Las elecciones hondure?as

Me dirijo a usted con ocasi¨®n de referirme al proceso electoral hondure?o que culminara el 24 de noviembre reci¨¦n pasado con elecciones generales para elegir presidente de la Rep¨²blica, diputados del Congreso Nacional y alcaldes municipales, lo mismo que a la forma en que su diario ha cubierto el citado proceso.Debo destacar aspectos realmente importantes que se?alan el grado de madurez c¨ªvica y la convicci¨®n democr¨¢tica del pueblo hondure?o, confirmadas el 24 de noviembre en esas elecciones generales y que fueron testimoniadas por m¨¢s de 250 observadores de todas partes del mundo que asistieron a ese evento electoral.

Destaco tambi¨¦n que el 27 de enero pr¨®ximo los hondure?os habr¨¢n conseguido, por primera vez en 50 a?os, que un presidente civil entregue la presidencia de la Rep¨²blica a un sucesor tambi¨¦n civil, y tambi¨¦n electo, despu¨¦s de un proceso electoral de indiscutible honestiad y contenido democr¨¢tico. Es as¨ª, porque la reforma negociada a la ley electoral por todos los sectores pol¨ªticos, las fuerzas vivas, las organizaciones laborales, organizaciones campesinas y en t¨¦rminos generales por el pueblo hondure?o y ratificado por el Tribunal Nacional de Eleciones, permit¨ªa que todas las corrientes pol¨ªticas participaran sin restricciones en las elecciones. El sufragio emitido mostraba muy claramente dos perfiles: por una parte determinaba en elecciones internas de partido el candidato que lo representar¨ªa y por otra parte determnaba de manera inequ¨ªvoca el partido que obtendr¨ªa la mayor¨ªa de sufragios.

Las elecciones se celebraron en absoluta tranquilidad y dentro del m¨¢s estricto apego al derecho, con amplia libertad y con una apertura pluralista que por primera vez se daba en Honduras, dado el nuevo sistema electoral adoptado.

Lamentamos que estos aspectos positivos no fueran destacados en las informaciones que brindara su diario, sino que se recurri¨® al relato de rumores de todo tipo que circulaban en el pa¨ªs, referidos sobre todo a cuestiones personales de los candidatos, rumores que son explicabes y frecuentes en cualquier pa¨ªs que se precie de democr¨¢tico y que tenga una total libertad de prensa como en el caso de Honduras.

Considero que en m¨¢s de una ocasi¨®n las informaciones de su diario se convirtieron en verdaderos insultos a la dignidad nacional de Honduras. Un presidente electo por la voluntad democr¨¢tica del pueblo en elecciones libres y honestas, como es natural, merece el respeto inherente a su cargo.

Esperamos, como buen amigo que soy del diario EL PAIS, nos ayuden, m¨¢s bien en los esfuerzos de la consolidaci¨®n democr¨¢tica de Honduras.- Embajador de Honduras en