Ovaci¨®n belga para artistas espa?oles

ENVIADO ESPECIALLa actuaci¨®n del Ballet Nacional de Espa?a en Bruselas, el pasado lunes por la noche, con la presencia de los reyes de B¨¦lgica, Balduino y Fabiola, fue uno de los actos de clausura de Europalia 85. La gran sala del Palacio de la M¨²sica estaba abarrotada de un p¨²blico que aplaudi¨® durante m¨¢s de 12 minutos a los artistas espa?oles, algo inusual en los teatros belgas.

Durante el primer intermedio un grupo de primeros bailarines y solistas se acercaron a saludar a los Reyes, que en perfecto castellano entablaron con ¨¦stos una conversaci¨®n sobre danza que dur¨® algo m¨¢s de 20 minutos. La reina Fabiola tuvo palabras de elogio para el conjunto y la directora del Ballet Nacional de Espa?a, Mar¨ªa de ?vila, manifestando que "sent¨ªa mucho no poder estar en Madrid el d¨ªa 12 para ver el nuevo programa de esta compa?¨ªa".

Los Reyes belgas se interesaron por temas t¨¦cnicos tan espec¨ªficos como la iluminaci¨®n y el color del vestuario de la compa?¨ªa.

Para llevar a cabo esta representaci¨®n fue necesario el trabajo combinado de t¨¦cnicos belgas y espa?oles. Las condiciones del escenario no eran las id¨®neas para la danza, ya que su destino original son solamente recitales y conciertos. Hubo que ampliar el escenario en m¨¢s de cinco metros de profundidad, suprimiendo otras tantas filas de butacas, trabajo que se realiz¨® en el plazo r¨¦cord de una noche.

El p¨²blico, seg¨²n se pudo escuchar a la salida del espect¨¢culo, se lamentaba de que fuera un solo d¨ªa y se preguntaba cu¨¢ndo volver¨ªan a actuar en Bruselas.

Lleno total

Con un lleno total, las escaleras de la sala estaban plagadas de chicos y chicas, en su mayor¨ªa los j¨®venes alumnos de Mudra, la prestigiosa escuela de danza internacional, que ya hab¨ªan asistido en masa a los ensayos del d¨ªa anterior.Lo que el sector espa?ol del Ballet Nacional ha presentado en Bruselas es en gran parte el programa que se hab¨ªa visto en los Veranos de la Villa de Madrid. En ¨¦l se conjugan las distintas modalidades de las escuelas espa?olas, a veces de manera pura y otras enlaz¨¢ndose con elementos contempor¨¢neos.

Danza y tron¨ªo tiene excelentes momentos en las variaciones para las primeras bailarinas, pero el trabajo coreogr¨¢fico se diluye y hace confuso cuando se trata de mover un grupo numeroso de int¨¦rpretes. El dominio de Marienma como core¨®grafa del baile cl¨¢sico espa?ol de zapatilla se pone de manifiesto en un exigente tratamiento de la rapidez de pies. Los dise?os, en general afortunados, tienen aqu¨ª un logro crom¨¢tico singular.

Los solos Alborada del gracioso y Zapateado, bailados, respectivamente, por Jos¨¦ Antonio y Juan Mata, son muy diferentes entre s¨ª. El primero, con la tendencia de dotar al baile de un car¨¢cter psicologista, abierto y moderno, y el segundo, haciendo gala de un brillante taconeo tal que tuvo que bisar porque el p¨²blico no se resignaba a que abandonara el escenario.

Lo mejor

Ritmos fue lo mejor. Una pieza donde el movimiento del cuerpo de baile est¨¢ calculado de manera matem¨¢tica. Su equilibrio pl¨¢stico es llevado con sobria econom¨ªa de medios expresivos, que son la decantaci¨®n y madurez de su core¨®grafo Alberto Lorca. Su n¨²mero final, de enorme brillantez, hace uso de los palillos como un discurso sonoro paralelo y contrapuesto a la m¨²sica haciendo que el ritmo suba hasta contagiar al espectador.Medea puso el broche final y fue entendido y aplaudido. Es una creaci¨®n ambiciosa y muy terminada. El argumento tr¨¢gico sufre las variaciones de rigor al cambio de ambiente y ¨¦poca, pero la atm¨®sfera est¨¢ conseguida, aunque por momentos este clima se distiende y el hilo argumental se relaja, lo que no resulta positivo.

Entrega

El montaje se salva definitivamente con la entrega de los bailarines, desde Ana Gonz¨¢lez, Mata y Jos¨¦ Antonio en los protagonistas, hasta Antonio M¨¢rquez (este joven es m¨¢s que una promesa), con su bravura en un corto papel, y Victoria Eugenia, que se muestra como una fort¨ªsima bailarina de car¨¢cter.