Los de Burgos
Los de Burgos, los intelectuales del Burgos de la guerra, eran esencialmente tres, porque todas las cosas tienden a ordenarse en trinidad, como bien sabe e hizo la Iglesia trilaterando a Dios (pero esto lo dejo para mi te¨®logo jesuita de c¨¢mara y Comillas, el padre P¨¦rez). Tres: Dionisio Ridruejo, La¨ªn Entralgo, Antonio Tovar. Ridruejo era el m¨¢s l¨ªrico (1); La¨ªn, el m¨¢s "hist¨®rico" (luego aclararemos este concepto); Tovar, el m¨¢s cient¨ªfico en sus humanidades. Y entorno de ellos, todos los nombres que luego se han perdido o afamado en Espa?a, y que no vamos a repetir ahora, porque parece como que les molesta un poco. Dionisio Ridruejo, a quien visit¨¦ tard¨ªamente en su casa de la calle de Ibiza, cuando estaba haciendo la famosa traducci¨®n del Cuadem gris de Pl¨¢, para Destino de Barcelona, con ayuda de su mujer, catalana, ten¨ªa el piso empasillado de folios, ya que los arrojaba al suelo seg¨²n iban saliendo, para luego ordenarlos. Ridruejo estaba todo el d¨ªa (eran visitas invernales, no s¨¦ por qu¨¦) metido en su despacho con las ventanas cerradas, radiadores y flexos. Parece que el fr¨ªo era malo para su coraz¨®n, que se le quedara como medio escarchado en Rusia, cuando la Divisi¨®n Azul. Lo cual que el Cuaderno de Rusia es quiz¨¢ su mejor libro, aparte la recreaci¨®n que hiciera de la citada obra magna del catal¨¢n Pl¨¢. Y digo que es su mejor libro porque en ¨¦l hay argumento humano, natural, vital, que lo pone la vida, y Ridruejo tend¨ªa, como creador, a la abstracci¨®n, a olvidarse de la vida. De ah¨ª que nunca se le recuerde demasiado como poeta. Yo s¨ª recuerdo aquellos versos en que habla del molinero y dice: "Por sutiles harinas pulcro y encanecido". Pero los Sonetos a la piedra son m¨¢s piedra que soneto. Gabriel Celaya llegar¨ªa con ¨¦l al epigrama: "Al llegar al soneto tres mil trece / la m¨¢quina Ridruejo se detiene". Hay aqu¨ª una denuncia del automatismo. sonet¨ªstico que fue muy de nuestra posguerra, y no s¨®lo de la, derecha, sino tambi¨¦n de la izquierda (Bias de Otero). Este tema del soneto nos llevar¨ªa a la Juventud creadora de Juan Aparicio, pero el tema lo dejaremos para otro follet¨®n (2).Camilo Jos¨¦ Cela, gran escritor a cuya participaci¨®n en benefic¨ªos me he apuntado siempre dijo en una de las ¨²ltimas presentaciones p¨²blicas de Ridruejo: "Este desmedrado mozo.que aqu¨ª veis no ha hecho otra cosa en la vida que equivocarse...". S¨®lo por eso, por sus continuas vitales, heroicas, l¨ªricas, generosas equivocaciones, no habr¨ªa que olvidar nunca a Ridruejo (y me parece que se le est¨¢ olvidando ya). Ridruejo era menudo y correcto de rostro, como una talla g¨®tica, era m¨¢s bien bajo como los hombres de Soria, su tierra, e hizo su gran carrera sin carrera (carrera suicida hacia la nada) hablando, porque hablaba lleno de fuego y geometr¨ªa, y s¨®lo cuando le o¨ª hablar dej¨¦ de pensar que era un gran escritor para sentir que era un gran escritor oral. La elocuencia ha despe?ado a muchos hombres. Ridruejo fascin¨® en Burgos porque hablaba m¨¢s y mejor que nadie. La oratoria y la retorica (hoy la dial¨¦ctica) llevan directamente a la pol¨ªtica. Y a beber con los soldados de un balde de leche, en Rusia. Un balde que ten¨ªa un fondo de mierda De La¨ªn Entralgo