Racionada el agua milagrosa
La fuente de Lourdes corre el riesgo de agotar su caudal a causa de la sequ¨ªa
La fuente milagrosa de Lourdes no se libra tampoco de los efectos de la prolongada sequ¨ªa, hasta el punto de que actualmente se est¨¢ racionando la distribuci¨®n de su agua entre los peregrinos que diariamente acuden a este santuario franc¨¦s. Desde el 25 de febrero de 1858, d¨ªa en que brot¨® el agua en la gruta de Massabielle -donde la Virgen se apareci¨® ese d¨ªa por novena vez a Marie-Bernadette Soubirous (santa Bernadette)-, la fuente no hab¨ªa tenido nunca un manantial tan bajo.
Ocho de los 20 grifos que distribuyen el agua de la fuente han sido cerrados por la administraci¨®n del santuario, lo que obliga a los peregrinos que llegan a Lourdes de todas partes del mundo a guardar largas colas para poder llenar botellas y toda clase de recipientes. Pero los devotos no tienen por qu¨¦ preocuparse. Varios dep¨®sitos, con cerca de tres millones de litros, garantizan todav¨ªa el suministro del agua milagrosa."La Dama me dijo que fuese a beber y a lavarme a la fuente. Como no vi ninguna, me dirig¨ª al Gave (el r¨ªo que atraviesa Lourdes), pero ella me indic¨®, que no era all¨ª, se?al¨¢ndome con el dedo la gruta. Al rascar el suelo de la roca en el lugar se?alado, hall¨¦ un poco de agua que parec¨ªa barro, pero tan poca que apenas si pude tomar algo en la mano. Me puse a excavar y as¨ª consegu¨ª coger m¨¢s agua". De esta forma cont¨® Marie-Bernadette Soubirous c¨®mo, el jueves 25 de febrero de 1858, durante la novena aparici¨®n de la Virgen Mar¨ªa, brot¨® en la gruta de ,Massabielle de Lourdes -poblaci¨®n situada en el sur de Francia y que actualmente cuenta con unos 20.000 habitantes- la fuente milagrosa.
Tan pronto como trascendi¨® este hecho, el agua del manantial -a la que se atribuyen numerosas curaciones de enfermos por beberla o, simplemente tocarla- fue recogida por numerosas personas. A?os despu¨¦s, al edificarse la imponente bas¨ªlica en el lugar de las apariciones de la Virgen a Bernadette -18 en total- se descubrir¨ªa el sitio exacto del que mana la fuente y que hoy puede verse, en la zona izquierda de la gruta, protegido por un cristal, alrededor del cual los peregrinos que acuden a Lourdes, unos tres millones al a?o colocan numerosos ramos de flores.
El caudal del agua de esta fuente milagrosa oscila, seg¨²n la ¨¦poca del a?o de que se trate, entre los 20.000 y los 70.000 litros diarios. Sin embargo, este a?o, y como consecuencia de la prolongada sequ¨ªa que ha afectado tambi¨¦n a esta regi¨®n francesa en la que no llueve ni una gota desde hace varios meses, el caudal se sit¨²a por debajo de los 15.000 litros diarios, algo realmente ins¨®lito, ya que no hab¨ªa sucedido nunca.
Algunos peregrinos restan importancia a este hecho, que consideran un fen¨®meno absolutamente normal, e insisten en que el manantial no se secar¨¢ jam¨¢s. Otro, como por ejemplo, Manuel, un jubilado santanderino que acude pr¨¢cticamente todos los a?os a Lourdes en peregrinaci¨®n acompa?ado de su familia, atribuye esta circunstancia a "la ola materialista, comunista y atea que invade al mundo". Incluso va m¨¢s lejos y alude a la despenalizaci¨®n del aborto y legalizaci¨®n del divorcio en un pa¨ªs cat¨®lico como Espa?a.
