Los presupuestos de defensa
Por primera vez desde 1977, los presupuestos de defensa han aumentado por debajo de la inflaci¨®n, es decir, han presentado un incremento negativo en t¨¦rminos reales. Este descenso es extensible tambi¨¦n al conjunto de gastos de car¨¢cter militar. Ambos conceptos, el presupuesto del Ministerio de Defensa y el presupuesto global de defensa, han presentado un aumento del 2% en los presupuestos para 1986, frente a un incremento de la inflaci¨®n previsto en un 8,3%.Los gastos globales de defensa ascienden a 966.583 millones de pesetas en los presupuestos de 1986, presentando un aumento de s¨®lo el 2% respecto a los gastos globales del a?o anterior y distanci¨¢ndose notablemente de los importantes aumentos que se hab¨ªan registrado en los ¨²ltimos a?os (m¨¢s 10% de incremento medio anual en el cuatrienio 1982-1986).
Esta cantidad supone el 3% del PIB, porcentaje sensiblemente inferior al alcanzado en 1985 (3,3%) y en 1982 (3,3%).
El Ministerio de Defensa es, l¨®gicamente, el organismo que absorbe la mayor parte de los gastos globales de defensa, concretamente el 65,3%, que se eleva al 71,7% si consideramos tambi¨¦n los organismos aut¨®nomos dependientes de este ministerio. El presupuesto del Ministerio de Defensa asciende a 630.984 millones de pesetas, con un incremento del 2% sobre el a?o anterior, muy por debajo del incremento medio anual experimentado en el per¨ªodo 1982-1986 (11,4%.).
A pesar del estancamiento de los presupuestos de defensa para 1986, el impacto social del mantenimiento de un nivel de gastos militares tan elevados es evidente y refleja el h¨¢bito generalizado en muchos pa¨ªses de considerar la seguridad del pa¨ªs como algo que concierne casi exclusivamente a las instituciones militares, marginando la actuaci¨®n del Estado en sectores no militares que, sin embargo, tambi¨¦n producen inseguridad si no son suficientemente atendidos.
El presupuesto del Ministerio de Defensa, que constituye s¨®lo una parte de los gastos militares globales, es muy superior al presupuesto dedicado por el Estado a otras funciones sociales importantes. As¨ª, el presupuesto del Ministerio de Defensa es 13 veces superior al presupuesto dedicado al fomento del empleo, 19 veces superior al de investigaci¨®n cient¨ªfica, 26 veces superior al de becas y ayudas a los estudiantes, 52 veces superior al de protecci¨®n y mejora del medio natural, 377 veces superior al de la Direcci¨®n General del Medio Ambiente, 759 veces superior al de la Direcci¨®n General de la Protecci¨®n Civil y 1.402 veces superior al presupuesto del Defensor del Pueblo. Un listado que, ciertamente, pone en claro el orden de prioridades en la concepci¨®n de lo que es la defensa y de las formas de llevar a cabo esta defensa.
Por cap¨ªtulos, un 51,1% de los presupuestos del Ministerio de Defensa corresponde a gastos de personal, porcentaje muy similar al de 1982, lo que indica la dificultad de rebajar el peso de las remuneraciones de personal sobre el total del presupuesto. Un 14,6% corresponde a los gastos en bienes corrientes y servicios, porcentaje ligeramente inferior al de 1982 (15,4%.). Las inversiones reales absorben el 31,2% del presupuesto, frente al 30,1% correspondiente a 1982 y al 21,7% en 1977. Este porcentaje es, con todo, algo inferior al de 1985 (33,7%).
En relaci¨®n a 1985, el cap¨ªtulo de gastos de personal aumenta en un 7,6%, debido principalmente al incremento del 7,2% por revisi¨®n de las retribuciones a los funcionarios de las Fuerzas Armadas. La compra de bienes y servicios disminuye ligeramente en t¨¦rminos monetarios, as¨ª como las inversiones reales, que sufren un importante recorde del 5,5%, lo que en t¨¦rminos reales (considerando la inflaci¨®n) significa una reducci¨®n presupuestaria superior al 13,8%. El ¨²nico cap¨ªtulo que aumenta de forma notable es el de transferencias de capital (+60,2%), con un incremento de 4.649 millones de pesetas en relaci¨®n al a?o anterior.
