La memoria se extiende
Este es el texto del discurso que ayer pronunci¨® el presidente de la Real Academia Gallega en el acto conmemorativo de la muerte de Ram¨®n Mar¨ªa del Valle-Incl¨¢n.
Hoy se cumplen 50 a?os de la muerte de don Ram¨®n Mar¨ªa del Valle-Incl¨¢n. A las dos y media de la tarde expiraba -en el sanatorio del doctor Villar Iglesias, en Santiago de Compostela- nuestro gran don Ram¨®n. Al d¨ªa siguiente lo enterramos. Entre los que bajaron desde la habitaci¨®n a la calle el f¨¦retro estaba, en el primer puesto, Castelao. Vuelvo a ver su imagen de hombre alto abrazado, literalmente abrazado, al ata¨²d. El entierro fue ya de noche, bajo un temporal de viento y lluvia y en circunstancias ciertamente dram¨¢ticas.
Ahora, bajo una piedra del Barbanza, reposan los restos del gran escritor. Pienso que aqu¨ª, en este cementerio, se cumplen varias cosas. La primera, el deseo del propio don Ram¨®n de ser enterrado en Boisaca. Alguna vez, acompa?¨¢ndole los amigos a visitar lo que entonces era nueva necr¨®polis, dijo que le gustaba y que le agradar¨ªa que lo enterrasen aqu¨ª. Por otra parte, aqu¨ª mismo se incorpora ¨¦l a la tierra de Galicia, en este Santiago de Compostela, ciudad de hondas ra¨ªces europeas y hoy ya patrimonio de la humanidad.
Y en esta sepultura se esconde la figura f¨ªsica de Valle-Incl¨¢n y, al tiempo, se extiende la memoria de su obra imperecedera. Son, pues, cuatro notas que podemos calificar de presente constante. ?Por qu¨¦?
En la tierra
Primero, porque el deseo de don Ram¨®n de descansar aqu¨ª est¨¢ cumpli¨¦ndose d¨ªa a d¨ªa. Segundo, porque esa incorporaci¨®n a la tierra gallega es un hecho que ya nadie podr¨¢ arrancarnos. Es cierto que la memoria de su bulto humano ya se ha desvanecido. Es, por tanto, s¨®lo un recuerdo, pero ese recuerdo est¨¢, a su vez, potenciado porque la obra sigue viva en el esp¨ªritu de todos nosotros.
Ram¨®n Maria del Valle-Incl¨¢n dio voz trascendente a Galicia, y su obra, tanto la gallega como la que no es propiamente gallega, nos hizo universales. Algo que tambi¨¦n acontece en Rosal¨ªa y en el propio Castelao.
En alguna ocasi¨®n me dijo don Ram¨®n que crear belleza era acertar con el punto de la eternidad. En esa eternidad est¨¢ ¨¦l ahora. Es la eternidad de una obra genial, absolutamente original y de inmensa energ¨ªa suscitadora. Pero a¨²n hay m¨¢s. En la obra de don Ram¨®n Mar¨ªa del Valle-Incl¨¢n, y en su propia vida, ha habido siempre un ansia ¨¦tica.
Quiero decir que ¨¦l fue ejemplo ilustre de una exigencia estricta por el trabajo hecho a conciencia y por la exigencia para con los dem¨¢s que comenzaba por serlo con ¨¦l mismo. Hay que huir decididamente de la triste caricatura humana que viene rodando a lo largo de los a?os en tomo a la criatura humana que se llam¨® Ram¨®n del Valle-Incl¨¢n.
M¨¢s all¨¢ de cualquier arbitrariedad, m¨¢s all¨¢ de cualquier salida de tono y m¨¢s all¨¢ de los caprichos infundados hab¨ªa una honestidad y un rigor radicalmente ejemplares. Don Ram¨®n del Valle-Incl¨¢n fue quiz¨¢ el ¨²ltimo ejemplo de literato puro, es decir, de hombre que sacrific¨® a la incontaminaci¨®n de su arte toda posible comodidad material e incluso existencial. Fue un creador en la m¨¢s ce?ida significaci¨®n del t¨¦rmino.
Este modelo, este puro ascetismo, veladamente oculto en los rincones del alma de don Ram¨®n, hicieron posible la obra inmensa y le otorgaron trascendencia. Pero tambi¨¦n hacen posible que su ejemplo nos conceda norte a todos los dem¨¢s, a todos los gallegos y a todos los espa?oles.
Que en estos momentos y en todos los que han de venir no nos falten la exigencia, el rigor y la autenticidad de la inmensa figura desaparecida. De esa figura que hoy es recuerdo -y aqu¨ª est¨¢ su sepultura para perpetuarlo- y acicate, que para eso est¨¢ la obra bien hecha del gran don Ram¨®n.
En suma, la vida y la obra de Valle-Incl¨¢n constituyen un esfuerzo enormemente acendrado para llegar a los hondones m¨¢s profundos, m¨¢s dif¨ªciles de la autenticidad. He aqu¨ª la m¨¢xima ense?anza que aquella leve y elegante silueta valleinclanesca nos se?ala. La leve y elegante silueta hoy desvanecida, pero actuante en el coraz¨®n y en la cabeza de todos nosotros.
En su ¨²ltima esencia todo el proceso biogr¨¢fico y creador de don Ram¨®n Mar¨ªa del Valle-Incl¨¢n se orden¨® alrededor de una abierta lucha por la libertad y el progreso. Esa libertad y ese progreso que hoy son el norte m¨¢s importante de Espa?a. De la Espa?a que ama a fondo esos ideales.
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