hemos dicho al principio que es / era el m¨¢s "hist¨®rico" de aquella sant¨ªsima trinidad,desplegada bajo el Dios Padre que era Franco, en el cielo g¨®tico de Burgos. Entiendo aqu¨ª por hist¨®rico "hacedor de Historia" (al margen de que La¨ªn sea hoy, tantos siglos m¨¢s tarde, una figura efectivamente hist¨®rica). La¨ªn ha vivido siempre en el plano de la Historia, haciendo Historia, tanto si presenta el librillo de un amigo como si escribe / escrib¨ªa un arriesgado art¨ªculo contra la dictadura: y recuerdo ahora el No m¨¢s sangre que hizo para el Ya, en el tardofranquismo, y que nunca le publicaron. Pero me lo mostraba, en folios, muy corregidos, en una instituci¨®n cultural que llevaba ¨¦l, enfrente del Palace, y donde nos encontramos el d¨ªa en que yo iba a hacerle, y le hice, una semblanza para Destino de Barcelona. La¨ªn, no puede evitarlo, vive a nivel hist¨®rico, como hay nadadores que flotan y nadadores de profundidad, pescadores de altura y pescadores de bajura. El nivel en que La¨ªn se encuentra a gusto -y se encuentra a s¨ª mismo, por supuesto- es el nivel hist¨®rico (3).
Me lo encontraba por la Universitaria, felices sesenta, mientras los caballos de los grises dialogaban a hostias con los estudiantes (que a¨²n no eran postmodernos, gracias a Dios), y me dec¨ªa:
-Muy bien esos art¨ªculos Umbral. Hay quienes lo leen a usted como un fr¨ªvolo, pero yo veo todo lo que hay por debajo de la frivolidad. Es usted un escritor moral y pol¨ªtico.
Luego empez¨® a tratarme de t¨², porque hab¨ªa decidido elevarme a su nivel hist¨®rico, porque yo hab¨ªa dejado de ser fr¨ªvolo (no lo dejar¨¦ nunca) o, sencillamente, y es lo m¨¢s probable, porque yo me iba haciendo viejo. La¨ªn no es un prosista (ni un poeta, claro) como Ridruejo, pero es un historiador y ensayista que ha heredado del 98 la quemaz¨®n de Espa?a y de su, maestro Mara?¨®n el tono liberal que. universaliza todo lo que dice. Ha hecho muchos libros valiosos, pero, m¨¢s que para hacer libros, a m¨ª me parece un hombre para hacer Historia, ya digo, no en el sentido ministerial de la palabra, sino en ¨¢lg¨²n otro m¨¢s elevado. Para mi gusto, se ha entretenido demasiado en purgar su pasado de Burgos (un Burgos que dur¨® muchos a?os), porque la suprema libertad del intelectual, y m¨¢s de un intelectual liberal, es moverse con absoluta independencia, prob¨¢ndolo todo, siempre que en todo ponga buena fe y talento. El famoso pasado de La¨ªn, para m¨ª no cuenta. No es el pasado bogascoso de Mar¨ªa F¨¦lix en las pel¨ªculas, seg¨²n pronunciaci¨®n de la bella y hoy macilenta actriz mejicana. Y aunque fuera bogascoso. Como Burgos, un Burgos de 40 a?os, no ten¨ªa valores, amag¨® con simulaciones: La¨ªn pod¨ªa ser Mara?¨®n. Aranguren pod¨ªa ser Unamuno (ambos en rebeld¨ªa). La operaci¨®n no sali¨®, claro. La¨ªn, que es quien ahora nos ocupa, ten¨ªa y tiene su propia personalidad, sin otras adherencias mara?onianas que las naturales y culturales (aunque hay entre ellos un parecido f¨ªsico, sobre todo a medida que La¨ªn se va haciendo viejo). A poco de presentar yo una conferencia suya en el Siglo XXI, el invierno pasado, le ped¨ª que posase para el libro Mis queridos monstruos, editado por este peri¨®dico, y me dio largas toreras. Con los liberales es que nunca se sabe.