El art¨ªculo presupuestario otro personal corresponde al personal de tropa, que absorbe algo m¨¢s del 10% del cap¨ªtulo de gastos de personal del Ministerio de Defensa, con 35.000 millones de pesetas. Las retribuciones de los soldados representan el 2,3% del cap¨ªtulo de gastos de personal y el 1,2% del presupuesto total del Ministerio de Defensa.
Inversiones: la realidad del futuro
Aun siendo inferiores las cantidades destinadas a inversiones respecto a las cifras presupuestadas en los gastos de personal, es en este apartado donde mejor puede analizarse la pol¨ªtica de defensa del presente y, de forma particular, la evoluci¨®n de esta pol¨ªtica en el pr¨®ximo futuro.
El cap¨ªtulo de inversiones reales supone para 1986 un total de 196.819 millones de pesetas, es decir, una cifra inferior en un 5,5% a la de 1985 en t¨¦rminos monetarios (- 13,8% en t¨¦rminos reales), truncando por primera vez la evoluci¨®n ascendente de este cap¨ªtulo, que en 1985 experiment¨® un aumento del 13,4%. A pesar de este descenso en 1986, las inversiones suponen el 31,2% del presupuesto total del Ministerio de Defensa (33,7% en 1985).
A diferencia de otros cap¨ªtulos, el de inversiones reales no est¨¢ capitalizado por el Ej¨¦rcito de Tierra ni tan s¨®lo a nivel cuantitativo. El coste de los modernos sistemas de armas se hace m¨¢s patente en la Armada y en el Ej¨¦rcito del Aire que en el de Tierra, lo cual conduce a que en los dos primeros se den porcentajes m¨¢s elevados de gastos de inversi¨®n sobre sus respectivos presupuestos totales que en el Ej¨¦rcito de Tierra. De esta forma, en la Armada, las inversiones reales suponen el 52,6% de su presupuesto, con una cifra de 79.102 millones de pesetas, de los que 63.598 corresponden a la Direcci¨®n General de Construcciones Navales Militares, cantidad inferior a la de 1985 en un 4,3%. Las inversiones reales totales de la Armada suponen el 40,2% del total del Ministerio de Defensa.
Con unos porcentajes relativos ya a bastante distancia figuran los del Ej¨¦rcito del Aire, en donde las inversiones reales agrupan m¨¢s de la tercera parte de su presupuesto (36,6%), con 42.386 millones de pesetas, equivalentes al 21,5% de las inversiones de todo el Ministerio de Defensa. Las inversiones del Mando de Material del Ej¨¦rcito del Aire para 1986, a pesar de su cuant¨ªa (37.773 millones), han descendido dr¨¢sticamente respecto a 1985 (-23% en t¨¦rminos monetarios y m¨¢s del 31% en t¨¦rminos reales).
El descenso de las inversiones reales del Ministerio de Defensa en un 5,5% (en t¨¦rminos monetarios) es debido a la disminuci¨®n de las inversiones nuevas, que han pasado de representar 152.640 millones en el presupuesto de 1985 a 139.168 millones en el de 1986. Por el contrario, las inversiones de reposici¨®n han aumentado en un 3,4%, con un importe de 57.651 millones de pesetas.
El conjunto de inversiones reales del Ministerio de Defensa representan cerca de la mitad de las inversiones totales del Estado (47,5%), porcentaje incluso superior al alcanzado en 1985 (44%) y que consolida la tendencia de especializar las inversiones del Estado en actividades militares.
