El juez investiga los dos abortos ilegales realizados por las feministas en las jornadas de Barcelona
El juez suplente del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 23 de Barcelona, Brualla Santos Funcia, ha abierto una investigaci¨®n sobre los dos abortos ?legales realizados el s¨¢bado por los grupos feministas que participaban en las jornadas sobre 10 a?os de feminismo en Espa?a celebradas en los Hogares Mundet de esta ciudad. Los abortos fueron realizados para denunciar la insuficiencia de la ley de despenalizaci¨®n, que seg¨²n las feministas s¨®lo resuelve el problema del 3% de las mujeres que desean abortar. Las jornadas concluyeron ayer resaltando "la buena salud" del movimiento feminista, que ha sido capaz de reunir a 4.000 mujeres.
A las 0.30 horas de la madrugada de ayer se presentaron en la sede de la comisi¨®n t¨¦cnica encargada de organizar las jornadas dos polic¨ªas de la Brigada Judicial, enviados por el juez para investigar los abortos practicados, que fueron comunicados al juzgado por una espectadora que hab¨ªa o¨ªdo la noticia en los informativos de televisi¨®n. Los polic¨ªas preguntaron por la indentidad de las personas responsables de las jornadas, a lo que se les respondi¨® que "todas". Tras comprobar que los polic¨ªas no portaban ninguna orden judicial, las feministas les invitaron a abandonar el lugar.Durante la jornada de ayer, las comisiones pro aborto recogieron las firmas de las participantes autoinculp¨¢ndose de los dos abortos practicados. Las firmantes de la declaraci¨®n manifestaban "haber practicado los dos abortos ( ... ), realizados dentro de la campa?a por el derecho al aborto libre, gratuito y por decisi¨®n de la propia mujer". A primeras horas de la tarde se hab¨ªan recogido m¨¢s de 3.000 autoinculpaciones, cuyo valor es m¨¢s pol¨ªtico que jur¨ªdico, puesto que aunque exista una declaraci¨®n de culpabilidad, no se puede castigar un delito si no existen pruebas de que se ha cometido. Como en el resto de delitos, la investigaci¨®n judicial perseguir¨¢ en este caso la identificaci¨®n de las personas concretas que participaron en el aborto.
Las jornadas concluyeron a media tarde con una fiesta en el recinto de los Hogares Mundet. La manifestaci¨®n prevista en el centro de Barcelona fue suspendida ya que los debates terminaron m¨¢s tarde de lo previsto y muchas de las delegaciones de fuera de Catalu?a tuvieron que emprender viaje de regreso antes incluso de que terminara el ¨²ltimo plenario.
Durante las jornadas se han celebrado m¨¢s de 100 debates, pero las feministas han eludido expresamente-llegar a conclusiones concretas en la mayor¨ªa de ellos, dada la diversidad y pluralidad de las, participantes.
En los debates sobre la estrategia a seguir en los pr¨®ximos a?os predominaron, sin embargo, las posiciones que propugnan la autonom¨ªa e independencia del movimiento feminista frente al poder, cualquiera que sea su forma, y las que defienden que las luchas feministas deben plantearse desde una posici¨®n radical y subversiva, desoyendo las constantes llamadas a la moderaci¨®n que nos hacen desde diferentes ¨¢mbitos sociales".
No se plante¨® abiertamente el tema de si el movimiento deb¨ªa participar o no en las instituciones, pero este tema fue objeto de alusiones constantes. Predomin¨® el criterio de que cada colectivo decida por s¨ª mismo si participa o no en cada caso concreto.
Contra el militarismo
En los debates relativos a la mujer y pacifismo hubo consenso general en que las mujeres no s¨®lo deben rechazar el militarismo de la sociedad, sino que deben participar activamente en los movimientos por la paz, asumi¨¦ndolos como una parte de la lucha por su liberaci¨®n. Al respecto se propusieron movilizaciones concretas en contra de la permanencia de Espa?a en la OTAN y en protesta por la actual distribuci¨®n de los Presupuestos Generales del Estado.
El debate sobre agresiones abarc¨® aspectos muy diversos, desde las violaciones a la agresi¨®n de la pornograf¨ªa. Un estudio presentado en las jornadas aport¨® un dato significativo: en los cinco ¨²ltimos a?os, 565 mujeres han muerto en Espa?a asesinadas por sus maridos o compa?eros.
Las ponentes resaltaron la indefensi¨®n en que se encuentran las mujeres frente a la agresi¨®n conyugal y denunciaron la forma en que el C¨®digo Penal define el delito de violaci¨®n, para el que se exige que se consume la penetraci¨®n vaginal, cuando pueden darse otras agresiones sexuales tanto o m¨¢s graves que la penetraci¨®n que s¨®lo merecen la calificaci¨®n de abusos deshonestos, castigados con una pena muy inferior a la de la violaci¨®n.
Las mujeres que trabajan en la ense?anza concluyeron que la actual coeducaci¨®n "no es otra cosa que una escuela mixta en la que las ni?as no tienen posibilidad de encontrar su identidad como mujeres".
Las empleadas del hogar discutieron aparte su problem¨¢tica espec¨ªfica y denunciaron la ley de servicio dom¨¦stico recientemente aprobada "que, a pesar de ser una ley de un Gobierno socialista, nos relega a la condici¨®n de siervas, ya que nos niega derechos b¨¢sicos reconocidos a todos los trabajadores, como el derecho a subsidio de desempleo, el horario laboral de 40 horas semanales o un salario m¨ªnimo interprofesional".
En el acto final, las organizadoras resaltaron "la buena salud de que goza el movimiento".
El miedo que sienten y provocan las lesbianas
El debate que mayor participaci¨®n provoc¨® ayer fue el de sexualidad, y dentro de ¨¦l, el apartado dedicado al lesbianismo. Algunas ponentes se?alaron que las mujeres lesbianas son conscientes de que su problem¨¢tica no constituye el eje central del feminismo, pero indicaron que est¨¢n en estos momentos en condiciones de plantearse, como colectivo espec¨ªfico dentro del feminismo, una lucha por el espacio.Se pretende con ello que el lesbianismo sea considerado socialmente como una opci¨®n homosexual m¨¢s, ya que actualmente predomina la idea de que la ¨²nica relaci¨®n homosexual socialmente aceptada es la de los hombres.
En el debate hubo acuerdo mayoritario en que el feminismo debe defender el deseo l¨¦sbico, "no s¨®lo como el derecho de cualquier persona a vivir libremente su sexualidad, sino como una opci¨®n sexual concreta de las mujeres". Sobre este punto, se plante¨® si el lesbianismo era o no la opci¨®n sexual m¨¢s congruente a defender por el feminismo, y el criterio mayoritario fue que no, indicando que el movimiento feminista no puede imponer un deseo sexual determinado sobre los otros posibles.
Muchas de las intervenciones se refirieron al miedo que tienen las lesbianas a expresar su condici¨®n y al miedo que despiertan en el resto de las mujeres, incluso en las feministas. La propia asamblea propici¨® un ejemplo ilustrativo. El debate fue seguido con inter¨¦s y alto ¨ªndice de participaci¨®n por unas 800 feministas.
Al concluir, la moderadora pidi¨® que levantaran la mano las lesbianas de la sala. Levantaron el brazo aproximadamente un centenar. Entonces, una de las participantes grit¨® desde las butacas: "Pero no todas las que son lesbianas han levantado el brazo".
Se recogieron unas 3.000 firmas de personas que se autoinculpan por la violaci¨®n de la ley de despenalizaci¨®n
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