Los grandes lotes se reservan para el invierno

Las subastas de comienzos de temporada suelen ser de una calidad media, como para abrir boca. Son preparatorias de los grandes lotes que se subastar¨¢n entrado ya el oto?o, en los meses de noviembre y diciembre. En la ¨²ltima subasta de la temporada pasada, en pleno mes de julio, Ansorena sacaba a subasta un cuadro de 71x53 cent¨ªmetros, aparentemente sin importancia, catalogado como an¨®nimo de escuela espa?ola del sigo XVIII. El cuadro se remat¨® en algo menos de 27.000 pesetas. El entendido que hab¨ªa estudiado el cat¨¢logo atentamente y que hab¨ªa visitado la exposici¨®n, intu¨ªa m¨¢s que sab¨ªa, que aquel cuadro pod¨ªa tener una cierta importancia. Puj¨® por ¨¦l y un estudio posterior demostr¨® que se trataba de un tema religioso, pintado por el salmantino Antonio Carnicero (1748-1814). La autor¨ªa del cuadro ha sido identificada por dibujos de este pintor que se encuentran en la Biblioteca Nacional. Carnicero es un autor que raramente sale en subastas, ya que su escasa obra es apenas conocida. El afortunado due?o afirma que no lo suelta por medio mill¨®n de pesetas.El hecho de que la asistencia de p¨²blico sea inferior a otras subastas a?ade otro dato adicional: hay pocos compradores y, por tanto, una menor competencia al pujar. Los precios, por tanto, suelen ser m¨¢s bajos. Otra caracter¨ªstica de estas subastas es el tipo de p¨²blico que asiste. Hay quienes las denominan populares, tanto por los precios como por los pujadores. Y no es que el p¨²blico sea distinto al de otras, sino que va preparado para otro tipo de pujas. En la ¨²ltima subasta realizada por Sotheby's en el mes de julio, un coleccionista que puj¨® en alguna ocasi¨®n por varios millones no tuvo inconveniente en competir por una mesa castellana de precio reducido.