Orden de detenci¨®n contra el jefe de la logia P-2 por la matanza de Bolonia

El jefe de la logia secreta seudomas¨®nica Propaganda 2 (P-2), Licio Gelfi, es objeto desde ayer de una orden de busca y captura por su presunta implicaci¨®n en el atentado de la estaci¨®n de Bolonia (Italia) del 2 de agosto de 1980, que caus¨® 85 muertos y 200 heridos, muchos de los cuales han quedado inv¨¢lidos. Otras 14 personas han sido acusadas en relaci¨®n con el mismo caso, entre ellas dos antiguos responsables de los servicios secretos militares (Sismi), el general Pietro Musumeci y el capit¨¢n Giuseppe Belmonte, que ya estaban en prisi¨®n.
La noticia ha causado gran expectaci¨®n porque es la primera vez que por parte de la Magistratura se acusa formalmente a la P-2 y a los servicios secretos de haber estado detr¨¢s o dentro del atentado. Es tambi¨¦n la primera vez que, seg¨²n las declaraciones de los cuatro jueces que dirigen la dif¨ªcil investigaci¨®n, se va a desarrollar un proceso regular sobre aquella matanza, proceso que podr¨ªa celebrarse la primavera pr¨®xima.El atentado ha tenido una historia judicial agitada. En el primer momento se sigui¨® la pista de la extrema derecha fascista. Despu¨¦s, precisamente Musumeci y Belmonte realizaron maniobras de diversi¨®n para enturbiar las pruebas, y por ello se hallan hoy en la c¨¢rcel.
Los magistrados de Bolonia se dividieron y la investigaci¨®n qued¨® empantanada mientras el juez romano Mario Amato, que hab¨ªa dado pruebas de estar bien informado sobre la pista negra del atentado, acab¨® asesinado por los N¨²cleos Armados Revolucionarios (NAR), grupo de extrema derecha fascista.
S¨®lo tras el atentado del a?o pasado, en v¨ªsperas de Navidad, contra el tren N¨¢poles-Mil¨¢n, que cost¨® 15 vidas y provoc¨® docenas de heridos volvi¨® a tomar cuerpo la investigaci¨®n sobre los diversos atentados que ten¨ªan que ver con los ferrocarriles y volvi¨® a desempolvarse el proceso de la matanza de Bolonia con un trabajo conjunto de los jueces de Florencia y Bolonia. El trabajo en equipo, el impulso dado por el ex presidente de la Rep¨²blica Sandro Pertini al asunto y la detenci¨®n de Musumeci y Belmonte volvieron a encarrilar el proceso.
Ahora, con las nuevas ¨®rdenes de detenci¨®n que abarcan desde Gelli a miembros de los servicios secretos y la flor y nata de la subversi¨®n neofascista -entre otros, Stefano delle Chiae, que se refugi¨® en Espa?a hace a?os y particip¨® en los sucesos de Montejurra de 1976, quien ahora se encuentra en paradero desconocido-, todo parece indicar que aquel misterio que parec¨ªa indescifrable empieza a desvelarse.
Lo que ha hecho posible la implicaci¨®n formal de la P-2 en el atentado de Bolonia ha sido una vez m¨¢s el regalo hecho a los jueces de algunos arrepentidos, esta vez de extrema derecha.
Hay quien piensa que no es ¨¦ste a¨²n, el ¨²ltimo escal¨®n de la tremenda responsabilidad por la matanza de Bolonia y que el descargar toda la culpa sobre los hom bros de dos personajes como Gelfi y Musumeci, ya pr¨¢cticamente acabados, enfermos y fuera de juego, podr¨ªa servir para echar tierra definitivamente sobre una de las tragedias que con mayor fuerza han convulsionado a Italia.
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