Fernando Arrabal: "El teatro vive un momento de euforia"
El escritor y dramaturgo Fernando Arrabal ha recatado unas horas en Madrid, coincidiendo con la publicaci¨®n en nuestro pa¨ªs de sus ¨²ltimas obras, La piedra iluminada y Mis humildes para¨ªsos (Editorial Destino). El motivo de encontrarse en Espa?a se debe a que Arrabal acaba de realizar una vuelta al mundo, en la que ha visitado diversos pa¨ªses. El escritor, que ha manifestado su desacuerdo con "las autoridades espa?olas en materia de cultura" piensa que el teatro en el mundo est¨¢ viviendo un momento de euforia.
Arrabal habl¨® del teatro en Buenos Aires con gran optimismo al referirse al exilio y la libertad, partiendo en la charla de su prop¨ªa experiencia. Dibuj¨® la trayectoria del teatro en la realidad diciendo que "cuando el mundo viv¨ªa en la ilusi¨®n de una opulencia econ¨®mica, el teatro se tir¨® al suelo y se volvi¨® gestual; ahora, ante la crisis, ha recuperado la palabra. Como dice la Biblia, lo primero fue el verbo. Creo que existe un renacimiento del teatro. Como nunca tuvo nada que perder y que ganar, el teatro anticipa en la escena la evoluci¨®n de las sociedades'.Arrabal dijo en su intervenci¨®n, a la que acudi¨® para participar junto con otros intelectuales argentinos y extranjeros en el Encuentro con la Cultura Democr¨¢tica, que, despu¨¦s de su recorrido por todo el mundo, ha podido observar el nacimiento de un brote nacionalista, casi fascista, que le preocupa. "Es necesario trabajar much¨ªsimo para evitar semejante regresi¨®n, aunque yo, por espa?ol, despu¨¦s de los cambios que se produjeron en mi pa¨ªs, que me parecen fant¨¢sticos, soy naturalmente optimista."
A pesar de su satisfacci¨®n por el cambio democr¨¢tico en nuestro pa¨ªs, Arrabal declar¨® que "es la primera vez desde que lleg¨® la democracia que veo que todos los artistas y escritores hacen elogios de la situaci¨®n y el ¨²nico que dice ser totalmente antisocialista soy yo. Como soy contestatario y anarquista, y adem¨¢s no me pueden controlar, no les sirvo, y desde que est¨¢n en el poder no se han puesto en contacto conmigo ni me han llamado para invitarme a nada". Arrabal estren¨® el 15 de abril de 1983, en el Centro Dram¨¢tico Nacional -dirigido entonces por Jos¨¦ Luis Alonso- su obra El rey de Sodoma, de cuya puesta en escena se hizo cargo Miguel Narros, hecho que coincidi¨® con la exposici¨®n que sobre ¨¦l realiz¨® el escritor Angel Berenguer en el teatro Mar¨ªa Guerrero. El dramaturgo se ha pronunciado tambi¨¦n en Madrid en torno a su impresi¨®n sobre momento de euforia que vive teatro en el mundo. "Vivimos momento de renacimiento teatral, y creo que corresponde a muchas cosas, al suicidio de V¨ªctor Garc¨ªa, a lo que ha significado la recepci¨®n del suicidio de Mishima, a lo que yo llamar¨ªa el fin del hegelianismo, al fin de Lacan".
Arrabal distingui¨® entre los conceptos de fragilidad y debilidad al hablar del arte dram¨¢tico: "Hay una situacion teatral muy curiosa en el mundo entero. El teatro no es como la vida, el teatro es la vida, y el mismo fenomeno se da en todas partes".
"Yo escribo", coment¨® Arrabal, "para compensar todo lo que no vivo, todas las grandes emociones. Estoy lleno de frustraciones, vivo mis amores en el escritorio, luego puedo tener emociones muy grandes, pero artificiales, me frustra ser como soy, pero no puedo escupir al cielo, porque la saliva me caer¨ªa a la cara".
Francisco Torres, prologuista de las ¨²ltimas obras de Arrabal y autor de un libro monogr¨¢fico sobre su figura, opina que en Mis humildes para¨ªsos y La piedra iluminada, que acaban de editarse estos d¨ªas, nos encontramos ante un nuevo Arrabal, distinto de lo que habitualmente encontramos en ¨¦l, a contracorriente, algo que le define a trav¨¦s de toda su obra. En La piedra iluminada es un Arrabal muy maduro, en busca del equilibrio de ¨¦l con el cosmos.
Sin fe
Al hablar de su fe y sus declaraciones de ¨ªndole religiosa, Arrabal contesta: "Yo ya no puedo tener fe, pero me divierte hablar de temas tab¨². Un siglo de positivismo nos ha hecho bastante positivistas, y luchar contra eso es una lucha de provocaci¨®n, porque el positivismo, el mater¨ªalismo y el racionalismo han tomado el poder en todas partes y en todos los pa¨ªses, y luchar contra ¨¦l con argumentos espirituales del pasado tiene su gracia y me divierte".
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