Girando sobre "el cambio"
"Existir es pensar, y pensar es comprometerse", dec¨ªa Jos¨¦ Bergam¨ªn en El cohete y la estrella.No creo que el poeta sea un ser independiente, si por independencia se entiende un aislamiento de todas las circunstancias -el hombre y sus circunstancias, dijo Ortega- que rodean su diario vivir.
Bien es verdad que, salvo peque?as excepciones, un mundo intelectual vivi¨® y convivi¨® con la dictadura, acept¨® de buena o mala gana unas circunstancias y en muchos casos se hizo el sordo y el ciego a la injusticia, a la crueldad y, en el mejor de los casos, a la idiotez. Acept¨® puestos y prebendas y contempl¨® imp¨¢vido y en silencio la persecuci¨®n, el encarcelamiento y el oscurantismo de los pocos disidentes.
Desde aquel orden que avalaba tanto desorden, veget¨® una gran mayor¨ªa de la intelectualidad en Espa?a hasta el d¨ªa que amaneci¨®, temerosa y angustiada, la democracia de un letargo de casi medio siglo.
?Cu¨¢l es el panorama actual?
?Cu¨¢les son las variantes tras ese despertar?
Es indudable que han variado palabras y conceptos, que todos o casi todos los espa?oles se expresan ya de distinta manera, cada cual en su parcela de desenvolvimiento.
El lento avance hacia un Estado democr¨¢tico que se inicia a la muerte de Franco tiene un hito important¨ªsimo el 23 de febrero de 1981, algunos a?os despu¨¦s de la transici¨®n sin ruptura.
Despu¨¦s de aquella angustiosa noche, en el amanecer del d¨ªa siguiente, se manifest¨® bien claramente d¨®nde estaban, o mejor, d¨®nde no estaban el Ej¨¦rcito, la Iglesia, las fuerzas econ¨®micas del pa¨ªs... y las fuerzas econ¨®micas, la Iglesia, el Ej¨¦rcito supieron d¨®nde deb¨ªan estar, que, por supuesto, no era donde estaban. El que estuvo muy claramente en su sitio fue el Rey.
El mes de octubre de 1982 todas aquellas circunstancias que giraron sobre el 23 de febrero de 1981, y un simple eslogan, el cambio, produce el rotundo triunfo de un partido pol¨ªtico, el PSOE, y se?ala el principio del final de la llamada transici¨®n.
Un entusiasmo, una esperanza acompa?an al primer Gobierno ?de izquierdas? despu¨¦s de tantos a?os y a?os de gobernar la derecha con su fanatismo,, su incomprensi¨®n, el aislamiento del concierto europeo, la subordinaci¨®n al imperialismo made in USA...
Ya camino hacia unas nuevas elecciones, ?cu¨¢l es el balance?
El Gobierno hace el suyo una y otra vez en la voz de su presidente. La oposici¨®n, el suyo una y otra vez a trav¨¦s del jefe de esa oposici¨®n.
Felipe Gonz¨¢lez tiene lo que pudi¨¦ramos llamar carisma. Tiene, adem¨¢s, un cierto poder convincente, incluso cuando, uno puede no estar conforme con sus planteamientos. Hasta cuando se desdice de otras palabras suyas demasiado recientes. Es posible que las variaciones entre hechos de hoy y palabras de ayer sean forzadas, que quisiera desde su fondo que las cosas fueran de otro modo, que act¨²a muchas veces cercado por unas circunstancias que le resulta imposible poder vencer, y que todo ello le segregue algo de bilis en su interior.
El jefe de la oposici¨®n es como un don No sin sentido. Es como un de qu¨¦ se habla, que yo me opongo.
La oposici¨®n no tiene argumentos, ni l¨®gica, ni lo que es peor, y raya casi con el cinismo, memoria de un pasado responsable.
?Y la izquierda? La izquierda pensante se hizo el harakiri en octubre de 1982, con el voto ¨²til en beneficio del PSOE.
Lo que pudi¨¦ramos llamar izquierda hoy no tiene representaci¨®n en el Parlamento, ni siquiera en la calle. ?D¨®nde est¨¢ la izquierda?
