Las largas 34 horas de un asalto televisado
El largo secuestro de Nantes comenz¨® en la ma?ana del jueves, en el segundo d¨ªa de la audiencia contra cuatro procesados -tres hombres y una mujer- acusados de atraco a mano armada Los juzgados son Georges Courtois, de 38 a?os, principal acusado; Patrick Thiolet, de 24; Yanick Brevet, de 21, y Christelle Dislar, de 27.A las 10.45, un cuarto hombre armado, penetra en la sala por una puerta lateral: es Abdel Karim Jalfi, a quien dos de los acusados han conocido en la c¨¢rcel y que se presenta como un "integrista musulm¨¢n" pr¨®ximo del terrorista palestino Abou Nidal
En un abrir y cerrar de ojos, el secuestro de una parte de la asis tencia comienza. Dos de los acu sados no se unir¨¢n a la acci¨®n, lo que deja solos a Courtois, Thiolet y Jalfi con 35 personas, despu¨¦s de que la sala es desalojada del resto del p¨²blico. Entre la asistencia se encuentran dos periodistas, 11 estudiantes de Derecho, as¨ª como los polic¨ªas -que han sido desarmados-, los 11 jurados y el resto de magistrados que componen el tribunal. Demasiados para ser custodiadas por los secuestradores, lo que les empuja a realizar liberaciones sucesivas a lo largo de la tarde: los periodistas, los polic¨ªas, los estudiantes.
Courtois ha exigido aparecer ante las c¨¢maras de televisi¨®n de los noticieros de la una de la tarde Frente a ellas, apunta y amenaza a los jurados y jueces y explica que, si la polic¨ªa interviene, habr¨¢ muchos muertos.
Las reivindicaciones de los delincuentes son confusas. Se mencionan al comienzo vagas motivaciones pol¨ªticas, debido a la presencia de Abdel Karim Jalfi, que alude a la presencia francesa en L¨ªbano en t¨¦rminos m¨¢s o menos incoherentes. Pronto se percibe que la voluntad del jefe del grupo es la de poder escapar de la c¨¢rcel y de la justicia y usar para ello la vida de los rehenes como moneda de discusi¨®n. Cuando la noche comienza, Courtois reclama una furgoneta con la que poder huir en compa?¨ªa de los rehenes.
Los secuestradores y sus rehenes se preparan para una larga noche, que es interrumpida por el c¨®nsul de Marruecos, que llega a las cuatro de la madrugada para intentar convencer, sin ¨¦xito, a Abdel Karim Jalfi de que ?abandone la partida. A las cinco de la madrugada, los tres secuestradores intentan una salida por sorpresa, pero pronto la polic¨ªa les cierra el paso. En la retirada un nuevo reh¨¦n consigue liberarse.
Cuando llega la ma?ana, la polic¨ªa estaciona una furgoneta Renault y las conversaciones contin¨²an. Courtois reclama nuevamente la presencia de un periodista para realizar otro reportaje, esta vez para la radio local, Radio France Loire Ocean. Joel Bitoun recoge las declaraciones de Courtois y de uno de los rehenes: los asaltantes intentar¨¢n salir del edificios con los rehenes. Si la polic¨ªa interviene, la vida de los cuatro magistrados estar¨¢ en peligro. Courtois anuncia que no teme a la muerte y que los tres se suicidar¨¢n despu¨¦s de haber ejecutado a los rehenes.
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