Marif¨¦ de Triana, la Ioba.
Quintero, Le¨®n, y Quiroga son, como autores, la trinidad de lo que se ha llamado canci¨®n espa?ola. Por su parte, Concha Piquer, Juanita Reina y Marif¨¦ de Triana son la trinidad interpretativa. En el homenaje a Rafael de Le¨®n, el letrista de los cupl¨¦s m¨¢s hermosos de todos los tiempos, no estuvieron ni do?a Concha ni Juanita Reina, aunque excusaron su ausencia con motivos coherentes. Pero s¨ª estuvo Marif¨¦ de Triana, la m¨¢s pasional de las tres, la loba, la tr¨¢gica, la mujer fr¨¢gil que parece que se va a romper, pero que de repente se yergue como una leona, como Agustina de Arag¨®n.M¨¢rif¨¦ de Triana, al igual que el rock duro, no es apta para cardiacos. S¨®lo cant¨® tres temas (Mar¨ªa de la 0, La loba y Te he de querer mientras viva), pero logr¨® concentrar en un cuarto de hora m¨¢gico las pasiones m¨¢s fuertes de toda una vida.
Homenaje a Rafael de Le¨®n
Conferencia de Manuel G¨®mez Lara, Del amor como heterodoxia, Rafael de Le¨®n y la copla. Con la participaci¨®n de la actriz Esperanza Alonso, la tonadillera Mar¨ªa Vidal y Marif¨¦ de Triana. Centro cultural Rafael de Le¨®n. Madrid, 16 de noviembre.
El homenaje, p¨®stumo como casi todos, a Rafael de Le¨®n hab¨ªa transcurrido exquisitamente. El doctor G¨®mez Lara pronunci¨® una conferencia apasionada y convincente, ilustrada con recitados de la actriz Esperanza A.lonso y con la actuaci¨®n de la joven tonadillera sevillana Mar¨ªa Vidal, que interpret¨® con muy buenas maneras temas tan populares como La otra, Lola Pu?ales, Ojos verdes o La zarzamora.
Pocas veces se organizan homenajes con tanta pulcritud. Pero al final sali¨® Marif¨¦, apareci¨® la loba en el escenario y se comi¨® al conferenciante, a la organizaci¨®n, a la tonadillera, a la rapsoda, al pianista y al p¨²blico. Plena de facultades, Marif¨¦ de Triana se arranc¨® con una versi¨®n de Mar¨ªa de la 0 que dej¨® estremecidos a-los presentes. Las hero¨ªnas de Rafael de Le¨®n son todas ellas hembras muy bravas que por amor maldicen, se emborrachan, odian, desprecian ¨¦l dinero, las instituciones y la condenaci¨®n eterna, que les duelen los centros de tanto querer. Las hero¨ªnas de Rafael de Le¨®n s¨®lo tienen un dogma, el amor sin contempla ciones y sin hipocres¨ªas, el amor fatal que les lleva a enfrentarse con los poderes de este mundo y del otro, como en las tragedias cl¨¢sicas.
La maestr¨ªa de Rafael de Le¨®n como letrista de canciones consist¨ªa en su capacidad de contar una vida entera en cuatro minutos. Cada canci¨®n es un drama con su exposici¨®n, nudo y desenlace y, adem¨¢s, intermedios musicales para que la tonadillera se pasee por el escenario aireando la bata de cola.
De esta forma, la int¨¦rprete de estos cupl¨¦s tiene que ser necesariamente una actriz capaz de enternecerse, gritar, susurrar, desesperarse, lanzar miradas terribles, llorar, re¨ªr, enloquecer. Y todo ello en cuatro minutos. Demasiado fuerte. Demasiado excitante. Demasiado fugaz.
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