Centenares de ni?os yugoslavos, obligados a robar y ejercer la prostituci¨®n en Italia
Cientos de ni?os yugoslavos, en su mayor¨ªa gitanos, han sido introducidos en Italia por bandas especializadas en la prostituci¨®n y el robo durante los ¨²ltimos a?os. Hace unos d¨ªas, la polic¨ªa austriaca de fronteras detuvo a cuatro miembros de uno de esos grupos, que en lo que va de 1985 hab¨ªa enviado a un campo siciliano de entrenamiento de carteristas a 35 adolescentes, seg¨²n datos publicados por el diario belgradense Politika.
La asistenta social yugoslava Vera Kusmanovska narr¨® a dicho diario el caso de una adolescente que fue llevada, en compa?¨ªa de otros ni?os de Skopje (Macedonia), hasta las cercan¨ªas del puerto adri¨¢tico de Bar en el Mercedes de un extranjero. All¨ª les esperaba un peque?o submarino que los desembarc¨® en Italia, al otro lado del Adri¨¢tico. Al d¨ªa siguiente comenzar¨ªa en un campo de los alrededores de Roma su entrenamiento en el robo de iglesias y cepillos.Hace poco, uno de estos ni?os logr¨® escapar de sus due?os y, al regresar a Yugoslavia por Trieste, cont¨® detalles que sirvieron para que italianos y yugoslavos afinaran el control de su frontera com¨²n. Desde entonces, el tr¨¢fico ha venido desplaz¨¢ndose hacia la frontera austroyugoslava. Cabe recordar que en los ¨²ltimos a?os han aparecido en la Prensa espa?ola noticias sobre robos practicados por ni?os yugoslavos en Espa?a.
Es en Skopje, la ciudad yugoslavo-macedonia cuna de la madre Teresa, donde se encuentra uno de los centros de esta trata de blancas. A su regreso al pa¨ªs, los ni?os no hablan de sus actividades en el campo de la prostituci¨®n. Los organismos de asistencia social yugoslava parecen ignorar cifras globales sobre este tr¨¢fico, pero ya las parciales que conceden son m¨¢s que elocuentes. As¨ª, las autoridades italianas han devuelto a Yugoslavia este a?o 60 ni?os indocumentados.
Entregados por sus padres
A veces son los padres los que acceden a entregar temporalmente las criaturas por cantidades que van de lo irrisorio hasta las 300.000 pesetas. Meradia, una bell¨ªsima gitana de 13 a?os, declar¨® a la Prensa yugoslava que es la segunda vez que ha intentado quedarse en Italia. Esperaba encontrar all¨ª "pantalones de vaquero de ¨²ltima moda, chaquetas de cuero y buenas discotecas".La primera vez fue seducida por otra gitana, de 30 a?os de edad, que se la llev¨® a habitar, seg¨²n dijo, en la ciudad italiana de Corbetella en una carav¨¢na. De d¨ªa la soltaba a mendigar hasta ca¨ªda la noche. La alimentaba con mortadela, margarina y pan, y le conced¨ªa una ¨ªnfima parte de lo recaudado. La ni?a volvi¨® a Yugoslavia con el sue?o de regresar un d¨ªa a Italia en mejores condiciones. As¨ª lo intent¨® este oto?o, pero la expedici¨®n de que formaba parte fue descubierta por la polic¨ªa austriaca hace unos d¨ªas. Meradia es descrita como ni?a de inteligencia natural brillante, con s¨®lo un a?o de escuela elemental.
Los periodistas que visitan a estos ni?os de 10 a 14 a?os de edad en el centro de socorro de Maribor, al norte de Yugoslavia y cercano a Austria e Italia, regresan de las entrevistas con sus paquetes de caramelos y barras de chocolate intactos. Los cr¨ªos no aceptan m¨¢s que cigarrillos. La mayor¨ªa de ellos ha aprendido a fumar de todo desde su primera infancia en los arrabales de Kosovo y Macedonia, mientras que el pa¨ªs se desarrollaba a marchas forzadas con grandes desigualdades regionales.
La opini¨®n p¨²blica yugoslava, displicente cuando no hostil con sus gitanos, el grupo m¨¢s desheredado por la historia y el presente yugoslavo, descubre que estos ni?os han sido sometidos a torturas no imaginadas por Dickens. El patr¨®n de uno de ellos lo mantuvo encadenado en Italia durante dos d¨ªas por no haber cumplido con la norma diaria de recaudaci¨®n de limosnas, Otro regres¨® a Skopje aportando con su sonrisa a la miseria del hogar unas 3.500 pesetas, fruto de su campa?a mendicante de varios meses por Italia.
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