Alberto Oliveras busca la aventura humana de espa?oles santos o locos
Alberto Oliveras, veterano de la radio y de la televisi¨®n, creador de Ustedes son formidables, de la SER, ha sorprendido a la audiencia de TVE con una serie de reportajes, rodados en pa¨ªses del Tercer Mundo, que tienen en com¨²n la b¨²squeda y retrato de alg¨²n espa?ol "excepcional, santo, loco o pirata" y que, a trav¨¦s de ¨¦l, dan a conocer la vida y cultura de otros pueblos. Detr¨¢s de La aventura humana parece existir una raz¨®n inconfesada: buscar ayuda y solidaridad con el Tercer Mundo, como en la edad de oro de la radio Hoy se emite el programa dedicado a Vicente Ferrer, un catal¨¢n que vive en la India, cuya labor es "romper cadenas de esclavitud".
Naci¨® hace 54 a?os en Barcelona. Se licenci¨® en Filosof¨ªa y Letras y estuvo a punto de finalizar Derecho. En 1959 se traslad¨® a vivir a Par¨ªs, en el entorno bohemio de Paco Ib¨¢?ez. Est¨¢ casado con una francesa, directora de una revista de modas, Gap, tiene una hija y su casa de Par¨ªs fue antes uno de los estudios del pintor Modigliani. Cree que se fue a Par¨ªs "debido a la falta de ox¨ªgeno que hab¨ªa en Espa?a". Se hizo famoso en la radio y en la televisi¨®n y gran parte de sus triunfos los debe a un franc¨¦s, Jacques Antoine -con quien mont¨® en Madrid un despacho de ideas para la creaci¨®n de programas- "porque es", afirma Oliveras, "un cerebro en lo que se refiere a programas, especialmente en concursos y juegos". Desde Par¨ªs comenz¨® a enviar sus primeros trabajos para la radio. Tambi¨¦n fue jefe de prensa de la Diputaci¨®n de Barcelona, cre¨® el Club de Vanguardia, dirigi¨® la revista catalana San Jorge y trabaj¨® como reportero en el programa informativo de TVE A toda plana.
De aquel despacho naci¨® el concurso La uni¨®n hace la fuerza. "La idea era nuestra, a partir de un programa ya experimentado en Francia, basado en la suma de cerebro y piernas, de un concursante con cabeza y de otro con habilidades atl¨¦ticas. El t¨ªtulo se lo puso el entonces director general de Radiodifusi¨®n y Televisi¨®n, Adolfo Su¨¢rez, y la verdad es que acert¨®. La idea del director general era un concurso que sirviera para fomentar la unidad de Espa?a, de sus distintas regiones y estamentos".
Su lanzamiento vino con Ustedes son formidables, programa que present¨® por casualidad, ya que Joaqu¨ªn Soler Serrano, aquejado de peritonitis, no pudo colocarse ante los micr¨®fonos de la SER, en tiempos de Font¨¢n, all¨¢ por los a?os 60, en la edad de oro de la radio, cuando una multitud de oyentes asist¨ªan en directo a las transmisiones.
"La radio magnetizaba a la gente", dice, "y llenaba el Palacio de Deportes". Uno de los programas m¨¢s sonados de este espacio, que estuvo en antena durante m¨¢s de 10 a?os, se emiti¨® con motivo de las inundaciones de Barcelona, con aquel cura aragon¨¦s, Jacinto, que don¨® el dinero que hab¨ªan recogido sus feligreses para reparar el techo de la Iglesia. Joaqu¨ªn Prat era el reportero del programa. "Despu¨¦s me suspendieron durante un a?o porque Gabriel Arias Salgado, el ex ministro de Informaci¨®n, era un beato terrible. No alcanzamos el dinero que necesit¨¢bamos para adquirir medicamentos para ni?os. Hab¨ªamos pedido dinero a las principales fortunas de Espa?a. Algunas respondieron, pero en otros casos hab¨ªa minutos de silencio espeluznante. Un minuto de silencio en la radio es terrible. En eso se col¨® la llamada de un funcionario que dijo que nos hab¨ªamos equivocado en pedir dinero a los ricos. Llamen al pueblo, dijo. Hubo colas y manifestaciones de oyentes. Font¨¢n me tranmiti¨® la orden de retirarme. El asunto se hab¨ªa tratado en Consejo de Ministros y me consta que Carrero Blanco habl¨® de c¨®mo la radio puede convertirse en un medio de subversi¨®n de masas".
Alberto Oliveras fue el primero -"tres o cuatro a?os antes que Jos¨¦ Luis Balb¨ªn"- en proponer el programa La clave, copia del franc¨¦s Dossiers de l'¨¦cran, de Armand Janimont, pero los directivos no se atrevieron entonces a producirlo y emitirlo. Dirigi¨® y present¨® m¨¢s tarde el programa Verdad o mentira, copia tambi¨¦n de una patente francesa, del espacio inventado por Pierre Bellemare, a quien, dice, le abon¨® los correspondientes derechos. A pesar de tener muchas tablas en el oficio, asegura: "Yo no sirvo para el espect¨¢culo, soy un saco de nervios, pero tengo que superarlo. Soy muy t¨ªmido, aunque parezca lo contrario, y no s¨¦ qu¨¦ hacer con las manos, porque no tengo naturalidad".
La serie documental La aventura humana -continuaci¨®n de En tierras lejanas- ha sido producida para TVE por Proviart, una empresa catalana dedicada a la promoci¨®n del arte, cuya principal animadora es Mar¨ªa Lluisa Borr¨¢s, con un presupuesto de 70 millones de pesetas, incluido el 15% en concepto de beneficio industrial, para 13 programas que, habida cuenta de los lugares en que se rod¨®, resulta econ¨®mico para el Ente.
La c¨¢mara
En este programa van de la mano formidables y aventureros. Lo primero se explica, seg¨²n Oliveras, "porque injustamente se ha olvidado la labor de estas gentes que he ido encontrando en mi vagabundeo por el mundo, mientras que por otra parte la televisi¨®n tiende a mitificar mediocres. Ya s¨¦ que se me ha colgado este sambenito de ejemplarizar las vidas de los dem¨¢s, pero cuando conoces de cerca la vida de un hombre como Vicente Ferrer no tienes m¨¢s remedio que quitarte el sombrero". En lo segundo reside la f¨®rmula del programa, sencilla a pesar de las dificultades y riesgos del rodaje: "Contar una historia verdadera buscando protagonistas reales, pero que sean algo excepcionales, santos, locos o piratas, pero que vivan en un pa¨ªs ex¨®tico del Tercer Mundo y, a trav¨¦s de ellos, penetrar en el enigma de otras civilizaciones. Ante todo pretendo hacer un programa de televisi¨®n utilizando la pl¨¢stica del medio".
A hacer un programa de televisi¨®n le ha ayudado la c¨¢mara de Juan Inchaustegui, un vasco que ha suspendido su actividad de profesor de Imagen en la Escuela de Bellas Artes de Bilbao, un aventurero con mucho talento y que ha sido un descubrimiento para la t¨¦levisi¨®n. El colorido de la imagen, el gusto del encuadre y del ritmo, el vigor de unos planos desprovistos del protocolo tur¨ªstico de otros reporteros, son algunas de las aportaciones m¨¢s notables de La aventura humana.
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