Estados Unidos sube los impuestos de los licores para reducir el consumo
A lo largo y ancho de Estados Unidos, al tiempo que las ciudades proh¨ªben las happy hours (horas en que las bebidas son m¨¢s baratas), los Estados elevan la edad legal para el consumo de alcohol a los 21 a?os y varios grupos llevan a cabo campa?as contra la bebida irresponsable, el peligro del abuso del alcohol se ha convertido en tema principal de debate p¨²blico. Sin embargo, desde 1980, a pesar de ir en aumento la conciencia del peligro, el n¨²mero de alcoh¨®licos adultos ha aumentado hasta un 14,3%, seg¨²n datos del Consejo Nacional sobre Alcoholismo. Seg¨²n este organismo, tres millones de adolescentes norteamericanos tienen problemas con la bebida. Los impuestos federales sobre la venta de alcoholes destilados aumentaron un 19% el pasado 1 de octubre, aunque no hay una opini¨®n un¨¢nime respecto a si uno de los efectos del aumento ser¨¢ la reducci¨®n del consumo de alcohol. Las destiler¨ªas predicen una ca¨ªda de las ventas. Los detallistas dicen que el efecto ser¨¢ breve. Especialistas como Robin Room, director del Centro de Investigaciones Alcoh¨®licas, un programa federal con sede en Berkeley, California, afirman que los pol¨ªticos y los ciudadanos, atentos desde hace tiempo a las lecciones de la prohibici¨®n, est¨¢n empezando ahora a prestar atenci¨®n a los temas relacionados con el abuso del alcohol. "Estamos recuperando un hilo que se perdi¨® con todo el jaleo promovido en torno al debate de la prohibici¨®n del consumo de bebidas alcoh¨®licas", dijo Room.
James Kirby Martin, catedr¨¢tico de historia de la universidad de Houston, coautor de Historia de la bebida en Estados Unidos, est¨¢ de acuerdo. "Me parece obvio que hemos entrado en una especie de fase neoabst¨¦mica y neoprohibicionista en Estados Unidos, sobre todo en los cinco ¨²ltimos a?os. Creo que estamos en un ciclo antialcoh¨®lico de larga duraci¨®n", dice.
Seg¨²n los especialistas, en los ¨²ltimos a?os se ha producido un descenso importante en el consumo medio de alcohol de los norteamericanos.
"En nuestra opini¨®n, es demasiado pronto para predecir si es una tendencia de largo alcance", declara el doctor Robert G. Niven, director del Instituto Nacional de Abuso del Alcohol y Alcoholismo, agencia del Departamento Federal de Salud y Servicios P¨²blicos.
Niven dice que el descenso en el consumo puede haberse producido por la combinaci¨®n de una mayor preocupaci¨®n por la salud y las actividades de los movimientos en favor de la reducci¨®n del abuso del alcohol.
"Me siento optimista porque existe cierto aumento de la conciencia p¨²blica y una mayor sensibilidad, que se traducen en esquemas de consumo m¨¢s seguros. Pero todav¨ªa nos queda mucho camino", dice Niven. El cambio principal, seg¨²n datos de la industria, ha sido la ca¨ªda de los alcoholes destilados o licores. En 1984 el consumo de licores era un 14,4% menor con respecto a 10 a?os antes, mientras que se ha producido un aumento de un 32,6% en el consumo de vino y de un 6,1% en el de cerveza. Seg¨²n Duncan H. Cameron, portavoz del Consejo de Alcoholes Destilados de Estados Unidos, en el primer trimestre de este a?o se produjo un descenso de un 4% en las ventas de licores, en comparaci¨®n con ese mismo per¨ªodo en 1984.
Vencer al impuesto
Con el nuevo impuesto federal, las destiler¨ªas esperan que se produzca un descenso general de en torno a un 5% en las ventas anuales de licores, a a?adir a la tendencia actual. Seg¨²n Cameron, el nuevo impuesto significar¨¢ que el 48% del precio de una botella ser¨¢n impuestos federales, estatales o locales. El fisco no ser¨¢ tan severo en el caso del vino y la cerveza. "Si se le ponen impuestos al alcohol porque es pecaminoso, tal como dir¨ªan algunos, entonces no veo por qu¨¦ cierto tipo de alcohol es m¨¢s pecaminoso que otros", se queja Cameron.
Las ventas de licores han sido fuertes en ciertas zonas durante los ¨²ltimos d¨ªas, ya que los consumidores intentan evitar el nuevo impuesto que aumenta el precio del litro del licor de 80? en 42 centavos el d¨®lar.
Pero en muchas tiendas, entre ellas The Chalet, en la zona norte de Chicago, no existe ning¨²n temor de que las ventas desciendan de manera permanente. "La prohibici¨®n no les impidi¨® beber", declara Michael Meeks, un encargado de la tienda. "No creo que los impuestos se lo impidan tampoco". Las ventas de The Chalet aumentaron desde que la cadena empez¨® a animar a los consumidores, por medio de anuncios, "a vencer el impuesto". Bob Back, gerente de Bell Liquors, otra tienda de Chicago, predice que no descender¨¢n las ventas globales de alcohol. "No creo que el aumento del precio haga que la gente beba menos", predice. "Quiz¨¢ haga que beban otras cosas".