Racionamiento
La prolongada sequ¨ªa ha obligado a la direcci¨®n del santuario de Lourdes -uno de los m¨¢s importantes centros de peregrinaci¨®n mundial, en el que el n¨²mero de visitantes se ha incrementado en cerca de un 30% en los ¨²ltimos a?os- a adoptar una medida sin precedentes: el racionamiento en la distribuci¨®n del agua a los peregrinos. Esta medida se lleva a cabo de dos formas diferentes. Por una parte, el agua de las piscinas en las que se sumergen los enfermos, de ser renovada dos veces al d¨ªa -a las 11. 30 y a las, 16.30- ha pasado a serlo en una sola ocasi¨®n, circunstancia que los peregrinos dicen comprender perfectamente. Y, por otra parte, ocho de los 20 grifos que distribuyen el agua milagrosa han sido cerrados por la administraci¨®n del santuario con,el fin de poder mantener llenas las piscinas (la ¨²nica zona del santuario cuyo interior no puede ser visitada) a las que diariamente acuden a ba?arse m¨¢s de 1.000 personas aquejadas de muy diferentes dolencias.Las personas que han acudido a Lourdes en peregrinaci¨®n y que desean llevarse a sus lugares de origen agua de esta fuente para colocarla posteriormente en las estanter¨ªas de sus casas con verdadera devoci¨®n, se ven afectadas tambi¨¦n por las medidas restrictivas. La mayor parte han comprado en cualquiera de los cientos de tiendas existentes en Lourdes -poblaci¨®n que vive por y para el turismo- varios recipientes con la imagen impresa de la Virgen, pero es in¨²til que pretendan llenarlos todos. S¨®lo se les permite un litro por persona. Esta medida no va encaminada a controlar exactamente la cantidad de agua que se lleva cada peregrino, sino ¨²nicamente a evitar que se llenen recipientes de una gran capacidad o que una misma persona intente llenar varias botellas.
La situaci¨®n, seg¨²n ha declarado el director de la oficina de prensa de los santuarios, el sacerdote Ramond, no es tan inquietante. "Los peregrinos no tendr¨¢n problemas para recoger un poco de agua, aunque para ello deber¨¢n es perar un poco m¨¢s de tiempo en las tomas", ha asegurado. De todas formas, los peregrinos no tienen por qu¨¦ preocuparse. Tres dep¨®sitos, con una capacidad de tres millones de litros, garantizan todav¨ªa el suministro del agua milagrosa.
Un litro por persona
A pesar de ello; son inevitables los peque?os incidentes entre los vigilantes del santuario y algunos peregrinos, extranjeros en su mayor¨ªa, que no comprenden lo que aqu¨¦llos les repiten insistentemente en franc¨¦s detr¨¢s de las vallas que acotan la zona de los 12 grifos que todav¨ªa distribuyen el agua milagrosa: "Un litre pour chaque personne". ("Un litro por cada persona".) Una muestra de ello es lo sucedido con una se?ora de mediana edad que no se da por aludida y sigue impert¨¦rrita, llenando su garrafa de cinco litros, as¨ª como otras dos botellas m¨¢s que saca de una bolsa de pl¨¢stico.Uno de estos vigilantes, un hombre joven, le repite una y otra vez la misma frase, pero ella sigue junto a uno de los grifos llenando las botellas. En un momento dado, el vigilante coge la garrafa y comienza a llenar con ella los vasos de aquellas personas que se acercan ¨²nicamente a beber agua. La se?ora, furiosa, se vuelve y reclama, en un perfecto castellano: "?Oiga, esa garrafa es m¨ªa! ?Por qu¨¦ me la quita?". El vigilante no sabe c¨®mo hacerse entender y le repite una y otra vez mientras forcejean por el recipiente: "Madame, seulement un litre pour chaque personne". Ella, airada, le contesta: "Ni madam ni madom, la garrafa es m¨ªa y no me voy a quedar sin ella y la llevar¨¦ llena a casa". En un desesperado intento por hacerse entender, el vigilante le habla en italiano. Ella, al fin, parece comprender y exclama: "?Ah! ?Es que s¨®lo puedo llevarme un litro ... ? Entonces, qu¨¦dese usted con estas botellas y devu¨¦lvame la garrafa que tiene la imagen de la Virgen".
Rezos y pancartas
La escena ha sido contemplada entre sonrisas por los varios cientos de peregrinos que en esos momentos se encuentran haciendo cola para poder entrar a la zona protegida por las barreras met¨¢licas en las que se hallan los grifos. Son m¨¢s de 20 minutos de espera para conseguir el preciado tesoro: un poco de agua para beber o bien frotarse con ella las manos y la cara. Cuando este periodista intenta captar las largas colas que se forman para recoger el agua, uno de los vigilantes del santuario, con gesto severo, se acerca a ¨¦l y le espeta: "Est-ce que vous ¨ºtes de L'Humanit¨¦?". ("Es usted de L?Humanit¨¦?".) (L?Humanit¨¦ es un peri¨®dico pr¨®ximo a los postulados del Partido Comunista franc¨¦s.) Ante la respuesta negativa, el rostro del guarda adopta entonces una expresi¨®n de amabilidad y se dirige de nuevo a atender amistosamente a los peregrinos que, la mayor parte de ellos en grupo, recorren el santuario, y que no pierden la oportunidad de dejar constancia de su procedencia mediante la profusa exhibici¨®n de banderas y pancartas aun en los actos religiosos.
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