Las p¨¦rdidas por robos, causa de la obsesi¨®n por la seguridad
Las cadenas de grandes almacenes tienen unas p¨¦rdidas por robo que ascienden, seg¨²n la estad¨ªstica, al 1 % total de su cifra de ventas anual. Garantizar la seguridad se ha convertido en un reto que en ocasiones degenera en obsesi¨®n, especialmente en los hipermercados, donde se han dado casos de j¨®venes a los que se imped¨ªa la entrada por el hecho de ser j¨®venes o calzar playeras; o el de 10 dependientas que fueron obligadas a desnudarse para comprobar que no llevaban objetos robados en su ropa interior. Contra este tipo de situaciones se han dictado algunas resoluciones judiciales, como una sentencia que conden¨® al director de un hipermercado a pagar una multa por obligar a una clienta a abrir su bolso.Este hecho, ocurrido en un establecimiento de una cadena de hipiermercados, fue calificado por el Juzgado de Distrito n¨²mero 4 de Vigo como "una coacci¨®n y vejaci¨®n injusta". El juez conden¨® al director del estableciento a multa de 4.000 pesetas y a indemnizar a la demandante con 50.000 pesetas. A ra¨ªz de aquella sentencia, muchos grandes centros comerciales ofrecen a los consumidores la alternativa de dejar bolso fuera del ¨¢rea de exposici¨®n de mercanc¨ªas o ense?arlo a la salida.
En la sentencia, dictada en noviembre de 1982, se dice que "estos m¨¦todos constituyen una intromisi¨®n en la intimidad de la denunciante, m¨¢xime cuando tuvieron lugar en un establecimiento p¨²blico, influyendo adem¨¢s en los sentimientos y dignidad de la denunciante y provocando consecuencias vejatorias".
Tras la apertura de hipermercados y grandes almacenes en el centro comercial Madrid 2, en el barrio del Pilar, de Madrid, se produjeron varias denuncias por parte de j¨®venes a los que los vigilantes jurados imped¨ªan la entrada en los establecimientos porque su edad o su vertimenta .no inspiraban confianza". Un encargado de seguridad explic¨® entonces que "no se permite la entrada a la gente que va mal vestida o viene a dar la bronca, sobre todo j¨®venes". Sin embargo, en estos establecimientos no exist¨ªa rtserva de derecho de admisi¨®n ni ningun aviso que especificara la vestimenta adecuada para efectuar compras. El mismo encargado explic¨® que la mayor¨ªa de los delitos los cometen personas de entre 17 y 25 a?os.
Por otra parte, en noviembre de 1983, 10 empleadas del Continente, de la localidad de Alcobendas, en Madrid, fueron obligadas a desnudarse ante una representante laboral y dos especialistas de seguridad para comprobar si llevaban objetos robados entre las ropas.
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