En general, seg¨²n Room, del Centro de Investigaciones Alcoh¨®licas, quienes abogan por la abstinencia o la moderaci¨®n se sienten alentados por el hecho de que est¨¢ descendiendo el consumo medio del alcohol "por primera vez desde la abolici¨®n de la prohibici¨®n".
Sin embargo, seg¨²n el Consejo Nacional sobre Alcoholismo, puede que los adolescentes se est¨¦n iniciando en el alcohol a una edad m¨¢s temprana que antes. "La edad media es 13 a?os y el Sur est¨¢ a la cabeza", manifiesta Thomas V. Seessel, director ejecutivo del Consejo, con sede en Nueva York. Un estudio realizado con fondos federales por el doctor Lloyd, D. Johnston en el Instituto de Investigaci¨®n Social de la Universidad de Michigan muestra que, si bien los adolescentes siguen bebiendo, en los ¨²ltimos a?os se ha producido una ligera nivelaci¨®n del consumo.
Signos de abstinencia
Johnston, que ha estudiado los h¨¢bitos de 17.000 alumnos de ¨²ltimo curso de secundaria en los ¨²ltimos 10 a?os, resalta que la incidencia del uso de alcohol entre los adolescentes es alta: un 55% lo han probado en el noveno curso, y un 93% en el ¨²ltimo curso de la escuela secundaria. En este grupo de edad se ha producido un ligero descenso del consumo. El n¨²mero de alumnos del ¨²ltimo curso que afirmaron haber probado alcohol en los ¨²ltimos 30 d¨ªas descendi¨® del 72% en 1980, al 67% en 1984. "No es un descenso dram¨¢tico, pero estad¨ªsticamente es, sin duda, importante", destaca Johnston. "Los chicos imitan a los adultos aclara Room. "Por eso, al igual que est¨¢ pasando entre los adultos, se est¨¢n dando signos de abstinencia entre los adolescentes".
Candy Lightner, fundadora de la organizaci¨®n Madres contra la Conducci¨®n en Estado de Embriaguez, hace cinco a?os, tras la muerte de su hija por un conductor borracho, se?ala que uno de los problemas principales es que los adolescentes pueden probar el alcohol con suma facilidad en sus casas. "Los padres se sienten tan aliviados porque sus hijos no fumen drogas", afirma, "que les parece correcto que beban".
Las Madres contra la Conducci¨®n en Estado de Embriaguez siguen adelante con sus esfuerzos educativos, y la industria del alcohol est¨¢ llevando a cabo una campa?a para intentar que la gente beba responsablemente.
Este mismo a?o el Consejo Nacional sobre Alcoholismo piensa iniciar un programa con el objetivo de advertir a los ni?os que el alcohol es una droga y que "es correcto decir que no".
El 'proyecto Smart'
Sin embargo, existe bastante desacuerdo sobre una propuesta de ley federal que obliga a las emisoras de televisi¨®n y radio a ceder tiempo gratis para su uso en mensajes contra la bebida, igual al tiempo dedicado a anuncios de bebidas pagados.
Una coalici¨®n de unos 200 grupos de todo el pa¨ªs, entre ellos el Consejo Nacional sobre Alcoholismo, est¨¢ presionando ante el legislativo para que se apruebe la ley, que fue presentada por el diputado John F. Seiberling, de Ohio. El proyecto, denominado Proyecto Smart, lo coordina el Centro para el Empleo de la Ciencia en Inter¨¦s P¨²blico, con sede en Washington. Seessel, del Consejo Nacional sobre Alcoholismo, sostiene que esta ley es "la prioridad legislativa n¨²mero uno de nuestra organizaci¨®n", aunque reconoce que existen pocas probabilidades de que se apruebe pronto.
"No somos una organizaci¨®n pro prohibicionista", a?ade, "pero creemos que la cuesti¨®n del alcohol tiene dos aspectos. A los ni?os se les da una idea muy positiva de c¨®mo el alcohol puede mejorar la vida. Muy pocas veces ven c¨®mo el alcohol la puede destruir".
Ron Collins, coordinador del Proyecto Smart, indica que el alcohol es una de las causas de malformaciones cong¨¦nitas, del mal trato a las esposas y a los ni?os.
Entre quienes se oponen al proyecto de ley est¨¢n la industria del alcohol y la Asociaci¨®n Nacional de Compa?¨ªas Emisoras. Tampoco le parece ¨¦sta la direcci¨®n correcta a la se?ora Lightner. "A todos nos encantar¨ªa disponer del mismo tiempo, pero hay que ser realistas", dice la se?ora Lightner, a?adiendo que trabajar¨¢ Con las compa?¨ªas emisoras para reducir el atractivo de los anuncios de bebidas.
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