'La t¨ªa Tula', prodigio de serenidad
Hoy, cuando una gran parte del cine que se realiza en este pa¨ªs, convenientemente lubricado con aceites subvencionados y lanzado a las pantallas como el m¨¢s grande del mundo, bebe en las fuentes literarias de nuestras m¨¢s ilustradas plumas, preferentemente cl¨¢sicas, por falta de otras fuentes; cuando una de las iniciativas f¨ªlmicas m¨¢s estimulantes y creativas de los ¨²ltimos tiempos, Los motivos de Berta, de Jos¨¦ Luis Guer¨ªn, pasa poco menos que por el anonimato; cuando el boom del destape propio de cualquier apertura se sustituye por tropas de j¨®venes no tan j¨®venes cantando los disgustos de su generaci¨®n ... ; hoy, pues, es cuando una obra libre de sospechas y nadadora a contracorriente como La t¨ªa Tula, realizada por Miguel Picazo en 1964, deber¨¢ hacernos reflexionar, por un lado, sobre lo que de verdad, de verdad de la buena, debe ser una adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica de un cl¨¢sico de la palabra, y por otro, lo que de por s¨ª debe ser una pel¨ªcula bien hecha, una estupenda pel¨ªcula.Y no porque fuera ese a?o, 1964, un a?o especialmente memorable en nuestra producci¨®n, como tampoco lo habr¨ªan de ser los a?os posteriores ni lo fueron los anteriores. No, La t¨ªa Tula es, de alg¨²n modo, una rara avis, una pel¨ªcula sin precedentes y, lamentablemente, sin consecuencias.
Un t¨ªtulo de oro en el llamado nuevo cine espa?ol al que, en realidad, s¨®lo una pel¨ªcula pudo hacerle sombra, y porque era de Luis Garc¨ªa Berlanga y habr¨ªa de constituirse en una de las puntas de lanza de nuestra cinematograf¨ªa contempor¨¢nea: El verdugo.
Ojo cl¨ªnico
La adaptaci¨®n de la novela que Miguel de Unamuno escribiera en 1917, La t¨ªa Tula, es un prodigio de serenidad narrativa y ojo cl¨ªnico.Con gran sensibilidad, Miguel Picazo nos narra los sentimientos profundos de esta solterona empedernida, de cuyos sobrinos y cu?ado pasa a hacerse cargo al fallecer su hermana, y el angustioso amor, esa sensaci¨®n desconocida, que poco a poco va naciendo entre ¨¦l y ella.
La gracia de Miguel Picazo, quien recientemente realiz¨® Extramuros, basada en la obra hom¨®nima de Jes¨²s Fern¨¢ndez Santos, est¨¢ en no adaptar tal cual a Miguel de Unamuno, sino en saber actualizar el texto, adecuarlo a la realidad concreta de unos d¨ªas muy concretos, con sus taras y sus miedos a todo lo que huela a sexo.
Con su provincianismo. Y hacerlo con seriedad y buen tono cr¨ªtico, pero sin lloriqueos, es decir, con distancia, y a trav¨¦s de ella, con el punto exacto de iron¨ªa.
Reparto bien elegido
Al ¨¦xito del producto contribuye decisivamente un reparto muy bien elegido, con Aurora Bautista en cabeza. Ella, tan loca de amor, tan aragonesa y teresiana con Ordu?a, encaj¨® maravillosamente un papel dif¨ªcil, muy complejo y lleno de implicaciones. No desentonan Carlos Estrada y Jos¨¦ Mar¨ªa Prada en los papeles masculinos, pero por encima de ellos se sit¨²an, en peque?os cometidos, Irene Guti¨¦rrez Caba y, sobre todo, Laly Soldevilla.La proyecci¨®n de la pel¨ªcula en La noche del cine espa?ol coincide con el inicio del a?o en que se conmemora la muerte de Unamuno. Es un buen momento para volver a ver la adaptaci¨®n de su literatura.
La t¨ªa Tula se emite hoy, a las 21.00, por TVE2.
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