"Espero que en diciembre se llegar¨¢ a un acuerdo con EE UU para negociar formalmente su presencia militar"

Durante una conversaci¨®n de casi cuatro horas, que hemos resumido, el ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, repasa los temas pendientes de la pol¨ªtica exterior espa?ola En su agenda de los pr¨®ximos diez d¨ªas: una nueva ronda de conversaciones con EE UU sobre las bases, Gibraltar, la b¨²squeda de una pol¨ªtica exterior y de seguridad com¨²n europea en la cumbre de Luxemburgo, y, flotando sobre todo ello, la presencia de Espa?a en la OTAN y el refer¨¦ndum prometido para los pr¨®ximos meses.Pregunta. Usted ha llegado a este ministerio casi al final de la legislatura, pero a¨²n quedan temas pendientes...

Respuesta. Los objetivos fundamentales que se plantea el Gobierno desde el punto de vista de Pol¨ªtica exterior son, de un lado, ubicar a Espa?a definitivamente en el espacio pol¨ªtico, econ¨®mico y de seguridad que le corresponde. Es decir, resolver definitivamente el problema de la Alianza Atl¨¢ntica, el problema de la no existencia de relaciones diplom¨¢ticas plenas con Israel, profundizar la pol¨ªtica de acercamiento a Am¨¦rica Latina, continuar la pol¨ªtica global con el Magreb. Hay otro importante objetivo, que consiste en reconocer el hecho de la internacionalizaci¨®n de la econom¨ªa, que es un fen¨®meno nuevo. La econom¨ªa se hace cada vez m¨¢s internacional y forma parte de la pol¨ªtica exterior. Es imposible separar la pol¨ªtica exterior de la pol¨ªtica econ¨®mica. Esto explica el tema del COCOM y de la presencia en otros organismos internacionales en los que Espa?a debe estar presente y que tienen un inter¨¦s cada vez mayor.

Por otro lado, hay que abordar muchos problemas de la integraci¨®n de Espa?a en las Comunidades Europeas. Temas de la importancia de la pol¨ªtica mediterr¨¢nea o la negociaci¨®n con los pa¨ªses de la EFTA, o la adaptaci¨®n del derecho espa?ol al derecho comunitario, que son cuestiones muy complicadas. Por ¨²ltimo, pero muy importante, queda la modernizaci¨®n, el fortalecimiento del servicio exterior espa?ol, para el que estamos adoptando normas y medidas de distintos tipos, aunque con evidentes limitaciones presupuestarias.

P. Una de las cuestiones m¨¢s inmediatas es la de la negociaci¨®n de la reducci¨®n de la presencia militar estadounidense en Espa?a. ?Es probable que se marque una fecha para abrir un proceso negociador formal, teniendo en cuenta que falta poco m¨¢s de dos a?os para que expire el actual acuerdo y vistas las reticencias estadounidenses para abordar este asunto?

R. En lo que se refiere a mi propia experiencia personal sobre este asunto, el primer contacto que tuve con George Shultz como ministro de Asuntos Exteriores fue para plantearle c¨®mo nosotros consider¨¢bamos vinculada la presencia de Espa?a en la Alianza Atl¨¢ntica con una nueva valoraci¨®n de la aportaci¨®n a la seguridad com¨²n y el tema de las instalaciones y autorizaciones de uso norteamericanos en Espa?a. Tambi¨¦n le dije que entend¨ªamos que ese an¨¢lisis iba a producir ciertas consecuencias en el sentido de la reducci¨®n gradual de la presencia norteamericana, lo cual no representaba una disminuci¨®n de la aportaci¨®n de Espa?a a la seguridad occidental. Esto era continuaci¨®n de lo que el presidente del Gobierno hab¨ªa expuesto de manera expl¨ªcita a Reagan en Madrid y que explic¨® detalladamente en nuestro reciente viaje a Estados Unidos. Ello condujo a la primera tanda de conversaciones, que se celebr¨® a finales de octubre en Madrid y que continuar¨¢ la pr¨®xima semana. El objetivo es abrir unas negociaciones formales con EE UU, que se producir¨ªan en 1986, en las que se haga una nueva valoraci¨®n de este tema, teniendo en cuenta que el acuerdo ¨²ltimo se firm¨® en 1982, pero que la situaci¨®n real de las bases data de hace m¨¢s de 30 a?os.

En los documentos que presentaremos la semana que viene se llega a la conclusi¨®n, no por razones emocionales, sino t¨¦cnicas, de que es conveniente y posible Regar a una disminuci¨®n de la presencia militar de EE UU en Espa?a. Manteniendo, repito, nuestra colaboraci¨®n a la seguridad com¨²n. Conf¨ªo en que la parte norteamericana entiende esta propuesta y que se har¨¢ un documento conjunto en este sentido.

P. El comunicado conjunto, ?saldr¨ªa en la reuni¨®n de la semana que viene aqu¨ª, en Madrid?

R. No s¨¦ si en la pr¨®xima reuni¨®n ni qu¨¦ tipo de documento. Yo espero que este mes se llegar¨¢ a un acuerdo con EE UU para negociar formalmente la reducci¨®n de su presencia militar en Espa?a. En este contexto es en el que tenemos que entender las recientes declaraciones del presidente del Gobierno. ?l entiende que va a producirse una soluci¨®n negociada.

