Alma de televisor

En las diferentes ocasiones en que Spielberg nos ha mostrado a los humanos en contacto con extraterrestres, ¨¦stos no tienen aspecto de terr¨ªcolas, pero no son monstruos a lo Alien. Poseen lenguaje y sistema de relaciones distintos de los nuestros, pero se adaptan en seguida a las normas vigentes en Estados Unidos. Joe Dante, disc¨ªpulo de Spielberg a trav¨¦s de Twilight zone y Gremlins, es un cineasta menos optimista y superficial.En Exploradores, los alien¨ªgenas son criaturas que hablan de manera m¨¢s enloquecida y absurda que si fueran tr¨¢nsfugas de Alicia en el pa¨ªs de las maravillas. Esto se debe a su condici¨®n de tel¨¦fagos impenitentes. Desde su extra?a nave espacial captan todos los mensajes que env¨ªan los sat¨¦lites y no distinguen entre ficci¨®n y realidad, entre publicidad e informaci¨®n, entre una declaraci¨®n de amor y un espect¨¢culo de Ed Sullivan.

Joe Dante nos pinta, pues, un presente grotesco, dominado por el flujo de im¨¢genes electr¨®nicas, que se convierten en mediaci¨®n inevitable ante cualquier intento de entender el mundo, un pasado cinematogr¨¢fico que se mira con nostalgia, pero se da por muerto y un futuro organizado por ordenadores capaces de permitimos llegar a lugares y dimensiones hasta ahora desconocidos.

Esos tres tiempos y tres im¨¢genes encuentran su correspondencia en los tres ni?os protagonistas: uno, so?ador y cin¨¦filo; otro, habil¨ªsimo bricoleur y desarraigado, y un tercero, que es un genio de la electr¨®nica. A los tres les une la ausencia del padre, que, si aparece, es como un individuo brutal o grotesco, circunstancia que une esta pel¨ªcula de Dante a otras producidas o dirigidas por Spielberg, pero tambi¨¦n a buena parte de la literatura juvenil.

Menos conformista que Regreso al futuro, m¨¢s imaginativa que DARYL, capaz de interesar a un p¨²blico adulto, algo que no lograba Los Goonies y que cada vez es m¨¢s dificil en este tipo de filmes, que pretende convertir la adolescencia en g¨¦nero, cuando s¨®lo es un tema, Exploradores es una peque?a sorpresa que trasciende a la modalidad y nos muestra nuestro planeta como un desierto repleto de trivialidades televisivas, tantas que s¨®lo Neek y Wak est¨¢n en condiciones de engullirlas todas.