Moncho Alpuente, un creador polifac¨¦tico, loco por la radio
Hace dos a?os que Moncho Alpuente despierta a los que madrugan bajo la onda de Radio El Pa¨ªs a base de un humor tan tierno como esperp¨¦ntico, desde un programa conocido y escuchado en los m¨¢s diversos ¨¢mbitos: Madrid me mata. Considerado como uno de los creadores m¨¢s polifac¨¦ticos del momento, este madrile?o de 36 a?os dice que aunque lo que m¨¢s le gusta es escribir, nada tiene la espontaneidad y frescura de la radio.Moncho Alpuente ha trasvasado su vitalidad personal a su actividad profesional, y tal vez por ello logre divertirse tanto con lo que hace como sus oyentes. Los santorales y efem¨¦rides con los que ha estado abriendo su Madrid me mata han sido recopilados ahora y editados por Arnao en El libro de los santos imaginarios y de los hechos ap¨®crifos, en el que sus seguidores podr¨¢n recuperar aquellas divertidas historias o¨ªdas a primera hora del d¨ªa y ahora ilustradas por L. P. 0. y Victoria Martos. Est¨¢n Santa Videla de Alcorc¨®n, San Jos¨¦ Mar¨ªa Mart¨ªnez G¨®mez, Santa Dorita de Olavide, San Poleo de Laussana, San Infolio de Alcobendas, Santa Paran¨¢ de Getafe o Santa Obesia de M¨®stoles. Las efem¨¦rides recogen tambi¨¦n historias que suenan a suceso diario.
Cuenta Moncho Alpuente que desde que hizo la mili no hab¨ªa vuelto a madrugar hasta que empez¨® los programas de radio. Dice que este cambio en sus costumbres noct¨¢mbulas se debi¨® a que un d¨ªa se le apareci¨® un arc¨¢ngel y le aconsej¨® que madrugara para despertar a los ciudadanos y ciudadanas. Tan al pie de la letra sigui¨® el consejo que tuvo que empezar a levantarse a las 5.30 para estar listo cuando se o¨ªa aquello de "?Hola! Somos las siete de la ma?ana. ?Podemos pasar?".
"Quise hacer una parodia de la radio cl¨¢sica, en la que se daban con toda seriedad los santorales y efem¨¦rides. En esta parodia, los santos y m¨¢rtires son los madrugadores, los que van corriendo a la oficina, los que se ven apresados en un embotellamiento". El irreverente calendario est¨¢ dedicado a "sus educadores, que con infinito celo y estricta disciplina hicieron todo cuanto estuvo en sus manos para que una obra como ¨¦sta nunca llegara a ser escrita". Bien es cierto que Moncho recuerda ahora que sus educadores, los padres escolapios de San Ant¨®n, lo tuvieron crudo con ¨¦l, ya que prefer¨ªa pasar su tiempo metido en el bar Los Pepinillos, de la calle de Fuencarral de Madrid. En este bar y en el colegio, Alpuente ech¨® las ra¨ªces de su humor socarr¨®n y esperp¨¦ntico, gracias al que suele resolver el contenido de sus programas con una sola hora de preparaci¨®n.
Junto a las efem¨¦rides y el santoral, una de las cosas que m¨¢s le ha divertido hacer en Madrid me mata fue el concurso de absentismo laboral, en el que participaron 200 personas llevando las m¨¢s impensables excusas para no ir a trabajar. "Llegamos a organizar una marat¨®n para enga?ar a los jefes. Incluso convocamos una cena para repartir los premios. En plena juerga nos ocurri¨® una anecdota muy divertida. En una de las mesas de al lado cenaba el ministro de Sanidad, Ernest Lluch, y le animamos a que ¨¦l diera los galardones. Acept¨®, y pudimos ver por primera vez a un ministro entregando premios al absentismo laboral".
Al teatro
Moncho Alpuente, que asegura que lo que m¨¢s le divierte es escribir, est¨¢ ahora especialmente contento, porque el pr¨®ximo mes de marzo podr¨¢ estrenar en el teatro Alb¨¦niz una obra de teatro escrita hace cinco a?os: La reina del Nilo. "Es una parodia en verso de las novelas de aventuras. Es la historia del pueblo de los sabanitas gente tranquila que adora el fuego sagrado (el petr¨®leo) y que se ve amenazada por la invasi¨®n de los occidentales. Es una comedia en la que est¨¢n todos los t¨®picos del teatro rom¨¢ntico y en la que contar¨¦ con el cuadro de actores que ha pasado por Radio El Pa¨ªs: Carmen Maura, Santiago Ramos, Guillermo Montesinos y Rafa el Brujo".Pero, como siempre le ocurre a Moncho Alpuente, polifac¨¦tico y disperso, como ¨¦l se define, el tea tro no le apartar¨¢ de sus restantes actividades, "porque hay algunas que moment¨¢neamente te exigen m¨¢s tiempo, pero yo sigo con todo", dice, como pensando que adem¨¢s, el que madruga como ¨¦l, consigue ayuda.
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