Antonio Tovar, vallisoletano, testigo m¨ªtico de la entrevista Franco / Hitler en Hendaya (algunos dicen que como traductor), ha sido siempre un cient¨ªfico del idioma m¨¢s que otra cosa, y ni su adolescente falangismo ni su actual liberalismo tienen hoy un valor fuerte en pol¨ªtica. Lo que es, es un sabio. Entre todos, y muchos m¨¢s, fundaron la revista Escorial, despu¨¦s de la guerra, y luego la Revista Negra de la Falange. Lo que quer¨ªan era aunar liberalismo y fascismo, con una buena voluntad que el C¨¦sar Visionario no les agradec¨ªa para nada. Por entonces, Federico de Urrutia, creador po¨¦tico del Cesar Visionario (que ven¨ªa en contratipo y a caballo en mis enciclopedias infantiles), publicaba -en negro, faltar¨ªa m¨¢s- sus Poemas de la Falange Eterna, con el ya tedioso lema de Jos¨¦ Antonio: "A los pueblos no los han movido nunca m¨¢s que los poetas, etc¨¦tera". El error de la generacion intelectual de Burgos fue brindarle al Caudillo una filosof¨ªa y una cultura, improvisadas o recicladas, que el pragmatismo de Franco no necesitaba para hada, y que adem¨¢s le despertaba celo: el recelo del no / intelectual ante la cultura. En algunas tardes de tedio, plateresco y spleen, mientras llega la p¨²ber can¨¦fora al penthouse, hojeo de nuevo Escorial. ensayos abstrusos de Zubiri, poemas de mi querido Manuel D¨ªez-Crespo, hoy cr¨ªtico de teatros (coincidimos en muchos estrenos), especulaciones arquitect¨®nico / filos¨®ficas de alg¨²n fraile sobre el plano y la alzada del Escorial (hab¨ªa que justificar el t¨ªtulo de la revista, aparte su obviedad). Casi lo ¨²nico que se salva es el poema/ eleg¨ªa de D¨ªez-Crespo, sencillo y dolorido, a su padre muerto. Tambi¨¦n daban de vez en cuando algo del primer Luis Felipe Vivanco, que luego adquirir¨ªa un gran espesor de poeta, como a¨²n tuve tiempo de manifestarle a su bella viuda (hoy tambi¨¦n desaparecida). Supongo que Franco jam¨¢s ley¨® Escorial. Habr¨ªa tenido el trombo mucho antes.
Otros hombres de Burgos fueron Torrente Ballester, Luis Rosales, mi editor Verg¨¦s y, sobre todo, don Eugen¨ªo d'Ors. Pero s¨®lo ten¨ªan una idea, un proyecto intelectual de Espa?a los de la trinidad que he citado. Hay unas frases en lat¨ªn, que todav¨ªa brillan en el Arco del Triunfo de la Moncloa, y que el autor puede ver, o casi, desde la ventana de su casa. Yo pedir¨ªa a quien corresponda que las quitase de all¨ª. Don Eugenio se invent¨® un uniforme, como Don Quijote, y hasta vel¨® armas, antes de prestar juramento a la causa de Franco. Era el t¨®pico: la risa como expresi¨®n de lo reprimido. El juego como absoluci¨®n de lo atroz. El sab¨ªa que lo que estaba haciendo no estaba bien hecho. D'Ors, llevando a caricatura el "esp¨ªritu" de Burgos, les redime a todos un poco de la larga org¨ªa goticofascista. La iron¨ªa, siempre la iron¨ªa.
Notas.
1. Ridruejo hizo sus mejores poemas en Rusia, liberado de la calidad p¨¦trea de sus famosos sonetos.
2. El sonetismo, como forma po¨¦tica muy espa?ola, fue muy fomentado en la postguerra, izquierda y derecha. La promoci¨®n es equivocada, pues que el soneto y el endecas¨ªlabo los trajo de Italia Carcilaso, como es sabido.
3. Otros escritores de pluma "historicista", sin ser propiamente historiadores, son Juli¨¢n Mar¨ªas o Madariaga. Quiero decir con esto, que no es peyorativo ni meliorativo, que escriben siempre al nivel de la Historia. ?Herencia de Ortega? Ortega, por fortuna, era m¨¢s del d¨ªa, y esto le hace m¨¢s del d¨ªa de hoy.
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