Destellos de Bergman
Juegos de verano nos lleg¨® muy tarde, en 1979, dentro de un entusiasta ciclo de pel¨ªculas de Inginar Bergman que una distribuidora lanz¨® a las pantallas grandes de nuestro pa¨ªs. Pero Juegos de verano tampoco conoci¨®, en ¨¢mbito internacional, el reconocimiento que la obra se merece hasta unos a?os despu¨¦s de su realizaci¨®n -la pel¨ªcula es de 1950-, cuando el cineasta sueco dio pruebas absolutas de su talento. Esto es, en 1956, con Sonrisas de una noche de verano, y en 1958, con Fresas salvajes, pel¨ªculas con las cuales Bergman gan¨® el carn¨¦ de la inmortalidad art¨ªstica.Con ser su noveno largometraje, Juegos de verano es el primer Bergman total. El primer filme con un cat¨¢logo fijo de preocupaciones personales, variables con el tiempo en su superficie pero constantes e insustituibles en su n¨²cleo. El inicio, en suma, de una teor¨ªa f¨ªlmica y conceptual ¨²nica y dif¨ªcilmente superada en la historia del cine. La historia que la pel¨ªcula nos narra es sencilla: una muchacha muy joven conoce el amor en la persona de un estudiante, con el cual mantendr¨¢ una relaci¨®n sentimental tr¨¢gicamente corta. A partir de ese momento no podr¨¢ vivir ya sino de los recuerdos del pasado, y es ah¨ª, en esos recuerdos, en ese paso fugaz de la felicidad por una vida, donde Bergman explora el alma humana. ?Explorar el alma humana! Ni los dioses son capaces de sacar conclusiones sobre tan inciertas profundidades del ser. Pero es que Bergman, ah¨ª est¨¢ la gracia, no extrae conclusiones. Jam¨¢s las ha extra¨ªdo. Se limita a exponer con claridad, sin rodeos ni discursos falsos ni s¨ªmbolos, la fugacidad del amor y la felicidad, y su irrecuperabilidad.
Para ello cuenta con las armas que luego le ser¨ªan habituales. Principalmente el rostro de la mujer (Maj Britt Nilsson), estupenda actriz escrutada por el realizador hasta donde puedan llegar las fuerzas del hombre. Y, adem¨¢s, el rostro de la mujer, a trav¨¦s del mundo del teatro -ella es bailarina-, su mundo, y el mundo de los espejos, los m¨¢s implacables objetos de la ficci¨®n cinematogr¨¢fica en manos de gente como Sirk o el propio Bergman; un objeto cuyos reflejos, o destellos, subrayan y redimensionan lo que ya se percibe a este lado del mismo.
En el caso de Berginan, que la existencia es tr¨¢gica, la muerte de una persona rompe no s¨®lo una sino m¨¢s vidas, y que el sentimiento triste propio de la vejez seg¨²n el cual vivir ya no tiene sentido al haberse agotado las ilusiones, no es ¨²nicamente cuesti¨®n de edad.
Juegos de verano se emite hoy a las 22.05 por TVE-2.
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