La renuncia de Ted Kennedy a la Casa Blanca abre la carrera dem¨®crata a la presidencia
El senador Edward Ted Kennedy, de 53 a?os, anunci¨® por sorpresa el jueves que no ser¨¢ candidato del Partido Dem¨®crata a las elecciones presidenciales de 1988, admitiendo que esto puede significar que "nunca sea presidente". El anuncio deja totalmente abierta la carrera presidencial en el campo dem¨®crata y convierte a Gary Hart, senador por Colorado, en el candidato mejor situado. El eventual aspirante del ala liberal del partido, la misma que ocupaba Kennedy, es el gobernador de Nueva York, Mario Cuomo.
La decisi¨®n de Kennedy acaba con un cuarto de siglo de historia pol¨ªtica norteamericana, durante el cual esta legendaria familia de inmigrantes irlandeses ha ocupado la presidencia una vez y ha vuelto a intentarlo en varias ocasiones, encontr¨¢ndose en el camino con el asesinato de Robert Bob, y con la falta de suficiente apoyo popular para Ted.La renuncia de Kennedy, que por edad a¨²n estar¨ªa en condiciones de competir por la Casa Blanca en 1992, marca asimismo el fin de una ¨¦poca del Partido Dem¨®crata, que ha perdido dos elecciones presidenciales seguidas defendiendo los intereses de los sindicatos y la minor¨ªa de raza negra, y la intervenci¨®n del Estado para resolver los problemas de los ciudadanos.
La resoluci¨®n Reagan, que disminuye al m¨ªnimo indispensable el papel del Gobierno federal y promueve los valores del individualismo, obligar¨¢ a los dem¨®cratas a abandonar su tradicional filosof¨ªa. El liberalismo que representaba Kennedy ha sido rechazado por los votantes y "el partido se ha movido m¨¢s all¨¢ de Kennedy y de la era que ¨¦ste representa" afirm¨® ayer un l¨ªder dem¨®crata.
"La persecuci¨®n de la presidencia no es todo en mi vida. El servicio p¨²blico s¨ª lo es". Con estas palabras, Ted Kennedy, senador por Massachusetts, anunci¨® en la noche del jueves su decisi¨®n a trav¨¦s de un v¨ªdeo pagado como publicidad, que fue transmitido por todas las cadenas de televisi¨®n del Estado Kennedy -que era el candidato mejor situado entre los dem¨®cratas para conseguir la designaci¨®n presidencial por el partido, seg¨²n todas las encuestas- explic¨® su decisi¨®n por motivos de cansancio personal y pol¨ªtico. "No quiero", dijo, "que durante los tres pr¨®ximos a?os todos mis actos se sigan examinando meticulosamente a la luz de mi candidatura presidencial".
"He decidido", afirm¨® el senador, "que el mejor camino para hacer progresar los valores que ustedes y yo compartimos, la paz en la tierra, crecimiento econ¨®mico en Estados Unidos y compasi¨®n para todos los ciudadanos, es ser un senador, y no candidato para la presidencia de Estados Unidos". Ted Kennedy se presentar¨¢ a la reelecci¨®n por el Senado en noviembre de 1986 y reafirm¨® ayer, en una conferencia de prensa en Boston, que no aceptar¨¢ en ning¨²n caso la nominaci¨®n de su partido para la Casa Blanca.
Kennedy no quiso apoyar a ning¨²n eventual aspirante dem¨®crata, pero afirm¨® ayer que Mario Cuomo, el gobernador del Estado de Nueva York, "ser¨ªa un buen candidato". La desaparici¨®n de la escena presidencial de Kennedy puede suponer la aparici¨®n de una nueva generaci¨®n de pol¨ªticos dem¨®cratas, pragm¨¢ticos, despegados de la filosof¨ªa del New Deal y menores de 50 a?os, que podr¨ªan optar a la Casa Blanca, como los senadores Joseph Biden, de Delaware, o el congresista de Misuri Richard Gephardt.
?sta es la tercera vez que se retira de la carrera presidencial (lo hizo en 1976 y en 1984). Muchos observadores y algunos de sus consejeros se han visto sorprendidos por el anuncio. En las ¨²ltimas semanas, todo hac¨ªa pensar que Ted hab¨ªa decidido finalmente luchar por la Casa Blanca. Los sondeos le situaban como el candidato mejor colocado. Su maquinaria pol¨ªtica estaba bien preparada y ten¨ªa dinero.
Consciente de que el pa¨ªs ya no aceptaba el liberalismo de viejo cu?o que simbolizaba, Kennedy hab¨ªa iniciado un movimiento hacia el centro pol¨ªtico votando en el Congreso una dura ley contra el crimen y la legislaci¨®n para equilibrar el presupuesto. Esto ¨²ltimo hab¨ªa provocado una denuncia de los poderosos sindicatos, que se sintieron traicionados.
Aunque no pueden descartarse los motivos personales, los m¨¢s pr¨®ximos al senador explican que han sido motivos de realismo pol¨ªtico los que han hecho a Ted tomar la decisi¨®n. "Nadie le ha podido convencer de que -a pesar de su liberalismo y de los problemas de su personalidad, que provocan un fuerte rechazo en amplios sectores de la opini¨®n p¨²blica-, Kennedy llegar¨ªa esta vez a la Casa Blanca", ha explicado uno de sus ¨ªntimos. En 1980, la ¨²nica ocasi¨®n en que ha batallado por la presidencia, Ted fue derrotado en unas amargas primarias por Jimmy Carter.
Los norteamericanos no hab¨ªan olvidado el punto m¨¢s negro de su historia personal: cuando, en 1969, Ted conduc¨ªa un coche en el que se ahog¨® su ayudante Mary Jo Kopechne, en el c¨¦lebre puente de Chappaquiddick. Esta historia y sus problemas matrimoniales persiguen al ¨²ltimo de los Kennedy.
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