La secretaria muerta de un balazo en Malasa?a fue incinerada
El Cuerpo de Elisa Alonso Garc¨ªa, de 40 a?os de edad, fue incinerado ayer en el cementerio de la Almudena y trasladadas sus cenizas a Santiago de Compostela, tal como dese¨® en vida la secretaria de la modesta oficina de administraci¨®n de fincas del n¨²mero 69 de la calle de La Palma. El cad¨¢ver abandon¨® a las 9 de la ma?ana el Instituto Anat¨®mico Forense, donde hab¨ªa sido trasladado en la noche del pasado jueves para su autopsia. Elisa, separada y sin hijos, hab¨ªa muerto en la tarde de ese mismo d¨ªa, de un disparo efectuado por un atracador.La polic¨ªa y los vecinos han atribuido el homicidio desde el primer momento a uno de los numerosos yonquis que frecuentan el barrio. Un asaltante desesperado al que le temblaba el arma en la mano, pero que no dud¨® en apretar el gatillo contra la mujer que hu¨ªa. Un aficionado que se dej¨® las gafas de sol en el lugar del suceso y cuya captura es s¨®lo una cuesti¨®n de tiempo.
Todos los que habitan Malasa?a, con excepci¨®n claro est¨¢ de los traficantes, coincid¨ªan el jueves por la noche en que la presencia policial en el Dos de Mayo y alrededores es pr¨¢cticamente nula. La comisar¨ªa de Centro no cuenta ni con media docena de radiopatrullas para un distrito que abarca Malasa?a, la Ballesta y la zona de Conde de Xiquena.
En reclamar la expulsi¨®n de los camellos est¨¢n de acuerdo los propietarios de bares y pubs, los vecinos de edad avanzada e ideas conservadoras, y los j¨®venes profesioriales y artistas que han rescatado muchas de las viejas viviendas.
En Malasa?a o Maravillas se repintan ahora viejas fachadas y se rehabilitan edificios con mucha solera. Pero la constante, presencia de los vendedores y consumidores de heroina en el barrio amenaza con convertirlo en un gueto tan indestructible como lo es ya la Ballesta y su prostituci¨®n barata. La comisar¨ªa de Centro no parece haber adoptado medidas suficientes para evitar la repetici¨®n del tiroteo que, en septiembre de 1984, enfrent¨® a grupos rivales de traficantes iran¨ªes en la calle de San Vicente Ferrer. Hubo un muerto y tres heridos graves.
El homicidio de Elisa Alonso ha supuesto adem¨¢s la extensi¨®n de la violencia a un rinc¨®n del barrio que hasta ahora permanec¨ªa m¨¢s o menos ajeno a estos conflictos, el comprendido entre las calles San Bernardo y Amaniel.
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