"No contemplamos la discusi¨®n de la soberan¨ªa de las Malvinas"
"La entrada de Espa?a en la CEE reforzar¨¢ la solidaridad de las instituciones democr¨¢ticas comunitarias"
Pregunta. ?Cu¨¢l es su valoraci¨®n de las conversaciones de Ginebra entre el presidente Reagan y el secretario general Mijail Gorbachov? ?Se puede afirmar que el mundo es un lugar m¨¢s seguro ahora?Respuesta. Mi valoraci¨®n est¨¢ basada en la que hicieron los dos participantes. El presidente Reagan ha dicho que se trataba de un nuevo comienzo y el se?or Gorbachov las ha calificado de coyuntura decisiva. Creo que significa el comienzo de una serie de oportunidades a las que est¨¢ claro que ambas superpotencias y ambos l¨ªderes se aplican con toda seriedad. La reuni¨®n ha puesto los cimientos de tina serie de trabajos futuros y eso en s¨ª es un signo esperanzador.
P. ?Cree usted que se producir¨¢n resultados concretos y, si es as¨ª, cu¨¢nto tardar¨¢n en materializarse?
R. Ambos l¨ªderes dejaron claro que los resultados tardar¨¢n un tiempo considerable en materializarse. Yo siempre he subrayado que una parte crucial de todo el proceso radica en conseguir una mejora en el entendimiento mutuo. Lo que se ha producido no es simplernente una disposici¨®n de buscar resultados, sino unas instrucciones espec¨ªficas de los dos dirigentes para seguir adelante con las negociaciones sobre control de armamentos, especialmente aquellas en las que existe un grado de terreno com¨²n. No debemos ser impacientes. Ser¨¢ un largo camino, pero creo que, como declar¨¦ en Helsinki, la cumbre representa un paso importante hacia un afianzamiento de la confianza sobre la que dependen los resultados.
La fuerza nuclear brit¨¢nica
P. Despu¨¦s de Ginebra, ?hay alguna raz¨®n para que el Gobierno brit¨¢nico cambie o altere su posici¨®n sobre la oferta de Gorbachov de discutir una reducci¨®n de las fuerzas nucleares independientes brit¨¢nica y francesa, o, por el contrario, la posici¨®n sigue siendo la misma?
R. Perm¨ªtame que distinga entre dos rosas. Como la primera ministra dijo en su respuesta a Mijail Gorbachov y hemos dicho en repetidas ocasiones, estamos dispuestos a hablar en general de la cuesti¨®n de control de armamentos. Pero la cuesti¨®n de considerar o acceder a cualquier reducci¨®n en la fuerza disuasoria brit¨¢nica es un tema completamente diferente, que no podr¨ªamos hacer en las presentes circunstancias. Nuestra posici¨®n es la misma que la que expuse en las Naciones Unidas en septiembre de 1983. Nuestra fuerza disuasoria nuclear es la m¨ªnima necesaria para nuestra defensa. Supone aproximadamente un 3% del arsenal de cualquiera de las superpotencias. Por tanto, antes de que pudi¨¦ranlos reconsiderar nuestra posici¨®n, se precisar¨ªan reducciones sustanciales en los arsenales nucleares de las superpotencias, sin que se produjera cambio alguno en las capacidades defensivas de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Y esto no se ha producido todav¨ªa.
P. Pero ?no cree que los sovi¨¦ticos tienen raz¨®n al pretender incluir los arsenales brit¨¢nico y franc¨¦s en las negociaciones?
R. Las conversaciones de Ginebra son entre la Uni¨®n Sovi¨¦tica y Estados Unidos. En ese contexto, no hay lugar para la discusi¨®n de nuestros arsenales nucleares.
P. Hace unos meses, usted calific¨® la Iniciativa de Defensa Estrat¨¦gica (SDI) como una especie de l¨ªnea Maginot espacial que el mundo no necesita en estos momentos. ?Opina ahora lo mismo? ?son muy distantes las posiciones norteamericana y europea en este tema?
R. Pienso que se necesita leer la totalidad de ese discurso para tener una visi¨®n equilibrada del argumento. Aunque no estaba expresando ning¨²n juicio o conclusi¨®n sobre las muchas cuestiones planteadas por la Iniciativa de Defensa Estrat¨¦gica, creo que lo que dije fue que los sovi¨¦ticos llevaban mucho tiempo investigando en gran escala sobre este tema y que la investigaci¨®n emprendida por Estados Unidos era una respuesta prudente y necesaria a esta investigaci¨®n sovi¨¦tica. ?sta es la opini¨®n generalizada y sobre la que la OTAN est¨¢ de acuerdo, y as¨ª fue expresada en el acuerdo de Camp David las Navidades pasadas entre el presidente Reagan y la primera ministra brit¨¢nica.
