Neutralizar los vertidos industriales
El reto de atajar en la regi¨®n madrile?a 64.000 toneladas anuales de productos t¨®xicos
Los informes previos realizados como soporte de la redacci¨®n del PCARI se?alan que en Madrid se producen anualmente alrededor de 500.000 toneladas de residuos industriales. De ellas, unas 340.000 toneladas corresponden a lo que se denominan residuos industriales inertes -vidrios, escombros, escorias, etc¨¦tera- y otras 89.000 a residuos asimilables a los urbanos. En ambos casos, su impacto contaminante es menor y a menudo puramente visual. No representan graves peligros sanitarios y, por lo general, admiten un tratamiento similar al de los residuos urbanos y pueden ser depositados en vertederos corrientes aunque sujetos a algunas medidas de control.Los verdaderamente peligrosos son los residuos que forman el paquete de las 64.200 toneladas. De dicho total, 17.100 toneladas corresponden a productos susceptibles de incineraci¨®n (s¨®lidos o fangos con grasas, cianuros s¨®lidos o restos de tener¨ªas); otras 4.900 toneladas son aceites diversos y emulsiones aceitosas; 35.100 toneladas de residuos necesitar¨¢n inevitablemente ser neutralizadas en una planta f¨ªsico-qu¨ªmica (fundamentalmente subproductos como ¨¢cido clorh¨ªdrico, sulf¨²rico o n¨ªtrico, ba?os alcalinos o con sales met¨¢licas). Por ¨²ltimo, se han contabilizado otras 7.100 toneladas de residuos susceptibles de ser depositados en un complejo especial, denominado dep¨®sito de seguridad, que albergar¨ªa fangos impregandos de metales, grasas no incinerables, asbestos y amiantos, entre otros.
Los t¨¦cnicos de la comunidad y de los Ayuntamientos m¨¢s afectados por la contaminaci¨®n industrial, que coinciden con los grandes n¨²cleos del ?rea Metropolitana, M¨®stoles, Getafe, Legan¨¦s, Alcal¨¢ de Henares, San Sebasti¨¢n de los Reyes, por citar algunos, han rastreado empresa por empresa, a menudo venciendo las resistencias de sus responsables, para conocer con la mayor exactitud los productos generados, por cada una, su grado de toxicidad y el tratamiento empleado para su neutralizaci¨®n. Las. conclusiones generales han sido muy pesimistas. Son muy pocas las empresas que se han preocupado por instalar sus propios sistemas de depuraci¨®n que, por otra parte, con cierta frecuencia no funcionan a pleno rendimiento.
Rodolfo Garc¨ªa-Pablos, director general de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, afirm¨® que la falta de una legislaci¨®n clara, incluso en su aspecto represivo, y la pol¨ªtica empresarial de no destinar fondos a gastos improductivos, ha propiciado que la mayor parte de las industrias optaran simplemente por arrojar sus desechos a vertederos incontrolados o directamente a los r¨ªos de la regi¨®n.
T¨¦cnicos de las administraciones aut¨®noma y municipal han detectado numerosas empresas que, por su volumen de residuos y la peligrosidad de los mismos, requieren una atenci¨®n especial. Son los casos de Uralita, en Getafe; de Cervezas El ?guila, en San Sebasti¨¢n de los Reyes; de Uribarri, en Arganda del Rey, de la papelera La Paquita, en Villanueva de la Ca?ada, por citar algunas. Al margen de estos casos individuales, es particularmente grave la contaminaci¨®n registrada en la vega del Jaraina, el corredor Madrid-Guadalajara y la zona industrial del sur del Area Metropolitana.
La empresa Uribarri se dedica al reciclaje de aceites pesados, y genera un subproducto de unas 1.000 toneladas anuales, que arroja a una parcela situada en el t¨¦rmino municipal de Arganda del Rey, en un terreno rico en agua, surcado por vetas fluviales y lagunas, muy vulnerables a las filtraciones t¨®xicas. Agust¨ªn Orellana, concejal de Sanidad de Arganda del Rey, afirm¨® que hace cerca de tres a?os se oblig¨® a la empresa a la construcci¨®n de una peque?a depuradora, que ha reducido en parte la contaminaci¨®n. El concejal a?adi¨® que las relaciones con la empresa han sido siempre muy tensas y fr¨ªas.
En unas declaraciones a Radio El Pa¨ªs, un portavoz de la empresa asegur¨® que no hab¨ªa ning¨²n peligro de contaminaci¨®n, y puso como ejemplo el hecho de que no se hubieran detectado problemas entre los trabajadores empleados.
