Violencia 86
?Habr¨¢n vuelto del L¨ªbano los rehenes franceses cuando se publiquen estas l¨ªneas? Nos lo comunican por cent¨¦sima vez, parece ser que con menos imprudencia en estas circunstancias. Seg¨²n este rumor, despues de todo Francia podr¨ªa haber actuado como la URSS, que recuper¨® tres de sus cuatro rehenes en un tiempo m¨ªnimo.?Por qu¨¦ no ha imitado Francia a la URSS? Aparte de que no se puede excluir la presencia de almas c¨¢ndidas entre nuestros gobernantes, parece ser que las autoridades de Teher¨¢n persiguen una meta que no est¨¢n dispuestas a abandonar para salvaguardar a algunos de los suyos y que consiste en una deuda contraida por Francia hacia el antiguo Ir¨¢n del Sha.
Entre el sistema de secuestros y la utilizaci¨®n del terrorismo el a?o 86 hace su entrada bajo unos auspicios inciertos. Ya que adem¨¢s parece que a¨²n no se tiene en cuenta que las condiciones, los m¨¦todos y la finalidad de la violencia terrorista han cambiado totalmente en estos ¨²ltimos a?os. Observemos ante todo que no hace mucho que la opini¨®n un¨¢nime occidental condena y desautoriza al terrorismo. Como se estimaba que todo Estado en su principio es violento, se era m¨¢s o menos indulgente ante las manifestaciones de contraviolencia que se le opon¨ªan.
En cuanto se consideraba que el Estado democr¨¢tico era una superestructura alienante destinada a enmascarar la explotaci¨®n econ¨®mica en nombre de una moral burguesa, algunos jovenes se sent¨ªan autorizados a desmitificar esta falsa democracia, utilizando la violencia que, suscitando la represi¨®n, obligar¨ªa al Estado a ense?ar por fin su verdadera cara: la del Estado policial.(...)
En cambio la violencia terrorista nacida de la interpretaci¨®n discutida, pero difundida, del integrismo isl¨¢rnico ya no tiene que creer en el para¨ªso sobre la tierra, ya que el que se sacrifica obtiene a la vez su salvaci¨®n. No se ofrece ¨²nicamente la propia vida, sino tambi¨¦n la de su enemigo,(...) El asesinato del enemigo es indispensable para la salvaci¨®n eterna a condici¨®n de morir con ¨¦l. Es toda la filosof¨ªa del terrorismo la que se ha invertido. (...) As¨ª se pide perd¨®n a Dios por robarle el derecho de retirar una vida que ha concedido ofreciendo la propia vida. Pero decidiendo nosotros a qui¨¦n se debe matar.(...)
Hasta ahora se consideraba al terror como un medio.(...) Pero con esta deriva isl¨¢mica, la violencia se convierte en un fin. Preocupa menos hacer avanzar una causa que castigar a un ap¨®stata y morir con ¨¦l.
No se puede disimular que, para millones de jovenes musulmanes, el pueblo israel¨ª no es una asamblea de los supervivientes de los campos de concentraci¨®n o dej¨®venes aventureros pac¨ªficos que han alcanzado el hero¨ªsmo que les perrr¨²te defenderse contra el mundo entero. Para estos j¨®venes, Israel es un pa¨ªs de vencedores implacables, cuyo genio militar es diab¨®lico, y que suscita, por sus victorias insolentes, un odio que multiplica por diez el sentimiento de impotencia.
18 de enero
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