Reagan quiere un modelo 'Rambo' para sus acciones de castigo
El 25 de abril de 1980, unas horas antes de que amaneciera sobre Ir¨¢n, la acci¨®n de comandos m¨¢s ambiciosa nunca planeada en tiempo de paz por los militares norteamericanos fracasaba estrepitosamente en el desierto a un par de centenares de kil¨®metros de la capital, Teher¨¢n. Cinco a?os m¨¢s tarde, el desastre de la operaci¨®n ordenada por Jimmy Carter para rescatar a los rehenes norteamericanos en manos de las milicias populares de Jomeini, denominada Desert One, sigue pesando como una losa cuando en los pasillos de Washington se piensa en preparar algo de caracter¨ªsticas parecidas.
Nadie duda que la Administraci¨®n que preside Ronald Reagan ha pensado seriamente en lanzar una operaci¨®n de castigo limitada sobre Libia en las ¨²ltimas semanas, a ra¨ªz de los atentados de estas Navidades en los aeropuertos de Roma y Viena por grupos terroristas supuestamente apoyados por el coronel Muammar el Gaddafi. Pero lo que no se sabe a ciencia cierta es si lo que ha frenado la orden de Reagan ha sido el temor a las represalias contra los casi 1.000 ciudadanos norteamericanos residentes en Libia o la imposibilidad militar de llevar a cabo con ¨¦xito una misi¨®n de este tipo en la zona.
No se trata de carencias de efectivos militares convencionales en la zona, sobre todo si se tiene en cuenta la fuerza naval, a¨¦rea y de tierra con que cuenta la VI Flota en el Mediterr¨¢neo. Pero esa fuerza est¨¢ preparada para acciones de guerra declarada, no para conflictos que significan una respuesta a las acciones terroristas de grupos o de Estados.
'Ramboman¨ªa'
Desde su llegada a la Casa Blanca, el presidente Ronald Reagan mantiene la obsesi¨®n Rambo en su mente, es decir, la necesidad de contar con una fuerza de elite capaz de realizar operaciones r¨¢pidas y contundentes contra objetivos desde donde se producen acciones en contra de los intereses norteamericanos. El debate entre pol¨ªticos y la mayor¨ªa de los militares de carrera se ha centrado hasta ahora en la oposici¨®n de los segundos, m¨¢s partidarios de modernizar el ej¨¦rcito convencional.El deseo de Reagan puede convertirse en realidad esta semana. Un informe secreto de la denominada comisi¨®n Holloway, creada por Reagan, ver¨¢ la luz posiblemente en los pr¨®ximos d¨ªas, en el curso de un seminario que se va a celebrar en Fort McNair (Virginia), con participaci¨®n de 100 expertos en defensa y presidido por los ministros Weinberger y Shultz. De esta reuni¨®n saldr¨¢ posiblemente la distinci¨®n para el futuro entre esa fuerza especial para los conflictos de peque?a intensidad y el ej¨¦rcito regular.
El problema ahora para la Fuerza de Despliegue Inmediato, creada hace 10 a?os, acuartelada en Estados Unidos y con bases de apoyo en varios pa¨ªses europeos y del norte de Africa, es la falta de eficacia a la hora de contar con el elemento principal en operaciones tipo comando: la sorpresa y la rapidez. Desde que efectivos de la Delta Force norteamericana, con sede en Fort Bragg (Carolina del Norte), llegan, por ejemplo, a cualquier punto de Oriente Pr¨®ximo para participar en un rescate de rehenes de una embajada o a salvar un avi¨®n secuestrado por terroristas, la eficacia de las mismas ha descendido por lo menos en un 50%, seg¨²n Opinan los expertos norteamericanos.
Independientemente de la operatividad que se quiera dar a esos comandos, otro de los problemas de Washington est¨¢ en que los pa¨ªses aliados de la OTAN no quieren involucrar los objetivos defensivos de dicha alianza con las operaciones externas que planee Washington.
Hasta ahora, s¨®lo con reticencias los italianos han permitido la utilizaci¨®n de la base de la OTAN en Sigonella (Sicilia) para algunas operaciones de este tipo. Tambi¨¦n han colaborado, o se encuentran dentro del mapa de asistencia a solicitar en cada ocasi¨®n por Estados Unidos, las bases norteamericanas en el Reino Unido, Espa?a, B¨¦lgica, Marruecos, Egipto, Somalia y algunos Emiratos del golfo P¨¦rsico. (El Pent¨¢gono cuenta con 359 bases militares en todo el mundo.)
La VI Flota norteamericana cuenta en el Mediterr¨¢neo con sus bases de apoyo principalmente en Sigonella y la Magdalena, en Italia, y Rota, en Espa?a, con seis submarinos, dos portaviones, 12 destructores, 11 nav¨ªos de apoyo, un grupo anfibio de tres a cinco unidades y tres buques cisternas.
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