El contenido pol¨ªtico-social del justicialismo
La historia de los pueblos no es una simple conexi¨®n de acontecimientos sin sentido, sino que es una trama viva donde se puede descubrir la verdadera urdimbre de los hechos si la enfocamos con la metodolog¨ªa adecuada. En lo que va de siglo, la historia pol¨ªtica argentina se expresa dial¨¦cticamente a trav¨¦s de dos l¨ªneas de pensamiento: la liberal (en cuanto expresi¨®n de la derecha econ¨®mica) y la nacional-popular (que no rechaza el contenido pol¨ªtico valioso del liberalismo).La participaci¨®n pol¨ªtica comienza en 1912, con la sanci¨®n de la ley S¨¢enz Pe?a, que consagra el sufragio universal y obligatorio. Se abre un proceso de democratizaci¨®n de las funciones gubernativas y la intervenci¨®n popular en la selecci¨®n de sus dirigentes. Los hijos de los inmigrantes llegan al Gobierno, hasta entonces reservado a los conciudadanos del viejo patr¨ªciado. En esta etapa, el partido Uni¨®n C¨ªvica Radical representa la l¨ªnea nacional popular. Su programa es el cumplimiento de la Constituci¨®n nacional, la soberan¨ªa popular y el funcionamiento de las instituciones libres.
En 1945,el pa¨ªs asiste a la aparici¨®n de una nueva fuerza pol¨ªtica -el justicialismo- y con ello, al inicio de una nueva etapa de nuestro desarrollo pol¨ªtico para alcanzar una democracia integrada, que no se agota en la formafidad institucional, sino que supone una distribuci¨®n equitativa del ingreso nacional. El justicialismo propone como objetivos, adem¨¢s de la soberan¨ªa pol¨ªtica, la independencia econ¨®mica (capacidad de decisi¨®n nacional) y la justicia social.
La Argentina replantea su tradicional esquema econ¨®mico agroimportador y desarrolla una industria de sustituci¨®n de importaciones y, a su vez, traza el perfil de la industria pesada. No es solamente el resultado de una decisi¨®n acertada del justicialismo, sino que responde a una necesidad del pa¨ªs, atentor a que Europa, devastada por la guerra, no pod¨ªa enviar sus productos manufacturados y bienes de capital. Esta industrializaci¨®n produce la aparici¨®n de un importante sector obrero, que el justicialism¨® incorpora al poder pol¨ªtico, al consumo y a la producci¨®n moderna.
Nadie podr¨¢ negar el aporte hist¨®rico que el justicialismo hizo al pa¨ªs en este aspecto, fundamentalmente por haber encuadrado al sector obrero en un pensamiento nacional. Gracias al justicialismo, la Argentina, m¨¢s all¨¢ de su inestabilidad pol¨ªtica, tuvo estabilidad social.
El justicialismo nunca levant¨® la bandera de la lucha de clases como pivote de las controversias pol¨ªticas. Rescat¨® los intereses de los sectores m¨¢s desprotegidos, pero formul¨® una propuesta globa al pa¨ªs, encuadrada en un nuevo proyecto pol¨ªtico, que encarnaba Juan Domingo Per¨®n. El objetivo hist¨®rico era una sociedad abierta donde se realicen todos y cada uno de sus sectores.
Se combati¨® la marginalidad en todas sus formas y se proporcion¨® a los estamentos de menores ingresos salarios justos, protecci¨®n previsional, cobertura de salud, acceso a la instrucci¨®n en todos sus niveles y la posibilidad de recreaci¨®n y esparcimiento. A su vez, el empresario nacional tuvo una inserci¨®n protag¨®nica y recibi¨® apoyo para su crecimiento y el est¨ªmulo de una econom¨ªa en expansi¨®n, que ofreci¨® oportunidades a la producci¨®n y a la empresa. Tambi¨¦n se reivindic¨® a la gran marginada, la mujer, con el derecho de elegir y ser elegida y la equiparaci¨®n laboral y jur¨ªdica con el hombre.
Aportaci¨®n a la democracia
?se ha sido su aporte m¨¢s importante a la construcci¨®n de la democracia. En las dos oportunidades en que el justicialismo fue derrocado por un golpe militar, el pa¨ªs entr¨® en una regresi¨®n social, que representa la m¨¢s grave lesi¨®n a esa democracia moderna y participativa. A ello se agreg¨® el sometimiento a intereses for¨¢neos, que comprometi¨® nuestra capacidad de decisi¨®n nacional.Adem¨¢s, es preciso tener presente que la estructura ocupacional de nuestro pa¨ªs se modific¨® vez que el justicialismo fue desalojado del poder. En los ¨²ltimos nueve a?os, la pol¨ªtica econ¨®mica produjo la disminuci¨®n cuantitativa del sector obrero organizado, pr¨¢cticamente a la mitad, y sobredimension¨® el cuentapropismo. Adem¨¢s de que esto representa un retroceso en la estructura productiva de una sociedad, tuvo claros objetivos pol¨ªticos al debilitar la presencia del sector obrero en la relaci¨®n de fuerzas existentes en la sociedad argentina.
La quiebra de la estabilidad institucional fue utilizada por grupos econ¨®micos fuertes para producir una transferencia de ingresos en perjuicio de los sectores populares. Por tanto, el justicialismo sigue siendo la alternativa para construir una sociedad justa, puesto que el cambio s¨®lo puede darse en la medida que la fuerza pol¨ªtica que lo propone cuente adem¨¢s con la base social din¨¢mica para impulsarlo. En esta etapa de nuestra evoluci¨®n pol¨ªtica el justicialismo representa la ¨²nica propuesta revolucionaria hist¨®ricamente v¨¢lida.
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