Emilio Beltr¨¢n Ruiz
Funcionario espa?ol en la CEE durante 20 a?os, de ¨¦l dependen todas las comunicaciones del Consejo de Ministros europeo
Un espa?ol rige la m¨¦dula espinal de esa torre de Babel que es el Consejo de Ministros de la CEE, sito en el edificio Charlemagne, de Bruselas. Emilio Beltr¨¢n Ruiz, granadino, nacido en 1935, es el encargado de todos los servicios de transmisiones, tel¨¦fonos, computadoras, alarmas, facilidades para la Prensa y la televisi¨®n: en resumen, de todo lo t¨¦cnico de este edificio. Y en este centro en que transmisi¨®n y copia de documentos equivale a vida, Beltr¨¢n es el maestro. Sin ¨¦l, la CEE no funcionar¨ªa.
T¨¦cnico en telecomunicaciones, casado con una belga, estudi¨® en Granada y en Madrid. En 1961 Beltr¨¢n sali¨® de Espa?a -hablaba ya franc¨¦s- Con la intenci¨®n de regresar al cabo de unos pocos a?os. Y sigue en Bruselas. Este mes recibir¨¢ la "medalla conmemorativa de 20 a?os de, servicio p¨²blico europeo".En 1963 trabajaba en Bruselas para una empresa alemana que instal¨® material para el Consejo de Ministros. All¨ª le ofrecieron ingresar como funcionario, y form¨® un equipo de t¨¦cnicos bajo la ¨¦gida del cual se ha desarrollado la telefon¨ªa del Consejo. En la actualidad, tiene 1.000 l¨ªneas direc.tas y una cuenta de tel¨¦fonos anual equivalente a 600 millones de pesetas. Con la central propia que Beltr¨¢n insisti¨® en instalar se ahorran unos 25 millones de pesetas al a?o. Marcando tan s¨®lo cuatro n¨²meros se entra en contacto con cualquier oficina de la CEE en el mundo, ya sea Nueva York, Madrid o Berl¨ªn. Beltr¨¢n empez¨® fabricando los equipos de algunas salas de reuni¨®n ¨¦l mismo, pues los que se compraban en la calle "se romp¨ªan tres o cuatro veces en una sesi¨®n".
Beltr¨¢n se interesa por la vida comunitaria. ."Estoy bastante informado", se?ala. De hecho, en la cumbre de Mil¨¢n de junio de este a?o Beltr¨¢n fue, junto con los int¨¦rpretes y una persona de coordinaci¨®n, el ¨²nico admitido en la sala europea donde debat¨ªan los jefes de Estado y de Gobierno y sus ministros. "NI siquiera Mar¨ªn estaba all¨ª", dice orgulloso. Felipe Gonz¨¢lez vino a saludarlo al enterarse de que era andaluz.
Beltr¨¢n recuerda la firma en Luxemburgo, en, 1970, del acuerdo preferencial entre Espa?a y la CEE. "Desde entonces no he vuelto a- tener contactos con la misi¨®n espa?ola", dice. Recuerda que cuando la OTAN se mud¨® de Par¨ªs a Bruselas la CEE prest¨® unas salas a la Alianza para una reuni¨®n supersecreta militar un fin de semana. Como era trabajo extraordinario, pagaba la OTAN. Beltr¨¢n estuvo en la sala ocup¨¢ndose de las instalaciones durante toda la reuni¨®n. Al ir a cobrar mostr¨® su pasaporte espa?ol. Los funcionarios de la OTAN pusieron el grito en el cielo: "Un espa?ol aqu¨ª. Si alguien se entera, qu¨¦ va a pasar...".
'He vivido momentos muy dificiles, cuando el hablar de Espa?a era como hablar de Turqu¨ªa", explica. Se sinti¨® "muy contento" con el acuerdo hist¨®rico de marzo pasado entre Espa?a y la CEE, y vivi¨® "muy sentimentalmente" el 12 de junio, fecha de la firma del tratado de adhesi¨®n, cuando por un d¨ªa, simb¨®licamente, se iz¨® la bandera espa?ola ante el Charlemagne.
Este a?o ha entrado a formar parte del Comit¨¦ de Personal, que supervisa la selecci¨®n de funcionarios, y ahora de los espa?oles. Con 50 a?os, le faltan cinco para lajubilaci¨®n anticipada que se ofrece con el fin de hacer sitio a los espa?oles -que han de llegar. Pero piensa volver a Espa?a dentro de no mucho, "a un sitio tranquilito en la Costa del Sol".
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