El documento final propone una vuelta al misterio de Cristo
El texto final y definitivo del debate sinodal fue entregado ayer a la Prensa, aprobado casi por unanimidad, aunque se ignora el n¨²mero exacto de votos que obtuvo. Se trata de una relaci¨®n escrita por el relator del s¨ªnodo, el cardenal Godfried Danneels, arzobispo de Bruselas, y que obtuvo la aprobaci¨®n de Juan Pablo II, quien autoriz¨® su publicaci¨®n. El texto fue rehecho tres veces para introducir las enmiendas propuestas por los padres sinodales. De la segunda a la ¨²ltima versi¨®n del texto ha habido muy pocas correcciones, entre ellas la condena del aborto. A continuaci¨®n se publican p¨¢rrafos extractados del documento, que tiene m¨¢s de 15 folios, y que lleva como t¨ªtulo La Iglesia bajo la palabra de Dios, que celebra los misterios de Cristo para la salvaci¨®n del mundo.
"El s¨ªnodo ha sido para nosotros una ocasi¨®n en la que, una y otra vez, hemos experimentado la comunicaci¨®n en un solo esp¨ªritu, en una sola fe o en una sola esperanza y en una sola Iglesia cat¨®lica, as¨ª como tambi¨¦n en la com¨²n voluntad de llevar el concilio a la pr¨¢ctica y a la vida de la Iglesia. Entre nosotros nos hemos hecho part¨ªcipes del gozo y de la esperanza, pero tambi¨¦n de la tristeza y de la angustia que la Iglesia, dispersa en el mundo, padece much¨ªsimas veces (...)"."Hemos verificado un¨¢nimemente y con alegr¨ªa el concilio Vaticano II como expresi¨®n e interpretaci¨®n. leg¨ªtimas y v¨¢lidas del dep¨®sito de la fe, como se contiene en la sagrada escritura y en la viva tradici¨®n de la Iglesia. Por eso hemos determinado seguir avanzando por el mismo camino que nos ense?¨® el concilio, tanto, en cuanto a la letra como en cuanto al esp¨ªritu. De este modo se dar¨¢n nuevos pasos en la recepci¨®n del concilio, es decir, en su interiorizaci¨®n y en su aplicaci¨®n pr¨¢ctica".
"Much¨ªsimos fieles recibieron el concilio Vaticano II con fervor de alma, aunque ac¨¢ y all¨¢ haya habido resistencia de algunos pocos. No puede dudarse que el concilio ha sido aceptado con tanto asentimiento espiritual porque el Esp¨ªritu Santo movi¨® la Iglesia para ello. Finalmente, incluso desde fuera de la Iglesia cat¨®lica muchos miraron con atenci¨®n al concilio Vaticano II".
"Sin embargo" aunque desde el concilio se han producido frutos muy grandes, reconocemos con mucha sinceridad los defectos y dificultades en la recepci¨®n del concilio que ha habido en este tiempo; ciertamente, en el tiempo posconciliar estuvieron tambi¨¦n presentes las sombras que en parte han procedido de la comprensi¨®n y la aplicaci¨®n defectuosa del concilio, en parte de otras causas. Sin embargo, no puede en modo alguno afirmarse que todas las cosas que han sucedido despu¨¦s del concilio hayan ocurrido tambi¨¦n a causa del concilio".
"Principalmente en el llamado Primer Mundo hay que preguntarse por qu¨¦, despu¨¦s de una doctrina sobre la Iglesia cat¨®lica explicada tan amplia y profundamente, aparece con bastante frecuencia una desafecci¨®n hacia la Iglesia, aunque en el Primer Mundo abunden tambi¨¦n los frutos del concilio. En los sitios en los que la Iglesia es suprimida por una ideolog¨ªa totalitaria, o en los sitios donde eleva su voz contra la injusticia social, parece que se acepta a la Iglesia de modo m¨¢s positivo. Sin embargo, aun all¨ª no puede negarse que una plena y total identificaci¨®n con la Iglesia y su misi¨®n primaria no se da en todos los fieles".
"No pocas veces se le impide a la Iglesia por la fuerza que ejercite su propia libertad. En las naciones ricas, la ideolog¨ªa, que se glor¨ªa de sus posibilidades t¨¦cnicas, hace crecer cada vez un cierto inmanentismo que lleva a la idolatr¨ªa de la comodidad material (al llamado consumismo). De esto puede seguirse una especie de ceguera con respecto a las realidades y valores espirituales. M¨¢s a¨²n, no negamos que existan en la sociedad fuerzas que operan y que gozan de gran influjo, los cuales act¨²an con ¨¢nimo hostil hacia la Iglesia. Todas estas cosas demuestran que el pr¨ªncipe de este mundo y el misterio de la iniquidad operan tambi¨¦n en nuestro tiempo".
"Por una parte, han surgido decepciones porque hemos sido demasiado t¨ªnildos en aplicar la verdadera doctrina del concilio. Por otra parte, por una lectura parcial se ha hecho una presentaci¨®n unilateral de la Iglesia como una estructura meramente institucional, privada de su misterio. Quiz¨¢ no estemos libres de toda responsabilidad de que, sobre todo los j¨®venes, miren cr¨ªticamente a la Iglesia como una mera instituci¨®n. ?No les hemos dado ocasi¨®n, hablando demasiado de renovar las estructuras eclesi¨¢sticas externas y poco de Dios y de Cristo? A veces falta tambi¨¦n discreci¨®n de esp¨ªritu, no distingui¨¦ndose correctamente entre la apertura leg¨ªtima del concilio hacia el mundo y, por otra parte, la aceptaci¨®n de la mentalidad y de la escala de valores del mundo secularizado".
