Los conservadores brit¨¢nicos comienzan su congreso con un ataque frontal contra la oposici¨®n laborista

El Partido Conservador brit¨¢nico comenz¨® ayer su congreso anual con un devastador ataque de su presidente, Norman Tebbit, contra la oposici¨®n laborista -"un partido de camaradas unidos en la detestaci¨®n mutua"- y una reafirmaci¨®n en la capacidad de Margaret Thatcher para conducir a los conservadores a una tercera victoria electoral. Con el recuerdo del atentado terrorista del Ej¨¦rcito Republicano Irland¨¦s (IRA) el pasado a?o durante la conferencia tory en Brighton se ha montado un gigantesco sistema de seguridad con 1.000 polic¨ªas que acordonaron Blackpool, en el noreste de Inglaterra.

El operativo de revisi¨®n a los delegados y periodistas a la entrada de los Jardines de Invierno, sede del congreso, produjo largas colas, y muchos delegados se perdieron las palabras de bienvenida del presidente del congreso, sir Basil Feldman. La polic¨ªa ha distribuido a todos los asistentes unas recomendaciones impresas sobre c¨®mo comportarse, entre las que se aconseja pasear en grupo siempre que sea posible, dejar el coche bien cerrado en los aparcamientos autorizados e informar a las autoridades de cualquier paquete sospechoso.Contrariamente a lo que se esperaba, la primera ministra brit¨¢nica, Margaret Thatcher, durmi¨® en el hotel Imperial, que aloja a la plana mayor conservadora, y no en un lugar secreto. Preguntada a la salida del hotel si no ten¨ªa miedo a un nuevo atentado, la primera ministra, que cumplir¨¢ 60 a?os el pr¨®ximo domingo, coment¨® jocosamente que el cargo llevaba aparejado "algunos riesgos" y que ella ten¨ªa la intenci¨®n de seguir corriendo con ellos.

El h¨¦roe de la sesi¨®n inaugural fue sin duda el nuevo presidente del partido y hasta hace poco ministro de Industria y Comercio, Norman Tebbit, uno de los dirigentes conservadores que sufri¨® heridas graves en el atentado de Brighton (su mujer se encuentra todav¨ªa en un hospital). La prolongada ovaci¨®n en pie de los m¨¢s de 1.000 delegados al final de su intervenci¨®n fue una combinaci¨®n de asentimiento a las ideas expuestas y de tributo a una v¨ªctima del atentado.

Tebbit dedic¨® gran parte de su discurso a atacar de forma despiadada y continua a los partidos de la oposici¨®n, pero disparando principalmente toda su artiller¨ªa pesada contra los laboristas, que despu¨¦s de su congreso anual, celebrado la pasada semana en Bournemouth, tienen una ventaja de siete puntos sobre los conservadores en la aceptaci¨®n popular.

Para Tebbit, los laboristas son "un partido de camaradas un?dos en una detestaci¨®n mutua", y record¨® que el l¨ªder laborista, Neil Kinnock, hab¨ªa sido derrotado por los radicales que hab¨ªan conseguido hacer aprobar sus propuestas por el plenario, a pesar de no obtener los dos tercios necesarios para incluir sus mociones en el manifiesto del partido. "Si a eso llaman victoria, no s¨¦ a que llamar¨¢n derrota", afirm¨® Tebbit.

La alianza de liberales y socialdem¨®cratas tampoco se libr¨® de los ataques del dial¨¦ctico y agresivo Tebbit. Refiri¨¦ndose a la discrepancia de los dos partidos en temas claves, como defensa, energ¨ªa nuclear y reforma sindical, Tebbit declar¨® que "no hay un solo tema en el que no est¨¢n en desacuerdo, salvo en su apetito por el poder". Tebbit termin¨® su intervenci¨®n con una apasionada defensa de Margaret Thatcher, "con quien estaremos", dijo, "cuando nos lleve a una tercera victoria electoral".