Fernando Garc¨¦s, director del centro municipal de salud de Alcal¨¢ de Henares, expuso que la situaci¨®n en todo el municipio ha mejorado bastante desde que el Ayuntamiento puso en marcha el Plan de Saneamiento Integral. En Alcal¨¢ se hab¨ªan detectado empresas como la americana Merck SD, que genera residuos potencialmente cancer¨ªgenos que ni siquiera pueden ser conducidos a una depuradora corriente, o la industria Qu¨ªmica Sint¨¦tica, particularmente peligrosa por estar situada en el casco urbano, con lo que sus aguas residuales son arrojadas al alcantarillado urbano. La construcci¨®n del colectores espec¨ªficamente para canalizar los residuos industriales ha permitido la recuperaci¨®n de un tramo de 35 kil¨®metros del r¨ªo Henares, completamente contaminado hasta hace dos a?os, y donde ahora se celebran campeonatos de pesca. Aun as¨ª, los colectores, aunque m¨¢s abajo, siguen vertiendo los residuos t¨®xicos al r¨ªo. Es el caso de la ya citada papelera La Paquita, que vierte directamente a un tramo del r¨ªo Guadarrama utilizado hasta hace poco como lugar de ba?os y asueto por los vecinos de Villanueva de la Ca?ada y los pueblos cercanos.
Aire y agua
Garc¨ªa-Pablos insiste en que los residuos industriales t¨®xicos no pueden estar en contacto con el aire ni con el agua, y menciona el caso de Uralita, una de las grandes empresas de Getafe, que durante a?os ha depositado y deposita al aire libre, en su propia parcela, toneladas de residuos de fibras de cementos en los que se han detectado asbestos, material potencialmente cancer¨ªgeno, que forman verdaderas monta?as visibles desde el exterior. Fuentes municipales de Getafe confirmaron que, aunque no se tienen datos concretos sobre el nivel de contaminaci¨®n o qu¨¦ empresas en concreto contaminan, la situaci¨®n en general es preocupante, desde el momento que las industrias no est¨¢n sometidas a control. Las metal¨²rgicas, de recubrimientos met¨¢licos, las qu¨ªmicas, las alimentarias y las de papel y artes gr¨¢ficas son las ramas industriales con mayor potencial contaminante.
La Consejer¨ªa de Ordenaci¨®n Territorial y Medio Ambiente ha planeado, a trav¨¦s del PCARI, tres grandes proyectos dirigidos a neutralizar los vertidos industriales incontrolados: el dep¨®sito de seguridad, la planta f¨ªsico-qu¨ªmica y la planta de incineraci¨®n, en colaboraci¨®n con el Ayuntamiento de Madrid y el Ministerio de Obras P¨²blicas y Urbanismo. El dep¨®sito de seguridad, el primero de los tres puntales del programa, est¨¢ teniendo serios problemas por la oposici¨®n del Ayuntamiento de San Fernando de Henares y otros de la comarca, as¨ª como de organizaciones ecologistas y entidades ciudadanas que se niegan a que se instale en el t¨¦rmino municipal.
Celdas subterr¨¢neas
La planta f¨ªsico-qu¨ªmica se construir¨¢ en el complejo de la depuradora de Veldebebas y requerir¨¢ una inversi¨®n de casi 240 millones de pesetas. Los productos ser¨¢n neutralizados y saldr¨¢n de all¨ª, o bien en forma l¨ªquida, para seguir el proceso normal de depuraci¨®n de los residuos urbanos, o en forma de pasta, para ser ubicados en el dep¨®sito de seguridad. Este ¨²ltimo requiere una inversi¨®n de 632 millones de pesetas y, como explic¨® Garc¨ªa-Pablos, no consiste simplemente en enterrar los residuos y olvidarse de ellos. El dep¨®sito, seg¨²n el croquis de las instalaciones, constar¨¢ de varias celdas subterr¨¢neas, absolutamente aisladas del terreno circundante mediante capas de arcilla especialmente adecuadas por su impermeabilidad y planchas de polietileno de alta densidad, dispuestas en franjas sucesivas. Las celdas est¨¢n situadas en galer¨ªas que permiten la visita de los t¨¦cnicos de seguridad.
La planta de incineraci¨®n significar¨¢ una inversi¨®n de 650 millones de pesetas, pero a¨²n no est¨¢ determinada ni siquiera su ubicaci¨®n exacta. Al margen de los residuos destinados a cada uno de los tres centros, queda pendiente el problema de los productos no admisibles en el dep¨®sito. Entre ellos se encuentran los residuos radiactivos, de los que se har¨¢ cargo una empresa nacional que centraliza la recogida de los producidos en toda Espa?a.