Para el Ej¨¦rcito de Tierra, el grueso de las inversiones reales son, como es l¨®gico, para el programa de potenciaci¨®n y modernizaci¨®n. Las inversiones para veh¨ªculos de combate son las m¨¢s cuantiosas (m¨¢s de 6.000 millones), seguidas de las inversiones en misiles Roland (4.697 millones) y SAM, artiller¨ªa antia¨¦rea (4.486 millones), materiales de visi¨®n nocturna (3.877 millones), 18 helic¨®pteros AB-412 (3.855 millones) y veh¨ªculos de transporte y arrastre (82 BMR de un pedido global de 276 unidades y 50 VEC de un pedido de 100); todo ello por un valor de 3.839 millones. La adquisici¨®n de misiles y lanzadores Mil¨¢n (contracarro) asciende a un valor de 3.500 millones de pesetas. Para 1986 est¨¢ previsto adquirir 100 de los 250 lanzadores Mil¨¢n contratados.
En la Armada, la mayor parte de las inversiones ha ido a parar a la construcci¨®n del Grupo Aeronaval de Combate, dedic¨¢ndole un presupuesto de unos 40.000 millones de pesetas en 1986. La construcci¨®n de cuatro fragatas supone un gasto de 16.949 millones para el ejercicio de 1986; el portaeronaves tiene un presupuesto de 15.478 millones, los 12 aviones Harrier costar¨¢n 3.768 millones y los seis helic¨®pteros Lamps de lucha antisubmarina tienen un presupuesto de 2.208 millones para 1986. En los tres ¨²ltimos ejercicios, el coste conjunto de este Grupo Aeronaval de Combate ha sido de unos 125.000 millones de pesetas corrientes, de los que 47.130 han sido inversiones para las fragatas; 41.367 millones, para el portaeronaves; 19.403 millones, para los 12 aviones Harrier, y 3.504 millones, para los seis helic¨®pteros Lamps. Un coste a todas luces excesivo para la funci¨®n que est¨¢ previsto tenga este grupo: la defensa de las Canarias mediante el control del espacio atl¨¢ntico que va de la Pen¨ªnsula a las islas. El Grupo Aeronaval de Combate, una vez finalizado, habr¨¢ costado m¨¢s de 250.000 millones de pesetas, cantidad que equivale a la cuarta parte de la renta total de Canarias.
En el Ej¨¦rcito del Aire empiezan a especificarse las primeras partidas dedicadas al pago de los F-18 del programa FACA, aunque no ser¨¢ hasta posteriores ejercicios cuando esta adquisici¨®n repercuta en los presupuestos del Ministerio de Defensa. En los presupuestos
de 1986 se especifican al menos cuatro proyectos de inversiones relacionados con el FACA, por un importe global de 12.600 millones de pesetas.
Descienden las compras al exterior
En cuanto a la localizaci¨®n de las inversiones del Ministerio de Defensa, lo m¨¢s destacable es el importante descenso de las inversiones en el exterior, es decir, de las inversiones derivadas de importaciones. Las compras en el exterior est¨¢ previsto que asciendan a 68.958 millones de pesetas en 1986; esto es, muy por debajo de los 94.703 millones del presupuesto de 1985 o de los 91.798 millones del de 1984. En 1986 representar¨¢n el 35% de las inversiones de defensa, porcentaje similar al de los a?os 1983 y 1982 (36,1% y 34,3%, respectivamente) y bastante inferior a los de 1985 (46,2%) y 1984 (52,5%). Quiere esto decir tambi¨¦n que la industria b¨¦lica espa?ola ver¨¢ incrementar los pedidos procedentes del Ministerio de Defensa, dado que los 127.861 millones de pesetas restantes de las inversiones del ministerio se realizar¨¢n en territorio nacional.
Uno de los prop¨®sitos funda mentales de la pol¨ªtica de defensa del Gobierno socialista, recogido en el Plan Estrat¨¦gico Conjunto, es la potenciaci¨®n de la investigaci¨®n y desarrollo de car¨¢cter militar en Espa?a.
Este esfuerzo se hab¨ªa de concretar forzosamente en los presupuestos del Ministerio de Defensa. Es, en efecto, en los presupuestos de 1986 cuando se pone en evidencia el inicio de un despegue importante en este concepto. En conjunto, los presupuestos de investigaci¨®n y estudio para las Fuerzas Armadas en 1986 ascienden a 16.651 millones de pesetas, cantidad que representa un aumento del 70,2% respecto al presupuesto para este mismo concepto en 1985 (9.781 millones de pesetas).