Planteamiento unilateral

P. ?Y si no fuera as¨ª?

R. En ese caso, como ha dicho muy bien el presidente, Espa?a tendr¨ªa que optar por un planteamiento unilateral. Pero nuestra tesis, y en ella estamos trabajando, es que tenemos que dar a este asunto una soluci¨®n negociada y que queremos llegar a ella.

P. Esto, naturalmente, en el caso de que se convoque el refer¨¦ndum sobre la OTAN, se gane y nos quedemos en la Alianza Atl¨¢ntica, porque existe un compromiso con los norteamericanos de que s¨®lo se desarrollar¨¢ la reducci¨®n de efectivos una vez que se desvelen esas dudas.

R. El Gobierno espa?ol tiene el compromiso de celebrar el refer¨¦ndum. Entendemos, adem¨¢s, que la mayor¨ªa de la opini¨®n p¨²blica as¨ª lo quiere. Este refer¨¦ndum se basa no sobre una indecisi¨®n del Gobierno, como se ha dicho, sino sobre una decisi¨®n, que es muy firme y consiste en permanecer en la Alianza Atl¨¢ntica. No es problema de entrar o salir, sino simplemente de permanecer, porque permanecer en la Alianza Atl¨¢ntica conviene a los intereses de Espa?a. Y tambi¨¦n pensamos que ese refer¨¦ndum, siempre con los m¨¢rgenes de seguridad con los que se puede hablar de un acto electoral, lo vamos a ganar. Tengo el convencimiento de que el pueblo espa?ol votar¨¢, como lo ha hecho otras veces, con inteligencia hist¨®rica y comprender¨¢ lo que se le est¨¢ diciendo. Se ha criticado este asunto del refer¨¦ndum diciendo que es algo ins¨®lito. Pero yo vengo, por ejemplo, de un viaje a Suiza, y el ministro de Asuntos Exteriores de ese pa¨ªs me cont¨® que piensan hacer un refer¨¦ndum preguntando ahora al pueblo suizo si quiere entrar o no en la ONU. Al tema de la OTAN le he dedicado mucha atenci¨®n, porque me ha parecido siempre un tema vinculado a la uni¨®n y a la solidaridad europea, en vez de como aqu¨ª se entiende, como algo vinculado a EE UU. La OTAN nace fundamentalmente como un resultado de la solidaridad europea.

Integraci¨®n militar

P. ?Realmente, qu¨¦ entiende el Gobierno por no integraci¨®n militar en la Alianza Atl¨¢ntica?

R. Sobre este tema hay una confusi¨®n enorme. En las conversaciones de 1982, el Gobierno que presid¨ªa Calvo Sotelo, aun teniendo inter¨¦s en la integraci¨®n militar, se encontr¨® con dificultades t¨¦cnicas muy grandes. Por otra parte, se hacen aportaciones muy importantes por algunos pa¨ªses que no est¨¢n en la estructura militar. Por ejemplo, toda la fuerza estrat¨¦gica de EE UU est¨¢ fuera de la estructura militar de la OTAN y nadie puede imaginarse la OTAN sin esa fuerza. Otro ejemplo: Francia no est¨¢ en el sistema militar integrado y tiene 48.000 soldados en Alemania.

Hay un valor com¨²n en Europa que consiste en que cada pa¨ªs adapta su presencia en la OTAN a sus circunstancias de todo tipo. Estamos en 1985 y no en 1949, y podemos hacer una aportaci¨®n moderna adaptada a nuestros propios intereses y a nuestras propias circunstancias. En otras palabras, la posici¨®n de nuestro Gobierno es la de que Espa?a puede aportar su responsabilidad a la defensa de Europa desde una posici¨®n singular y propia. Supongo que el pr¨®ximo debate parlamentario sobre seguridad permitir¨¢ profundizar sobre este tema.

P. Ma?ana se abre en Luxemburgo la segunda cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de las Comunidades Europeas en las que va a participar Espa?a. En un nuevo tratado se contemplan tambi¨¦n las cuestiones de seguridad.

R. All¨ª se va a discutir un tratado de cooperaci¨®n pol¨ªtica y de seguridad. Incluso se est¨¢ discutiendo todav¨ªa si se incluye o no la palabra seguridad en el t¨ªtulo. Pero se incluya o no, hay un objetivo fundamental: con la excepci¨®n de Irlanda, que obedece a unas razones espec¨ªficas, todos los dem¨¢s pa¨ªses de la CEE pertenecen a la Alianza Atl¨¢ntica. Los pa¨ªses comunitarios est¨¢n dispuestos a coordinar en mayor grado la pol¨ªtica de seguridad, tanto en sus aspectos pol¨ªticos como econ¨®micos.

Hay as¨ª una preocupaci¨®n por parte de todas las instancias pol¨ªticas europeas de construir una posici¨®n europea propia dentro de todo el esquema de la Alianza. Lo que se quiere, adem¨¢s, es que cuando se re¨²nan los directores pol¨ªticos de los pa¨ªses de la CEE y sus ministros, cada 15 d¨ªas, para hablar de pol¨ªtica, se incluyan los temas de seguridad. En esto est¨¢n de acuerdo tanto los Gobiernos europeos de izquierdas como los de derechas. Y esto es algo de lo que hay en el fondo de ese tratado de cooperaci¨®n pol¨ªtica.