En resumen, el PCARI, que incluye tambi¨¦n el sellado de vertederos incontrolados y sistemas piloto de recuperaci¨®n de residuos, supone una inversi¨®n de casi 2.000 millones de pesetas, que ser¨¢n costeados por organismos p¨²blicos.
Las organizaciones ecologistas, sin embargo, insisten en que el tratamiento de los residuos no puede llevarse a cabo desde una ¨®ptica administrativa y economicista, sino que es imprescindible la sensibilizaci¨®n y vigilancia de la poblaci¨®n y la adopci¨®n de medidas de control a todos los niveles. Citan, como ejemplos claros, que mezclados con los residuos urbanos normales, diariamente se vierten en vertederos situados en descampados o a lo largo de las carreteras comarcales desechos de baja radiactividad procedentes de empresas farmac¨¦uticas u hospitales, l¨ªquidos t¨®xicos de talleres y empresas medianas o residuos s¨®lidos contaminantes.
Guante blanco para empresas reacias
Las empresas madrile?as, por lo general, no acaban de asumir el principio de que quien contamina paga. "La mayor¨ªa de las empresas que producen residuos s¨®lidos o l¨ªquidos contaminantes se han puesto de u?as al conocer los proyectos de la comunidad, por cuanto implican un mayor control de sus actividades y la obligatoriedad de controlar de alguna forma sus residuos", afirm¨® un alto cargo de la Administraci¨®n auton¨®mica. Esta resistencia de las empresas a incrementar sus gastos para neutralizar sus residuos ha originado situaciones casi rid¨ªculas, como le ocurri¨® al inspector municipal de Arganda del Rey, que, explic¨® el concejal de Sanidad, ten¨ªa que ir acompa?ado de la Polic¨ªa Municipal en sus visitas a la empresa Uribarri "porque si no no le dejaban entrar".En cada Ayuntamiento, casi con cada empresa, se ha debido llegar a acuerdos, a veces firmados y a veces no. Un concejal de Alcal¨¢ de Henares recuerda c¨®mo, en sus negociaciones con las empresas, alguna de ellas amenaz¨® veladamente con que el hecho de destinar recursos a combatir la contaminaci¨®n pod¨ªa repercutir negativamente en el n¨²mero de puestos de trabajo. ?ste ha sido uno de los argumentos utilizado con mayor frecuencia por las industrias reacias.
El pragmatismo de la Administraci¨®n auton¨®mica -falta de coraje pol¨ªtico, lo llaman los ecologistas- se refleja tanto en el proyecto de reglamento de residuos industriales de la Comunidad de Madrid como en la propia redacci¨®n del Programa Coordinado de Actuaci¨®n de Residuos Industriales (PCARI). En el primero se establecen normas obligatorias para que las actividades de las industrias, el tratamiento, transporte y almacenaje de sus desechos se hagan observando las reglas de seguridad, y amenaza con severas sanciones, de hasta cinco millones de pesetas, con la salvaguarda que "en el caso de reincidencia la multa se podr¨¢ reiterar tantas veces como n¨²mero de infracciones se produzcan, pudiendo comportar la retirada temporal o definitiva de la licencia de actividad".
Trasladar todos los costes de la descontaminaci¨®n a las empresas, seg¨²n reza el propio PCARI, "no har¨ªa sino aumentar la resistencia de las empresas a la utilizaci¨®n del servicio que, si bien en puridad debiera resultar obligatoria, no entra en el c¨¢lculo realista de lo que hoy est¨¢n dispuestas a satisfacer la mayor parte de las empresas".
Para que no todo sean obligaciones, el Gobierno regional ha decidido que la creaci¨®n del sistema de tratamiento de los residuos -el dep¨®sito de seguridad, la planta f¨ªsico-qu¨ªmica y la planta de incineraci¨®n-, por valor de unos 2.000 millones de pesetas, se hagan con cargo a fondos p¨²blicos que aporatar¨¢n la propia comunidad, el Ministerio de Obras P¨²blicas y Urbanismo y el Ayuntamiento de Madrid.
Las industrias que no cuenten con sus propios medios de tratamiento, la inmensa mayor¨ªa, pagar¨¢n un canon, cifrado inicialmente en 3.500 pesetas por tonelada de residuos. En el caso de empresas importantes que generen m¨¢s de 3.000 toneladas anuales, "podr¨ªan estudiarse precios especiales".
Este praginatismo es uno de los aspectos del PCARI m¨¢s criticado por Acci¨®n Ecologista Social, organizadora, entre otros actos, del primer encuentro estatal de Amantes de la Basura, que en un informe publicado hace poco, acusa a la comunidad de no tener el suficiente coraje pol¨ªtico para hacer cumplir tajantemente el principio quien contamina, paga.
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