P. De las ¨²ltimas declaraciones hechas por funcionarios brit¨¢nicos en Sof¨ªa y en Londres parece deducirse que el Gobierno brit¨¢nico ha suavizado su postura con relaci¨®n a la Unesco. ?Significa eso que piensan quedarse o, por el contrario, que mantendr¨¢n el preaviso y se retirar¨¢n a final de este a?o?
R. No hemos llegado a una decisi¨®n todav¨ªa. Hemos trabajado duramente con nuestros amigos y socios de Europa y de la Conimonwealth para conseguir reformas, y tiene usted raz¨®n al decir que se ha conseguido alg¨²n progreso, pero tambi¨¦n hay que registrar algunas desilusiones; por tanto, llegaremos a una decisi¨®n definitiva en una, dos o tres semanas lo m¨¢s tarde.
Las Malvinas
P. Parece que Argentina ha eliminado una referencia expl¨ªcita al tema de la soberan¨ªa como condici¨®n previa para la reanudaci¨®n de las conversaciones sobre las Malvinas. ?Tienen ustedes intenci¨®n de reanudar esas conversaciones en un futuro inmediato?
R. Creo que en este tema hay que considerar la posici¨®n de Argentina en su totalidad. Es verdad que no hay una referencia expl¨ªcita en la ¨²ltima resoluci¨®n a la cuesti¨®n de la soberan¨ªa, pero la resoluci¨®n habla de la discusi¨®n de todos los aspectos sobre el futuro de las Malvinas (Naturalmente, Howe utiliz¨® la expresi¨®n Falkland Islands.) Y est¨¢ claro, por lo que hay declarado en todos los sitios, que esa frase se refiere a la soberan¨ªa y que prev¨¦n la transferencia de soberan¨ªa como uno de los objetivos principales de las conversaciones. Por otra parte, no dicen nada sobre los deseos de los habitantes, tema al que nosotros concedemos gran importancia. Y en las conversaciones que han mantenido con los l¨ªderes de la oposici¨®n (brit¨¢nica) no hay ninguna referencia a los deseos de los isle?os. Nuestra posici¨®n es la siguiente: nos congratulamos del regreso de Argentina a la democracia y deseamos toda clase de parabienes a su Gobierno. Deseamos volver a tener relaciones m¨¢s normales con el Gobierno y el pueblo argentinos, pero no podemos contemplar la discusi¨®n de la soberan¨ªa. Nos hemos esforzado y hemos hecho toda clase de intentos para conseguir una vuelta a una situaci¨®n normal. En el verano de 1984 convocamos una reuni¨®n en Berna y pensamos de com¨²n acuerdo que la cuesti¨®n de la soberan¨ªa ser¨ªa planteada, primero, y dejada a un lado, despu¨¦s. De esta forma, hubi¨¦ramos podido proceder a negociar sobre el establecimiento de relaciones m¨¢s normales. Desgraciadamente, y no por nuestra culpa, no ocurri¨® as¨ª. Desgraciadamente, los argentinos no est¨¢n dispuestos a responder de igual forma e insisten en que la soberan¨ªa sea discutida; insisten realmente en la transferencia de la soberan¨ªa, sin hacer menci¨®n de los deseos de los habitantes como parte del orden del d¨ªa de las conversaciones.
Gibraltar
P. En Espa?a existe un consenso de que el acuerdo sobre Gibraltar contribuy¨® a remover el ¨²nico obst¨¢culo para la normalizaci¨®n de relaciones entre los dos pa¨ªses. En este contexto, ?espera usted resultados concretos de su visita la pr¨®xima semana a Madrid, quiz¨¢ un acuerdo de utilizaci¨®n conjunta del aeropuerto de la Roca o la asignaci¨®n de un papel consultivo a Espa?a en los asuntos gibraltare?os parecido al asignado a Irlanda en el reciente acuerdo sobre el Ulster?
R. Estoy muy ilusionado con mi pr¨®xima visita a Madrid. Despu¨¦s de dos visitas, con ocasi¨®n de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa y para firmar el tratado de adhesi¨®n a las Comunidades y de mis pasadas vacaciones, estoy empezando a conocer el pa¨ªs. As¨ª que espero disfrutar esta vez, aunque se trata de una visita de trabajo. Las conversaciones ser¨¢n las primeras de una serie de reuniones anuales previstas en la declaraci¨®n de Ginebra. Creo tambi¨¦n que refleja una relaci¨®n mucho m¨¢s amplia, ya que, como socios en la Comunidad Econ¨®mica Europea, tendr¨¦ oportunidad de discutir con mi colega espa?ol un n¨²mero amplio de temas. Obviamente, discutiremos un n¨²mero de cuestiones que afectan a Gibraltar. Como acordamos en Ginebra y en Bruselas, estamos dispuestos a discutir la cuesti¨®n de la soberan¨ªa, pero dentro del contexto de nuestro firme compromiso, desde luego perfectamente comprendido, de respetar los deseos del pueblo de Gibraltar, ya que as¨ª lo establece su Constituci¨®n. En este contexto, hay que decir que existen considerables diferencias entre las situaciones de Gibraltar y de Irlanda del Norte. No existe un equivalente en Gibraltar de la minor¨ªa nacionalista existente en Irlanda del Norte. El Gobierno irland¨¦s acaba de dar su acuerdo a un compromiso internacional en el que se compromete a respetar los deseos de la mayor¨ªa en Irlanda del Norte. La ¨²nica lecci¨®n que se debe aprender es que ahora podemos buscar una mejora de todo el contexto de las relaciones entre Espa?a, el Reino Unido y Gibraltar, en el que todas esas cuestiones pueden ser discutidas. En este momento, no me gustar¨ªa identificar este o aquel aspecto de la negociaci¨®n. Personalmente, estoy muy satisfecho de la cooperaci¨®n pr¨¢ctica que se est¨¢ produciendo en ambos lados de la frontera, como el incremento de las actividades comerciales, de viajes, etc¨¦tera. Creo que debe ser gradual.
