El s¨ªnodo de los obispos decide adoptar un catecismo ¨²nico para las iglesias de todo el mundo
El s¨ªnodo extraordinario de obispos se clausur¨® ayer con un discurso del papa Juan Pablo II en el que se dice que dicho s¨ªnodo, "breve, pero suficiente" ha perfeccionado las normas del Concilio, se ha realizado "bajo el signo de la cruz" y ha profundizado en la naturaleza de la Iglesia "como misterio y comuni¨®n". La decisi¨®n de adoptar un catecismo ¨²nico para las iglesias de todo el mundo es uno de los frutos m¨¢s espectaculares de este s¨ªnodo extraordinario, que hoy culmina con una solemne ceremonia en la bas¨ªlica de San Pedro.
Tanto en el discurso del Papa, como en el mensaje enviado por el s¨ªnodo a los cristianos (Ad Christi fideles), como en el documento final aprobado ayer casi por unanimidad, y cuyo texto definitivo y oficial ser¨¢ entregado ma?ana a la opini¨®n p¨²blica, la nota m¨¢s destacada es la vuelta al concepto de Iglesia como misterio, es decir, a su sacralidad y sacramentalidad hasta el punto de que pr¨¢cticamente ha desaparecido en este s¨ªnodo la referencia a la Iglesia con la expresi¨®n pueblo de Dios, que hab¨ªa caracterizado la novedad del Concilio Vaticano II. Por eso, un diario italiano titula la cr¨®nica de la conclusi¨®n del s¨ªnodo R¨¦quiem por el pueblo de Dios.Seg¨²n el Papa, el concepto que ha emanado de este s¨ªnodo es el de la Iglesia como "celebradora de los misterios de Cristo a la luz de la palabra de Dios para la salvaci¨®n de los hombres", y ha a?adido que del Concilio se deduce para los cristianos "una incitaci¨®n a vivir cristianamente cada vez m¨¢s estrechamente con los principios de la fe".
Juan Pablo II ha destacado mucho tambi¨¦n en su discurso un deseo concreto del s¨ªnodo, que ¨¦l ha hecho inmediatamente suyo, como es el de la publicaci¨®n de "un catecismo compendio de toda la doctrina cat¨®lica a la cual deber¨¢n referirse los otros catecismos de todas las iglesias particulares". Y va a ser ¨¦ste seguramente el fruto m¨¢s sustancioso e importante salido de este s¨ªnodo para la Iglesia conservadora, que tanto se hab¨ªa asustado en estos a?os del pluralismo suscitado por el Concilio. Dicho catecismo ¨²nico para toda la Iglesia, que ser¨¢ redactado en Roma bajo la tutela de la Sagrada Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe, significa, para algunos observadores, el signo m¨¢s evidente de la vuelta hacia atr¨¢s del esp¨ªritu del Concilio Vaticano II, que hab¨ªa alentado la creatividad de cada Iglesia local en la expresi¨®n de la fe acomodada a las diversas circunstancias del lugar y cultura.
Y junto con la vuelta al concepto de Iglesia "misterio", es decir, distinta y segregada de la otra parte de la humanidad, otra de las caracter¨ªsticas anticonciliares que aparecen tanto en el mensaje como en el documento final de este s¨ªnodo es la concepci¨®n "pesimista" del mundo. Los padres sinodales no han sabido -por lo menos como aparece en los documentos oficiales finales- encontrar nada de bueno ni positivo que haya germinado en el mundo en estos 20 a?os. Todo lo ven bajo un signo negativo.
Ha desaparecido la idea conciliar de una Iglesia que comparte con los dem¨¢s ¨¦xitos y derrotas y que, junto con todos los hombres, busca soluciones a los problemas y aliento para las nuevas conquistas.
El mensaje del s¨ªnodo a los creyentes afirma que "los males del mundo arrancan de una impotencia del mundo para dominar sus conquistas". Y propone como remedio "la alegr¨ªa y la esperanza que nacen de Dios" y que ayudan a los hombres "a superar toda tristeza y toda angustia, ya que en esta tierra", subraya el mensaje, "ellos alzan los ojos a la ciudad celeste". Si el Vaticano Il hab¨ªa insistido sobre todo en los aspectos positivos de la historia, en este s¨ªnodo, seg¨²n explican los padres en su mensaje, han fijado especialmente su reflexi¨®n "sobre la crisis actual de la humanidad y su drama". Y presentan las relaciones Iglesia-mundo, m¨¢s que en clave de di¨¢logo y de mutua y serena colaboraci¨®n, desde una perspectiva de "desaf¨ªo". Y en su mensaje precisan que estos desafios son de orden social, econ¨®mico o pol¨ªtico. Y a continuaci¨®n citan todos los males del mundo: desde la falta de respeto por la vida y el desprecio por la familia, hasta la discriminaci¨®n racial y la deuda exterior de los pa¨ªses pobres.
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