William Reilly: "Cuando conseguimos que ardiese un no nos dimos cuenta de la importancia del medio ambiente"
"Cuando conseguimos que ardiese un r¨ªo nos dimos cuenta de la importancia del medio ambiente", afirma William K. Reilly, presidente de la Conservation Foundation y el World Wildlife Found, dos fundaciones que se han unido recientemente para formar una de las cinco entidades privadas para la conservaci¨®n de la naturaleza m¨¢s importantes de EE UU. Reilly podr¨ªa constituir el paradigma del ecologista norteamericano, opuesto al europeo. Sus criterios son distintos de los de los ecologistas espa?oles, y ¨¦l mismo dice: "S¨¦ que con mis opiniones no voy a ganar sus simpat¨ªas". Considera que, ante todo, hay que ser pragm¨¢tico.
Imbuido de la moral del ¨¦xito, tan caracter¨ªstica de la sociedad estadounidense, piensa que es m¨¢s pr¨¢ctico no perder ninguna posibilidad de conservar algo y negociar con los Gobiernos que intentar mediar en las charlas entre Reagan y Gorbachov. A diferencia de Espa?a, en EE UU la mayor¨ªa de los ciudadanos es consciente de la importancia de salvaguardar el medio ambiente; quiz¨¢ por eso carecen del radicalismo propio de este lado del Atl¨¢ntico y all¨ª ecologista no es sin¨®nimo de pacifista.Reilly ha acudido a Sevilla en calidad de chairman (presidente) de la Partners for Livable Places, de la mano del Club 92, para participar en el seminario Ciudades con r¨ªo, organizado por la Universidad Internacional Meri¨¦ndez Pelayo (UIMP). Consejero presidencial en materia de medio ambiente y abogado especialista en temas de planeamiento, su aspecto bien podr¨ªa ser el de director de una central nuclear o gerente de una empresa de productos qu¨ªmicos. Una insignia que representa a un oso panda colgada en la solapa de su chaqueta despega de su sobrio atuendo.
La fundaci¨®n ecologista que preside -la misma que, en su d¨ªa, comprara los terrenos del parque nacional de Do?ana para ponerlos en manos del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas- es la equivalente a la Asociaci¨®n para la Defensa de la Naturaleza (ADENA) espa?ola y cuenta con un presupuesto anual de casi 13 millones de d¨®lares, que provienen en su mayor¨ªa de los 200.000 socios que la componen y de f¨²ndaciones y corporaciones privadas. Es quiz¨¢ la m¨¢s importante de EE UU en lo que se refiere a investigaciones ecologistas y conservacionistas y en todo lo que toca a pol¨ªtica de aguas, bosques, costas y control urban¨ªstico y de industrias qu¨ªmicas. Tambi¨¦n incluye, en sus programas ¨¢mbitos exteriores a la naci¨®n, tales como Latinoam¨¦rica, ?frica y Asia.
William Reilly afirma que los movimientos ecologistas en EE UU no son nada nuevo. "?stos tienen profundas ra¨ªces hist¨®ricas en mi pa¨ªs; ya a finales del siglo pasado exist¨ªa un movimiento ciudadano que estaba alerta en la conservaci¨®n de los bosques y que, por ejemplo, hizo que se suspendiera la importaci¨®n de plumas de p¨¢jaros ex¨®ticos de Latinoam¨¦rica en peligro de extinci¨®n, que eran utilizadas para adornar sombreros".
Pero la verdadera toma de conciencia del ciudadano norteamericano respecto a la importancia del medio ambiente la sit¨²a Reilly en el decenio de los sesenta, tras el enorme proceso de industrializaci¨®n que acapar¨® casi toda la actividad de esta naci¨®n. "En 1969 EE UU fue el primer pa¨ªs que consigui¨® poner un hombre en la Luna, pero tambi¨¦n fue el primero en incendiar un r¨ªo. El Cuyahoga estuvo ardiendo durante m¨¢s de un mes a causa de la acumulaci¨®n en sus aguas de productos qu¨ªmicos derivados del petr¨®leo. Esta toma de conciencia se extendi¨® a los responsables de la salud p¨²blica y dio como fruto las avanzadas leyes en materia de medio ambiente que existen hoy en EE UU".
"En Espa?a", observa Reilly, "no ha surgido a¨²n una conciencia clara del ciudadano para con el medio natural que le rodea, condici¨®n esencial en una democracia. No existen unos organismos privados capaces de traducir la presi¨®n del ciudadano en presi¨®n pol¨ªtica ni fundaciones filantr¨®picas con fuerza suficiente para ser temidas por el Gobierno. Por eso en Espa?a los ecologistas se entienden como de tendencia izquierdista y como gente que no sirve m¨¢s que para poner obst¨¢culos".
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