En la calle est¨¢ la demagogia. La extrema izquierda, con sus l¨ªderes enfrentados, no encuentra razonamientos constructivos; si llegara al poder -cosa bien improbable- se desdecir¨ªa como el PSOE. Esa extrema izquierda sabe que en la Europa en que Espa?a est¨¢ enclavada no cabe hoy una revoluci¨®n de ra¨ªz que sutituya a la de 1917, como la de 1917 sustituy¨® a la Revoluci¨®n Francesa; y, entre otras cosas, tambi¨¦n sabe que hab¨ªa que hacer la reconversi¨®n industrial, y sin proceso revolucionario hay que hacerla de la mano del capital, y que esa reconversi¨®n es el ¨²nico medio de remunerar en condiciones justas el trabajo de los que trabajan, aunque en el reajuste se acreciente el paro de muchos.
O el aislamiento que fue el franquismo, o Europa desde dentro, a ver si unos y otros conseguimos una Europa mejor, una Europa de contenido pol¨ªtico que sustituya a la Europa. de mercaderes.
Desde el poder, el actual Gobierno, en una l¨ªnea mayoritaria, quiere el cambio.
Pero frente a ¨¦l, frente a ese cambio deseado, est¨¢n los h¨¢bitos del pasado, las mentalidades hechas durante 40 a?os, algunos jueces que no var¨ªan ni sus normas ni sus concepciones anteriores, buscando en la interpretaci¨®n el fracaso de una ley; y las fuerzas de seguridad que actuaban con sus procedimientos a trav¨¦s de la tortura y el terror y creen que ¨¦sos son los procedimientos ¨²tiles,- y los colegios privados impartiendo el fanatismo y que quieren hacer desde la infancia norma del mismo falso sentido de la moral, de la religi¨®n-. Y el Dos de Mayo, que todav¨ªa piensan algunos que debe estar presente en el concierto intemacional... Y los barcos que quieren estar all¨ª, sin otro razonamiento que all¨ª pesc¨® mi abuelo y mi bisabuelo, digan lo que digan las naciones lim¨ªtrofes.
Y el Ej¨¦rcito, enaltecido no para la defensa de intereses nacionales, sino como fuerza a la que llamar para la opresi¨®n y enarbolar con ella una nueva dictadura.
Y la bandera no para todos, sino como arma arrojadiza y patriotera de los intereses de unos pocos. (Ahora a eso de la guerra de las banderas va a sustituir la guerra de los escudos; menos mal, as¨ª cambiamos de onda). Y como final, Dios para avalar tanta injusticia aprovechando, como dec¨ªa Miguel Hern¨¢ndez, que siempre est¨¢ callado".
Pasa a la p¨¢gina 10
Girando sobre 'el cambi¨®'
Viene de la p¨¢gina 9
Algo m¨¢s de tres a?os para vencer todo esto es muy poco tiempo verdaderamente.
El Gobierno del PSOE, como ha dicho Aranguren, representa en estos momentos una especie de centro-derecha, pero habr¨¢ que darle un margen de confianza, porque uno piensa que de no ser el PSOE, qui¨¦n va a continuar ese principio de cambio tan alicorto, como temeroso de abrir las alas y volar.
El mundo de los poetas, de los' pensadores, est¨¢ entristecido sin encontrar un norte a la esperanza de ese cambio en profundidad tan necesario y en que cre¨ªa la ilusi¨®n aquel octubre de 1982. Y no sabe con qui¨¦n comprometer se, como nos se?alaba el maestro Bergam¨ªn.
Porque la realidad deprimente es que lo que a¨²n dirige, puede que por obstrucci¨®n, es la derecha, y la intelectualidad que acompa?a el poder sigue siendo la de entonces, la que convivi¨® con la dictadura y acept¨® de buena o mala gana -Vaya usted a saber- sus circunstancias.
Luego, ese OTAN si.., pero, OTAN no...