Conexi¨®n con Cristo
"Toda la importancia de la Iglesia se deriva de su conexi¨®n con Cristo. El concilio describi¨® de diversos modos a la Iglesia, como pueblo de Dios, cuerpo de Cristo, esposa de Cristo, templo del Esp¨ªritu Santo, familia de Dios. Estas descripciones se completan mutuamente y deben entenderse a la luz del misterio de Cristo o de la Iglesia en Cristo. No podemos sustituir una visi¨®n unilateral falsa, meramente jer¨¢rquica de la Iglesia, por una nueva concepci¨®n sociol¨®gica, tambi¨¦n unilateral. Jesucristo asiste siempre a su Iglesia y vive en ella como resucitado. ( ... ) Sin embargo, la Iglesia, que abarca en su seno a los pecadores, permanece santa y siempre ha de ser purificada, la cual marcha el reino futuro entre las persecuciones del mundo y los consuelos de Dios"."Porque la Iglesia es un misterio de Cristo debe ser considerada como signo e instrumento de santidad. Hoy necesitamos fuertemente pedir a Dios con asiduidad santos".
"De modo muy com¨²n se desea que se escriba un catecismo o compendio de toda la doctrina cat¨®lica, tanto sobre fe como sobre moral, que sea como el punto de referencia para los catecismos y compendios que se redacten en las diversas regiones. La presentaci¨®n de la doctrina debe ser tal que sea b¨ªblica y lit¨²rgica, que ofrezca la doctrina sana y sea, a la vez, acomodada a la vida actual de los cristianos".
"Se recomiendan los manuales con tal que ofrezcan la teolog¨ªa sana de manera cient¨ªfica y pedag¨®gica y tambi¨¦n tengan verdadero sentido de iglesia".
"La pluriforinidad en la Iglesia debe distinguirse del mero pluralismo. Porque la pluriformidad es una verdadera riqueza y lleva consigo la plenitud, ella es la verdadera catolicidad, mientras que el pluralismo de las posiciones radicalmente opuestas lleva a la disoluci¨®n y destrucci¨®n y a la p¨¦rdida de identidad".
"En toda la cuesti¨®n teol¨®gica sobre la relaci¨®n entre el primado y el colegio de los obispos no puede hacerse la distinci¨®n entre el Romano Pont¨ªfice y los obispos tomados colectivamente, sino entre el Romano Pont¨ªfice separadamente y el Romano Pont¨ªfice conjuntamente con los obispos, porque el colegio, conjuntamente con su cabeza, y nunca si est¨¢ sin cabeza, es sujeto de potestad suprema y plena sobre toda la Iglesia. El s¨ªnodo de los obispos, las conferencias episcopales, la curia romana, las visitas ad limina, etc¨¦tera, todas estas realizaciones no pueden deducirse directamente del principio teol¨®gico de la colegialidad, sino que se rigen por el Derecho eclesi¨¢stico ( ... ). En el modo de proceder de las conferencias episcopales t¨¦ngase presente el bien de la Iglesia, o sea, el servicio de la unidad y la responsabilidad inabenable de cada obispo hacia la Iglesia universal y la suya particular".
"Se ha discutido frecuentemente en estos ¨²ltimos a?os sobre la vocaci¨®n y la misi¨®n de la mujer en la Iglesia. Procure la Iglesia que las mujeres est¨¦n presentes en la Iglesia, de tal modo que puedan ejercer sus propios dones al servicio de la Iglesia y tengan una parte m¨¢s amplia en los diversos campos de apostolado de la Iglesia. Reciban y fomenten los pastores con gratitud la colaboraci¨®n de las mujeres en la obra de la Iglesia".
"Advertimos que los signos de nuestro tiempo son particialmente distintos de los que hab¨ªa en tiempos del concilio, habiendo crecido las angustias y ansiedades, pues hoy crecen por todas partes el hambre, la opresi¨®n, la injusticia y la guerra, los tormentos y el terrorismo y otra forma de violencia de cualquier clase. Esto obliga a una reflexi¨®n teol¨®gica nueva y m¨¢s profunda que interprete tales signos a la luz del evangelio".
Centralidad de la cruz
"Nos parece que en las diticultades actuales Dios quiere ense?arnos de manera m¨¢s profunda el valor, la importancia y la centralidad de la cruz de Jesucristo ( ... ). Cuando, los cristianos hablamos de la cruz no merecemos el apelativo de pesimismo, pues nos colocamos en el realismo de la esperanza cristiana"."Despu¨¦s del Concilio Vaticano II, la Iglesia se ha hecho m¨¢s consciente de su misi¨®n para el servicio de los pobres, los oprimidos y los marginados. En esta opci¨®n preferencial, que no debe entenderse como exclusiva, brilla el verdadero esp¨ªritu del Evangelio. Adem¨¢s de la pobreza de las cosas materiales, se da la falta de libertad y de bienes espirituales que de alguna manera pueden llamarse una forma de pobreza y es especialmente grave cuando se suprime la libertad religiosa por la fuerza".
"La Iglesia debe denunciar de manera prof¨¦tica toda forma de pobreza y opresi¨®n y defender y fomentar en todas partes los derechos fundamentales e inalienables de la persona humana. Sobre todo cuando se trata de la vida humana, que debe ser defendida desde el principio, protegida en todas las circunstancias contra los agresores y promovidas en todos sus aspectos".
"El s¨ªnodo expresa su comuni¨®n con los hermanos y hermanas que padecen persecuci¨®n por la fe y por la promoci¨®n de la justicia y pide a Dios por ellos".
"La Iglesia es la misma en todos los concilios".
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