Rostropovich o 'Un, dos, tres'
El concierto de ayer de la orquesta de la RTVE no era un concierto normal. No lo era por su nivel art¨ªstico: contar con el mejor violonchelista del mundo, Mstislav Rostropovich, tocando y dirigiendo, es algo que s¨®lo sucede una o dos veces por a?o con car¨¢cter mundial. Pero sobre todo no era un concierto m¨¢s porque con ¨¦l, con asistencia de los Reyes y buena parte del Gobierno, se celebraban los 10 a?os de la monarqu¨ªa de don Juan Carlos. La m¨²sica era coronada oficialmente quiz¨¢ por primera vez.Este arte hab¨ªa permanecido como un hermano pobre durante los muchos a?os del pasado reciente a causa de la incomprensi¨®n que hacia ella manifestaron los dirigentes de aquella ¨¦poca, hasta que la monarqu¨ªa y la democracia la han sacado del ostracismo. El hermano desheredado fue ayer desagraviado, pero s¨®lo unos pocos pudieron celebrarlo en directo, ya que la televisi¨®n no se dio cuenta de ello -aun siendo su propia orquesta- o quiz¨¢, lo que ser¨ªa mucho peor, porque para ella la m¨²sica contin¨²a siendo todav¨ªa una desheredada.
Aunque parece que ni la orquesta lo solicit¨® ni a nadie se le ocurri¨® retransmitir en directo el acontecimiento, hubiera sido, de cualquier forma, muy dif¨ªcil efectuarlo. Los conciertos de la agrupaci¨®n de la RTVE se retransmitieron en directo durante a?os los s¨¢bados por la noche, naturalmente por el segundo canal y coincidiendo con una pel¨ªcula en el primero, hasta que los m¨²sicos se negaron a tocar en ese d¨ªa de la semana. Desde entonces se emiten en diferido, ya que los actuales horarios de actuaci¨®n, jueves por la tarde y viernes por la noche, no encajan en la programaci¨®n del Ente p¨²blico.
Tampoco una ocasi¨®n extraordinaria como la presente hubiera podido modificar este esquema, porque, como en el propio medio contestaron ante nuestra pregunta, ?qui¨¦n se atreve a suspender no ya el Un, dos, tres, de la primera cadena, sino La clave, en la segunda? Lo dicho, para nuestra televisi¨®n la m¨²sica contin¨²a siendo lo que fue.
Cierto es que de cuando en cuando se aprecian ciertos intentos, muy de agradecer, de ampliar la dedicaci¨®n que a ella se presta, pero incluso dentro de ellos cabe observar que falta una clara conciencia de la necesidad de colocarla en el lugar debido, d¨¢ndole la importancia que merece y dot¨¢ndole de la correspondiente calidad en emisi¨®n, programaci¨®n y promoci¨®n.
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