Los 'yuppies'
No es demasiado dif¨ªcil castellanizar la palabreja con pinta de interjecci¨®n euf¨®rica y urge hacerlo porque tambi¨¦n aqu¨ª empieza a extenderse esa nueva raza de urban¨ªcolas sedientos de prestigio, lujo, fama, poder, salud, narcisismo y status. Si los yuppies derivan de la expresi¨®n young urban professionals, nada m¨¢s l¨®gico que al biotipo espa?ol del joven urbano profesional le digamos jupi. Es posible que existan algunas diferencias entre los yuppies de Estados Unidos y los jupis del Estado de las autonom¨ªas, pero est¨¢ escrito que no tardar¨¢n demasiado tiempo en confundirse en la calle. Sobre todo, en las colas de las boutiques del pan, de pasta fresca de Armani, en los gimnasios con squash, en los estrenos de la factor¨ªa Spielberg o en esas tiendas de sillas dise?adas por Mendini.No se han puesto de acuerdo los etn¨®grafos acerca del origen del yuppi. La hip¨®tesis m¨¢s probable es que esta raza sea resultado de un espont¨¢neo cruce gen¨¦tico entre el ejecutivo agresivo y el barbudo utopista y autoestopista de los campus rebeldes. Del hombre del malet¨ªn negro, los calcetines estirados y la sacarina hered¨® su naturaleza; y del muchacho del panfleto revolucionario, su cultura y la pasi¨®n por las zapatillas de baloncesto, aun que las que calzan los yuppies s¨®lo puedan ser costeadas con Visa Oro. Los yuppies son un hecho visual -por sus marcas de lujo duro los reconocer¨¦is-, pero lo novedoso son sus costumbres urbanas. Es una raza dotada de alt¨ªsima productividad, obsesionada enfermizamente por la gloria profesional, que persigue el ¨¦xito por el placer de triunfar en la selva del libre mercado y que no ha traicionado del todo los tics culturales de la era del furor anticonsumista. Los pavores favoritos de los yuppies son el colesterol, el fracaso, los kilos, la pol¨ªtica y la calvicie. Est¨¢n fanatizados por los cuidados del cuerpo, pero su eslogan es Nada de sexo en los ochenta. Aterrorizados por el herpes, el SIDA, los gonococos y dem¨¢s secuelas del promiscuo sexag¨¦simo superior, practican los placeres castos. Ese p¨¢nico por los contactos corporales, sin embargo, no hace peligrar el futuro de la especie: los yuppies fecundan in vitro. Ah¨ª estar¨ªa la gran diferencia con los jupis.
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