Inapelable ¨¦xito de P¨¦trovic sobre el Real Madrid

Drazen Petrovic encuentra en el pabell¨®n el coso de sus mejores faenas. Humill¨® al Real Madrid espectacularmente. Lo recomendable es que pida el v¨ªdeo del partido y lo mande a la sede central de la NBA. Debe saber que su cotizaci¨®n, a d¨ªa de hoy, ha subido mucho en d¨®lares, porque la imagen de impotencia, desesperaci¨®n y ruina t¨¦cnica que ayer ofreci¨® una instituci¨®n europea como el Real Madrid, por el solo efecto de su actuaci¨®n personal, no tiene parang¨®n en la historia. Hizo 49 tantos, regal¨® 20 a sus compa?eros, provoc¨® 15 personales, desarticul¨® la defensa madridista e inutiliz¨® su rebote, justo la cualidad en la que destacaba sobremanera ante el Cibona.Y en el partido no hubo truco, porque estaba enfocado como un Petrovic versus Real Madrid, con taquilla r¨¦cord y p¨²blico ferozmente en contra. Escenario adecuado fuera y dentro de la cancha, porque, sobre el parqu¨¦, la situaci¨®n era elocuente: cinco contra uno. ?D¨®nde estaban sus cuatro compa?eros?. Dando vueltas por ah¨ª. Sin rumbo fijo. Esperando a Petrovic.

Y Drazen comenz¨® bien pronto, al minuto tres, cuando el pabell¨®n entero comenz¨® a vivir una larga tragedia de 36 minutos, en la que la diferencia lleg¨® a sumar 25 puntos. Practic¨® un doble encuentro. Una primera parte, dobl¨¢ndose por bajo, trasteando al Real Madrid, dando ayudados a sus compa?eros. Una segunda, muy personal, poderoso, soberbio.

Ning¨²n jugador madridista se sustrajo al marcaje de Petrovic. Todos enfilaban el rabillo del ojo en su busca, y por all¨ª entraron al trapo. El yugoslavo, en dicho per¨ªodo, hizo 18 puntos, pero fabric¨® 15 a sus compa?eros, en asistencias perfectas, cuando estaba rodeado de madridistas por todas partes. Pero, sobre todo, hizo perder el rebote al rival, donde iba a tener m¨¢s ventaja, ya que Mart¨ªn o Robinson se encontraban siempre descolocados, buscando a ya se sabe qui¨¦n. En ataque, el Real Madrid sum¨® un defecto important¨ªsimo, que ahond¨® en su desgracia: desmoralizado Townes, no tuvo tiro exterior el equipo, ni siquiera de media distancia. En el primer tiempo, y hasta el minuto 15, s¨®lo Corbal¨¢n y Townes tiraron fuera de la zona; lo dem¨¢s se fabric¨® bajo el aro, hasta que Mart¨ªn, a cinco minutos del final, consigui¨® encestar desde cinco metros, que es desde donde no debe hacerlo. Romo en ataque, el Real Madrid se encontr¨® sin capacidad de respuesta.

As¨ª, qued¨® a merced de Petrovic en la reanudaci¨®n. Ah¨ª actu¨® s¨®lo ¨¦l. En un momento dado hab¨ªa hecho 31 puntos, en dicho per¨ªodo, por 11 de sus compa?eros. Se colocaba a un lado de la pista, mientras sus compatriotas corr¨ªan y corr¨ªan en el otro; claro est¨¢, le preparaban el escenario.

Doblaba la cadera del rival, fuera quien fuera, con un regate, y encestaba. F¨¢cil parece. Del Corral lo lleg¨® a citar de lejos, en actitud provocativa y torera, por intentar desvirtuar los papeles, pero sin ning¨²n ¨¦xito. Impotente, desarticulado el Real Madrid, entregado a su merced, el partido perdi¨® toda emoci¨®n y los 15 ¨²ltimos minutos resultaron un paseo para el yugoslavo. ?O fue un paseillo?.

La derrota obliga al Real Madrid a una nueva hombrada, como el pasado a?o, cas¨ª a ganar todos los encuentros que le restan, si quiere estar en la final y volviendo a depender di.- resultados ajenos. En otros encuentros se dieron los siguientes resultados: Maccabi, 88; ZaIghiris, 86 y Simac, 83; Limoges, 77,