Noventa minuti en el Bernab¨¦u son molto longos
Juanito se lo dec¨ªa a uno de los jugadores del Inter nada m¨¢s terminar el encuentro que el Madrid hab¨ªa perdido por 2-0 en Mil¨¢n la temporada ¨²ltima: "Noventa minuti en el Bernab¨¦u son molto longos". Noventa minutos en el Bernab¨¦u son, efectivamente, muy largos. El viejo prestigio de este campo se ha reforzado con las ¨²ltimas remontadas del Madrid en las competiciones europeas. La fe de Juanito, expresada como una amenaza o como un prop¨®sito de revancha, ten¨ªa su raz¨®n de ser.El Inter perdi¨® el partido de vuelta por 3-0. Sufri¨® as¨ª la misma suerte que no mucho antes el Anderlecht, goleado por 6-1, y la misma suerte ha corrido ahora el Borussia Moenchengladbach. En poco tiempo, tres de los m¨¢s prestigiosos equipos europeos han salido goleados del Bernab¨¦u en partidos de la Copa de la UEFA. A ellos hay que unir el Bayem de M¨²nich, que encaj¨® cuatro goles en el segundo tiempo del Trofeo Bernab¨¦u, en los comienzos de esta temporada.
Pero si el prestigio del estadio Bernab¨¦u crece en Europa, para el espectador madrile?o resulta un lugar cada vez m¨¢s ingrato. La noche de la goleada al Borussia se vio empa?ada, como otras anteriores, por la incapacidad del club para garantizar al espectador sus derechos. Pasillos, escaleras y cualquier zona de tr¨¢nlito estaban abarrotadas desde med¨ªa hora antes del encuentro. El tijrus alcanza en estas ocasiones proporciones alarmantes.
No parece desabellado pensar que fueron por lo menos 10.000 las personas que entraron en el estadio sin localidad. La existencia de un n¨²mero exagerado de pases de favor y la complicidad de muchos de los porteros del estadio, que cuelan a sus amiguetes, provocan esto. El espectador que ha pasado notorias dificultades para comprar su entrada tiene que adoptar la precauci¨®n de llegar al campo por lo menos media hora antes de que empiece el partido. Si no, se ver¨¢ incapaz de alcanzar su localidad.
El f¨²tbol ha alcanzado en estas grandes ocasiones precios comparables a los de la ¨®pera. Pero la diferencia de comodidad es exagerada. La nota de disculpa que ofreci¨® ayer el Madrid resulta insuficiente. La instituci¨®n est¨¢ obligada a garantizar los derechos de quienes acuden inocentemente a presenciar el espect¨¢culo. Ya hace tiempo que ocurren estas cosas, y no parece que haya la menor intenci¨®n de ponerles remedio.
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