Otra visi¨®n sobre Checoslovaquia
No me sorprendi¨® la opini¨®n editorial de EL PA?S sobre Checoslovaquia (30-XII-85). Conozco sobradamente al servicio de qui¨¦n est¨¢n los ¨®rganos de difusi¨®n pretendidamente independientes del mundo occidental. Existen dos concepciones del mundo y de la historia. Una es fiel al capitalismo, y quienes la obedecen suelen tergiversar la realidad como parte del esfuerzo por la supervivencia del sistema. La otra es la concepci¨®n marxista-leninista, visi¨®n cient¨ªfica de cuanto existe y acontece.A quienes analizamos la sociedad y la historia desde la dial¨¦ctica materialista y el materialismo hist¨®rico, no se nos puede hablar de "otros socialismos", calific¨¢ndolos como de rostro humano o democr¨¢tico... ?Qu¨¦ m¨¢s aut¨¦nticamente humanista y democr¨¢tico que un sistema pol¨ªtico y social construido por el pueblo mayoritario? Las ruedas de la historia no se detendr¨¢n por unos pocos iluminados que s¨²bitamente plantean f¨®rmulas alternativas al ¨²nico socialismo posible. Por fortuna, en Checoslovaquia, esos sospechosos reformistas no han podido hacer mella. No ha existido m¨¢s oposici¨®n que unos cuantos provocadores -los verdaderos quislings-. No existi¨® tampoco esa "polea de transmisi¨®n" que, dicen, es la Iglesia (la Iglesia con tufillo a Papa polaco, la Iglesia al servicio y en defensa de reg¨ªmenes reaccionarios y caducos).
La religi¨®n es una visi¨®n distorsionada de la realidad. Visi¨®n que, desde otro ¨¢ngulo, tambi¨¦n distorsion¨® la pluma del editorialista. Eso no sorprende. Lo que indigna son las especulaciones baratas y las informaciones obtenidas en los basureros. En cambio nada se dice ni sobre los m¨ªtines por la paz realizados en Praga ni de otras multitudinarias actividades en las cuales participan millones de checoslovacos. Cabe sin embargo una pregunta: ?si ¨¦ste no es el pueblo, el pueblo d¨®nde est¨¢? Hay preguntas cuya respuesta sobra: ?por qu¨¦ recordar ahora la carta de Dubcek?-
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