chimenea, y fue alcanzado, adem¨¢s, por un cohete que estall¨® en el puente de mando y que fue el que dio muerte al cabo segundo de artiller¨ªa Jos¨¦ Manuel Castro Rodr¨ªguez. El armamento utilizado contra, el Tagomago fue una ametralladora de 12,7 mil¨ªmetros y cohetes de 40 mil¨ªmetros.
"El fuego fue instant¨¢neo. Dur¨® unos minutos y fue realizado por sorpresa y con direcci¨®n de tiro. No pudimos localizar a nuestros agresores a pesar de la proximidad a la costa. La visibilidad era de tres millas porque hab¨ªa mucha calima. Nuestros agresores estaban parapetados aprovechando que aquel lugar es bastante acantilado. ?bamos en una misi¨®n de salvamento, y lo primero que me pas¨® por la cabeza fue abandonar el lugar, para salvar a la tripulaci¨®n y para que no me hundieran", declar¨® el comandante de la patrullera, Olmos Vargas.
Por su parte, uno de los dos militares heridos en el ametrallamiento de la patrullera Tagomago, el cabo primero electricista Jos¨¦ Manuel Ferreiro, de 25 a?os, dijo ayer en el hospital militar de Las Palmas, donde se recupera de sus lesiones en la pierna izquierda: "Me pareci¨® una eternidad; cre¨ª que me hab¨ªan volado parte del cuerpo". El otro marinero que sufri¨® da?os en el citado ataque al buque militar espa?ol, el cabo segundo de mariner¨ªa Francisco S¨¢nchez Grane, recuerda que se encontraba de guardia en la sala de m¨¢quinas. "Cuando me asom¨¦", a?adi¨®, "recib¨ª un impacto en el brazo y regres¨¦ al punto de donde hab¨ªa partido".
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