Gato por liebre

He le¨ªdo en EL PAIS de fecha 8 de septiembre de 1985 una carta al director que lleva como t¨ªtulo El comandante republicano de las calles de Madrid, escrita por uno de los ex luchadores de la libertad. Por tal carta conozco que un comandante que se jug¨® la vida por el triunfo de la democracia anda mendigando por Madrid.Inicialmente, al leer la noticia la indignaci¨®n me hizo subir la sangre a los ojos, hasta que, seren¨¢ndome con la ayuda de la familia, ca¨ª en la cuenta de que, en general, ¨¦se es el papel a que nos predestinaron los componentes de una Espa?a para quienes, seg¨²n idea que tantos quieren oficializar, componemos la otra Espa?a. Resulta entonces que, hallo relaci¨®n normal, ya serenado, en lo que el Gobierno socialista est¨¢ haciendo con ese comandante y con tantos otros espa?oles, no importa su graduaci¨®n ni estado, cuando yo mismo me veo alejado de todo a cuanto estoy relacionado desde mi nacimiento, por raz¨®n de que estos j¨®venes ilustrados, conservadores y con frecuencia reaccionarios, que se apoderaron del PSOE no se han atrevido a hacer algo justo y va liente para acabar con la vergonzosa estampa en que nos encuadr¨® el funesto r¨¦gimen del general y sus adl¨¢teres, y que quienes cre¨ªa mos los nuestros hoy contin¨²an manteniendo.

Bien claro est¨¢ en los hechos que cuando en los congresos so cialistas de los a?os 1970 y 1972 en Francia, en los que se declar¨® que "el partido estaba en Espa?a", los conductores designados, que hoy contin¨²an a caballo, les dieron a los antiguos y deslumbrados exiliados "gato por liebre". Y a¨²n hoy, en una manifestaci¨®n constante de cobard¨ªa y mala fe, nos tienen abandonados y en peores condiciones que si fu¨¦ramos el enemigo verdadero, a la vez que, con los causantes iniciales de nuestra situaci¨®n, conviven y est¨¢n a partir un pi?¨®n-