Un pobre espect¨¢culo audiovisual
Hay espect¨¢culos que s¨®lo se justifican por una mezcla de esnobismo e inmadurez que, lamentablemente, cada vez se va extendiendo m¨¢s y elevando al estrellato a aut¨¦nticas mediocridades. Lo que el viernes presenciamos unos 20.000,espectadores en Las Ventas encaja en este apartado, aunque gran parte del p¨²blico no aceptase gato por liebre y abandonase el recinto con perplejidad, indiferencia e incluso silbidos.No cabe hablar de inter¨¦s, ni individual ni conjunto, de los aspectos sonoros y visuales. El nombre de Xenakis viene avalado por su pertenencia a academias art¨ªsticas y por un importante background est¨¦tico. Su concepto sonoro, que se basa en la presentaci¨®n de masas en forma de nubes que resaltan el conjunto y no cada sonido individual, ha merecido frecuentemente la calificaci¨®n de monumento musical, arquitect¨®nico, matem¨¢tico e inform¨¢tico. Diatope tan s¨®lo se nos mostr¨® como una obra tr¨¢snochada. Estrenada en 1977,para inaugurar canales del Sena, probablemente cumpli¨® entonces una misi¨®n, pero su misma concepci¨®n, a base de una cinta con dos bandas magn¨¦ticas y una tercera generada por ordenador, se halla sometida a la r¨¢pida obsolescencia de cualquier ciencia tecnol¨®gica. Su inter¨¦s como obra moderna en 1985, tras avances inform¨¢ticos, es nulo. En los o¨ªdos de los asistentes gravit¨® exclusivamente una galaxia de ruidos como sirenas, silbatos, cencerros, compuertas abriendo y cerr¨¢ndose... que a todo volumen incluso result¨® molesta.
II Festival de Oto?o de Madrid
Madrid, Las Ventas, 1 de noviembre. Sinfon¨ªa pirot¨¦cnica de Xenakis y Hubert.
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