Baby Burke
Norteamericana de 43 a?os, intent¨® celebrar la eucarist¨ªa en un altar del Vaticano
Ha sido la primera madre de familia que ha intentado celebrar la eucarist¨ªa en el altar de la confesi¨®n de la bas¨ªlica de San Pedro, del Vaticano. Baby Burke, una norteamericana de 43 a?os de edad, de Florida, casada y con cuatro hijos, salt¨® a las primeras p¨¢ginas de los diarios de todo el mundo desde que el pasado mi¨¦rcoles, sobre las 14.30, se dirigiera con una estola verde y una larga t¨²nica negra hacia el templo de la catolicidad mundial por excelencia para reivindicar el ministerio sacerdotal para la mujer.
Baby Burke lleg¨® a Roma antes de que se iniciara el s¨ªnodo. Viaj¨® acompa?ada de una amiga perteneciente al Centro de Investigaci¨®n sobre la Mujer y la Religi¨®n de Bruselas, Marie-Terese Soumoy. Ambas, acreditadas como informadoras de una agencia llamada Carf, intentaron desde el primer momento expresarse contra la discriminaci¨®n de la mujer en la Iglesia en las distintas conferencias de prensa que obispos y cardenales celebran tras las sesiones de los padres sinodales.La primera reivindicaci¨®n se produjo ante el secretario de la Conferencia Episcopal Latinoamericana (CELAM), Dar¨ªo Castrill¨®n, quien hab¨ªa arremetido minutos antes contra el te¨®logo brasile?o Leonardo Boff. Ante la mirada estupefacta de buena parte de los asistentes a la rueda informativa, Baby Burke pidi¨® la instauraci¨®n del ministerio sacerdotal en la Iglesia cat¨®lica para las mujeres.
Dos d¨ªas despu¨¦s volv¨ªa a probar suerte ante la conferencia de prensa en la que participaba el cardenal holand¨¦s Johannes Willebrands. En esta ocasi¨®n, sin embargo, no pudo acceder al micr¨®fono por haberse sobrepasado el tiempo de preguntas.
La enfermera y estudiosa de la teolog¨ªa, tal como ella misma se ha confesado, no se dio por vencida. En una carta entregada a los periodistas acreditados para cubrir informativamente el s¨ªnodo, la ciudadana norteamericana dec¨ªa: "El Vaticano II ha dejado claro que toda discriminaci¨®n basada en el sexo, la raza y la clase social est¨¢ condenada, porque es contraria a la voluntad de Dios". "De momento", a?ad¨ªa a rengl¨®n seguido, "son 165 los hombres presentes en el s¨ªnodo que deciden el futuro de la Iglesia, y ninguna mujer con derecho a voto".
Dos d¨ªas despu¨¦s intentaba celebrar la eucarist¨ªa en la bas¨ªlica de San Pedro. Seg¨²n la protagonista del hecho, que apenas pudo levantar el c¨¢liz, la sagrada forma estaba consagrada por un sacerdote de Miami.
"El propio obispo Mai, de Sant Louis, le hab¨ªa dicho que fuera a Roma e hiciera lo que pudiera para que su voz se oyese", explic¨® su amiga Marie-Terese. Entonces, con la ayuda econ¨®mica de su marido -que, en sus palabras, es un "hombre excelente"-, viaj¨® hasta la capital del mundo cat¨®lico.
La acci¨®n de esta madre de familia ha sacudido a la opini¨®n p¨²blica. Alta, con el cabello gris parcialmente cubierto con una especie de solideo, Baby Burke dispuso de escasos segundos ante el altar de la confesi¨®n y la mirada at¨®nita de los visitantes. El tiempo fue suficiente para que un joven tomara una fotograf¨ªa. Los guardianes vaticanos sujetaron a la ciudadana norteamericana del brazo, pero no lograron alcanzar a un hombre mayor que, corriendo con la c¨¢mara fotogr¨¢fica, se dio a la fuga.
La informadora ha quedado autom¨¢ticamente excomulgada. Algunos te¨®logos han hecho o¨ªr su voz y calificado el hecho, a bote pronto, de sacrilegio, porque, seg¨²n ellos, es una falta grave a aquello que de m¨¢s santo tiene la Iglesia: el sacramento de la eucarist¨ªa. La mayor¨ªa de la Prensa afirma que se trata de una provocaci¨®n.
El nuevo C¨®digo de Derecho Can¨®nico es m¨¢s expl¨ªcito, y en el canon n¨²mero 1.378 prev¨¦ que incurre en la pena latae sententiae quien, sin ser sacerdote, realiza la acci¨®n lit¨²rgica del sacrificio eucar¨ªstico. De su pecado s¨®lo la podr¨¢ absolver un obispo.
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