En relaci¨®n a los organismos encargados de realizar este trabajo de investigaci¨®n y desarrollo, m¨¢s de la mitad del presupuesto corresponde al Instituto Nacional de T¨¦cnica Aerospacial (INTA), un organismo aut¨®nomo administrativo adscrito al Ministerio de Defensa, cuyo presupuesto asciende a 8.911 millones de pesetas; un 53,5% del total, asignado a investigaci¨®n militar. Le sigue la Direcci¨®n General de Asuntos Econ¨®micos del Ministerio de Defensa, con 6.740 millones de pesetas (40,5%), trat¨¢ndose fundamentalmente de inversiones centradas en la Direcci¨®n General de Armamento y Material (DGAM).
El presupuesto global para investigaci¨®n en 1986 supone el 2,6% del presupuesto del Ministerio de Defensa, porcentaje notablemente superior al 1,6% de 1985 y al 1,4% de 1982. Los 16.651 millones presupuestados para investigaci¨®n en 1986 suponen tambi¨¦n elevar al 0,052% el porcentaje de estos gastos sobre el PIB, frente al 0,034% correspondiente a 1985. Este porcentaje significa situar a Espa?a en un nivel medio europeo, a un nivel parecido al de Suiza y superior al de pa¨ªses como Canad¨¢, Holanda y Jap¨®n.
En cuanto a los programas de investigaci¨®n para 1986, destacan, por su importe, tres de ellos: el programa de sistema de armas y municiones, con un presupuesto de 1.700 millones de pesetas; el programa EFA (futuro avi¨®n europeo de combate), con 1.443 millones, y el nuevo carro de combate, con un presupuesto de 1.145 millones de pesetas.
Esta cantidad representa s¨®lo una m¨ªnima parte del coste total de investigaci¨®n de estos proyectos. De hecho, y seg¨²n declaraciones del propio director general del INI, los gastos de investigaci¨®n y desarrollo de la participaci¨®n espa?ola en tres de los grandes proyectos europeos de armamentos (avi¨®n de combate europeo, fragata de los a?os noventa y misil Trigat) supondr¨¢n unos 225.000 millones de pesetas en los pr¨®ximos 10 a?os, lo que hace realmente veros¨ªmil la afirmaci¨®n de Defensa en el sentido de que piensa aumentar los gastos en investigaci¨®n hasta situarlos en un importe anual de 30.000 millones de pesetas antes de que acabe la presente d¨¦cada.
Es evidente que el estancamiento de los presupuestos militares para 1986 obedece a factores puramente coyunturales, m¨¢s que a una decisi¨®n pol¨ªtica de variar el rumbo ascendente seguido por estos gastos en los ¨²ltimos a?os.
Una oportunidad para el desarme
Pero parece tambi¨¦n necesario aprovechar esta eventualidad para insistir en la necesidad de tomar decisiones pol¨ªticas que favorezcan la reducci¨®n del rearme y, en concreto, de los gastos de car¨¢cter militar. El actual nivel de gastos podr¨ªa reducirse sustancialmente si el Gobierno adoptara una serie de correcciones en su pol¨ªtica de defensa tendentes a desestimular la carrera de armamentos y a adoptar una defensa exclusivamente defensiva, no provocativa y alejada de la din¨¢mica de enfrentamiento propia de la pol¨ªtica de bloques militares contrapuestos.
Una pol¨ªtica de defensa que pueda contribuir a la seguridad europea deber¨¢ pasar inevitablemente por el restablecimiento de la confianza entre todos los pueblos de Europa, algo que s¨®lo es factible si se desmilitariza el concepto de seguridad. Durante varias d¨¦cadas, la reconciliaci¨®n ha sido imposible debido a la primac¨ªa de lo militar sobre lo pol¨ªtico. Demos una oportunidad al desarme y llevemos la iniciativa.
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