P. ?Estuvo usted en Gibraltar el pasado verano?
R. En junio, y creo que, despu¨¦s de la interrupci¨®n del cierre de la frontera, su apertura est¨¢ ayudando a la creaci¨®n de un clima de confianza. Espero que gradualmente, en ese marco, ser¨¢ posible discutir cada vez m¨¢s cuestiones, con m¨¢s y m¨¢s utilidad.
P. El Reino Unido ha apoyado siempre el incremento del Mercado Com¨²n y la entrada de Espa?a y Portugal. ?Qu¨¦ deben esperar Espa?a y Portugal de la Comunidad y qu¨¦ debe esperar la Comunidad de los dos pa¨ªses ib¨¦ricos en el primer a?o de pertenencia a las instituciones comunitarias?
R. Creo que la adhesi¨®n de Espa?a y Portugal a la Comunidad es enormemente bienvenida por todos los pa¨ªses comunitarios, igualmente que lo es por Espa?a y Portugal. Como ocurre con todos estos acontecimientos, habr¨¢ que esperar un cierto tiempo para ver todas sus consecuencias. Pero creo que la m¨¢s inmediata e importante es el reforzamiento de la solidaridad de las instituciones democr¨¢ticas de la Comunidad. Y espero igualmente que sirva para reforzar y consolidar los propios cimientos democr¨¢ticos de Espa?a y Portugal. Igualmente, los mercados de bienes y servicios para todos se ampliar¨¢n a medida que se pone en pr¨¢ctica la adhesi¨®n. Habr¨¢ beneficios pol¨ªticos y beneficios econ¨®micos para la totalidad de Europa. Igualmente creo que contribuir¨¢ a incrementar la voz y la autoridad de Europa en el resto del mundo.
Espa?a y la OTAN
P. El Gobierno espa?ol est¨¢ comprometido a celebrar un refer¨¦ndum la primavera sobre la OTAN. Desde el punto de vista de la defensa europea y occidental, ?cu¨¢l es el valor de Espa?a?
R. No ser¨ªa correcto para m¨ª especular sobre el resultado de ese refer¨¦ndum. Ciertamente, nosotros continuamos apoyando la pertenencia de Espa?a a la OTAN y Espa?a tiene indudablemente un papel importante que desempe?ar. Esperamos que Espa?a se integre a su debido tiempo en la organizaci¨®n militar, pero eso es una cuesti¨®n que ata?e s¨®lo a Espa?a. Damos la bienvenida a cualquier signo que signifique una reafirmaci¨®n de la posici¨®n de Espa?a en la OTAN. Y nos gustar¨ªa mucho que as¨ª ocurriera.
P. ?Qu¨¦ puede hacer el mundo para luchar con m¨¢s ¨¦xito en contra del terrorismo? ?No ha llegado el momento de convocar una conferencia internacional sobre el tema?
R. No creo que necesitemos otra conferencia. Hemos planteado el tema del terrorismo en muchas reuniones internacionales y siempre hemos recibido toda clase de apoyo por parte de aquellos con los que lo hemos discutido. Hay acuerdos de sobra en la Comunidad, en el Consejo de Europa, entre los siete, etc¨¦tera. Lo que ahora se necesita es una cooperaci¨®n m¨¢s efectiva y pr¨¢ctica y la puesta en vigor de los acuerdos. Una cooperaci¨®n realmente efectiva sobre el intercambio de informaci¨®n y sobre la mejora de unos servicios conjuntos de inteligencia. Y al mismo tiempo, una determinaci¨®n franca y muchas veces dif¨ªcil, por parte de los pueblos y Gobiernos afectados, para tomar las acciones que sean necesarias cuando se produzca un incidente grave para demostrar que el terrorismo no es rentable. Tanto su pa¨ªs como el nuestro sufren distintas formas de terrorismo y debemos hacer frente juntos a las tareas que son realmente necesarias para el futuro de la civilizaci¨®n.
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