Siempre aplaudido y descontento
De P¨ªo lo ha heredado casi todo. La concisi¨®n y la rudeza, el cr¨¢neo lombardo y el acento despreocupado. La timidez y la calma. Y la capacidad de dilatar las horas en Itzea, la casa fronteriza, en un tiempo maldita, con una veleta de la que los vecinos dec¨ªan que representaba a un diablo haciendo la higa. Hered¨® tambi¨¦n el edificio y, sobre todo, la biblioteca. De Ricardo le viene, desde otra rama, el pulso est¨¦tico. Pinta grandes cuadros. Inmensas ilustraciones para cuentos espaciales, cuyas protagonistas son las invisibles hadas centroeuropeas.Caro, que el pasado viernes fue galardonado con el Premio Nacional de las Letras, es un fuguista y un paisajista ecol¨®gico. Se ha quejado frecuentemente de las barbaridades perpetradas en el medio rural. En 1977 ya denuncia: "Si hubiese habido un programa pol¨ªtico m¨ªnimamente serio hubi¨¦semos estudiado c¨®mo defender lo mejor de cada elemento; la conservaci¨®n de lo positivo de la vida rural y la mejora de la vida urbana; se habr¨ªan evitado las monstruosidades que se han hecho en Baracaldo, Sestao y ?ibar. Es una burrada. Y el haber destruido por idiotez la vida rural tambi¨¦n es una burrada".
M¨¢s perlas de aquel ayer: "Quienes tienen la fuerza pueden permitirse muchas m¨¢s tonter¨ªas que quienes est¨¢n en la oposici¨®n". Otra: "Lo que quisi¨¦ramos de los pol¨ªticos, para que se diferenciaran de nosotros, que somos profanos, es que nos precisaran su programa de forma mucho m¨¢s clara y concreta. Si usted es socialista, d¨ªgame c¨®mo interpretar la crisis que tenemos delante de la destrucci¨®n de los valores que hemos padecido. Usted, que es comunista, h¨¢game un plan de organizaci¨®n comunista de ?ibar que parezca inteligible, claro".
Entresacamos estas declaraciones suyas porque est¨¢n pronunciadas en los a?os, a¨²n, de la esperanza. Caro dir¨ªa: "Reprocho a los marxistas el haber abandonado el materialismo hist¨®rico. No abordan el problema de la tecnolog¨ªa, de la materia cultural que hace que las condiciones de vida cambien. Hoy todos los marxistas que conozco son ut¨®picos". Otra prueba de visi¨®n de futuro est¨¢ en esta glosa de Marx: "Si Marx dijo algo claro, es que hay que hacer un estudio de la tecnolog¨ªa y de la producci¨®n en cada momento. Hablar de la derecha hegeliana, de Kautsky..., son an¨¦cdotas".
Lejos estaba entonces de imaginar que los marxistas iban a abandonar incluso el marxismo. Aunque es posible que lo sospechase. Julio Caro entra dentro de la categor¨ªa de los pesimistas constructivos. El galard¨®n le llega, como tantos otros halagos, demasiado tarde. La gente pasa de largo de sus criaturas predilectas y lee todo aquello que a ¨¦l no le gusta haber escrito. En 1975, y para castigar a los lectores por las cinco ediciones que ha sufrido su libro Las brujas y su mundo, traducido al alem¨¢n, al ingl¨¦s y al franc¨¦s tras su aparici¨®n en 1961, aprovecha el pr¨®logo de Brujer¨ªa vasca para lamentarse del ¨¦xito obtenido por la obra anterior, de la que dice textualmente que no cree que sea la mejor de las suyas. Se lamenta de que, para muchas personas, ¨¦l no es mas que el autor de Las brujas y su mundo. Y teme ser responsable de una moda de la hechicer¨ªa que "puede tener derivaciones malsanas". Siempre aplaudido y descontento.
El premio que obtiene Caro, el hijo que don P¨ªo no tuvo, nos recuerda aquella ocasi¨®n en que, tras haber expuesto sus cuadros en una sala de arte donostiarra, el propietario de la galer¨ªa le entreg¨® el importe de la liquidaci¨®n. Le hab¨ªan comprado todo. Con la venta de aquellos cuadros acababa de recibir m¨¢s dinero que con toda la cosecha literaria de una vida ya mediada. En Caro Baroja, todos los momentos de dicha tienen el aire de lo que ocurre a destiempo. ?ste tambi¨¦n.
Babelia
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