Personalmente. creo que en las consecuencias de una conflagraci¨®n internacional, si se produjera, ser¨ªan muy inservibles los papeles firmados. La guerra civil espa?ola fue para Hitler campo de experimentaci¨®n, Guernica incluido. Si Espa?a hubiera sido una democracia m¨¢s en Europa en la ¨²ltima guerra, la Alemania nazi nos habr¨ªa invadido, al margen de todos los tratados firmados. Se firmaron en la contienda unos tratados con el. eje Roma-Berl¨ªn y las bases americanas fueron despu¨¦s el precio de la continuidad del franquismo.
No se trata de entrar en la OTAN, sino de salir de la OTAN, que no es lo, mismo. La entrada ya se produjo sin el menor contrarrecibo.
Las actuales circunstancias son esas: unas bases, militares a?os ha establecidas y. unos hechas consumados sobre lo que se considera defensa de Europa por los pa¨ªses europeos que constituyen la Europa occidental, de la que pedimos ser parte despu¨¦s de un largo proceso y que el a?o 1986 ser¨¢ una realidad.
Vamos a escuchar mucha demagogia a todos los niveles en el refer¨¦ndum anunciado, y al que se comprometi¨® el PSOE en su campa?a electoral. Porque claro que ese refer¨¦ndum se debi¨® convocar antes.
No s¨¦ si va a ser f¨¢cil o dif¨ªcil explicar al pueblo espa?ol que si vamos a jugar la carta europea hay que jugarla con todas sus consecuencias. No vaya a resultar ser la derecha franquista la partidaria del concierto europeo, y el antifranquismo, partidario del aislacionismo de Franco.
Lo malo es que como para nosotros, los espa?oles, lo habitual es llegar tarde a todas las conmociones hist¨®ricas, cuando gira y gira a nuestro alrededor eso de el cambio, lo que tiene que cambiar es Europa, esta llamada Europa occidental sin unidad pol¨ªtica, sin propia personalidad, esa clara personalidad, buena o mala, que es la Europa del Este y lo es tambi¨¦n el bloqi1e compacto de Estados Unidos de Am¨¦rica del Norte.
Y con todos los peros quiz¨¢ sea desde dentro donde haya que hacer el cambio necesario, para que la OTAN sea otra OTAN en la l¨ªnea clara de la defensa de intereses europeos, sin que nos dictaminen desde fuera de Europa, y a precio tan caro, qu¨¦ debemos hacer, que consiste casi siempre en profundizar la zanja que separa a las dos Europas, para perjuicio de cada una de ellas y en beneficio del verdadero imperialismo en esta hora del mundo, con sede en Estados Unidos de Norteam¨¦rica.
Cambiar esos principios, esas circunstancias que dan a lo que llamamos Occidente un papel secund¨®n es tarea prioritaria.
Que-esta Europa recupere aquel protagonismo que reclamaba De Gaulle, sin De Gaulle, quiero decir sin caudillajes, esos pu?eteros caudillajes que han sembrado la historia de cat¨¢strofes, de guerras, del brazo de la soberbia y el est¨²pido orgullo.
Que Europa empu?e la batuta directora partiendo de sus ra¨ªces en la cultura, fuente inagotable de di¨¢logo civilizado. Y cuando digo di¨¢logo civilizado quiero decir la voz que pida el final, la destrucci¨®n de todos los misiles, de todas las armas at¨®micas, el fin de esas circunstancias que de una manera incivilizada han sembrado el horror y la cat¨¢strofe, generaci¨®n tras generaci¨®n, por las tierras europeas y que hoy quieren llevar sus consecuencias criminales a la paz de las estrellas. No ser¨ªa ¨¦se en verdad un mal cambio.
Porque uno cree que en Espa?a y en la hora continental, si el cambio no viene desde fuera, dif¨ªcilmente podr¨¢n cambiar en profundidad las cosas aqu¨ª dentro. Luego el pensamiento espa?ol, a?os y a?os amordazado desde dentro, podr¨ªa aportar mucho para la nueva Europa, con su mentalidad creadora, de la que existen huellas bien patentes en la historia universal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.